Internado en estado grave en el Hospital de Urgencias de Córdoba, conectado a un respirador automático con pronóstico reservado, imputado por robo calificado y con la custodia de un policía en la puerta de la sala.
Esa es la comprometida situación de Jeremías Mugnaini, el hombre de 38 años que terminó herido de tres balazos por un policía quien se defendió cuando se le fue encima con un cuchillo carnicero, el pasado lunes al tarde, en el bar de una estación de servicio del barrio Villa Cabrera, en la Capital.
Previamente, Mugnaini había atacado a la empleada del shop con la misma arma blanca.
La joven se salvó con lo justo, al igual que otros empleados de la estación y un par de clientes ante el violento accionar del individuo.
La presunción es que habría estado bajo efectos de alguna sustancia o quizá atravesando alguna crisis de tipo psiquiátrica.
La causa está en manos del fiscal Horacio Vázquez, quien instruyó a su equipo de trabajo para distintas medidas probatorias, como análisis de filmaciones, toma de testimonios y búsqueda de testigos.
En poder de la fiscalía se encuentran al menos dos videos del propio comercio donde no quedan dudas para el funcionario judicial de que el policía se defendió con su arma ante un ataque inminente por parte de Mugnaini, quien manipulaba un cuchillo de gran dimensión.
Las imágenes son contundentes: el agresor se le va encima y el oficial se defiende con su arma reglamentaria.
Fuentes oficiales señalaron en ese sentido que, por ahora, no hay acusación contra el personal policial. Todo indica que el caso sería encuadrado en un legítimo accionar del efectivo.
En varios despachos oficiales crece la preocupación por la reiteración de casos de personas exaltadas con distintos padecimientos mentales (a veces agravadas por el consumo de sustancias) y que protagonizan graves episodios callejeros.
Situaciones a las que terminan siendo enviados los efectivos policiales para controlar la situación y detener al sospechoso si corresponde. Las autoridades han señalado que existe un protocolo de uso proporcional de la fuerza.
En el caso de Villa Cabrera, el policía directamente extrajo el arma reglamentaria Bersa y efectuó varios disparos pero fue, según las pruebas obrantes, ante un ataque inminente.
De todos modos, cabe señalar que, por otro grave caso ocurrido meses atrás y también en una estación de servicio hay actualmente varios policías acusados por homicidio preterintencional: fueron a detener a un hombre que no quería pagar el combustible y le pegaron dentro de un patrullero, según la causa. Fue en barrio Villa Páez, en la Capital.
El hombre, quien habría consumido drogas momentos antes y habría tenido problemas coronarios, murió finalmente.
Con naranjas y un cuchillo
Respecto al último caso, todo sucedió el lunes a media tarde en una estación de servicio ubicada en el cruce de Octavio Pinto y Zípoli, en Villa Cabrera.
De repente, llegó un hombre de pelo largo atado y con barba sujetando una bolsa de nailon que contenía frutas. En otra mano, portaba ya un cuchillo de carnicero.
A poco de entrar, el individuo comienza a hablar con una empleada del bar. No está claro si le hace un pedido de comida o una consulta.
Acto seguido, y con toda tranquilidad, el hombre pasó caminando al sector donde estaba la joven, quien le dijo que no podía pasar.
El individuo se le fue encima y hasta habría querido besar a la mujer, quien alcanzó a salir corriendo.
Los gritos de la chica pusieron en alerta a los playeros quienes fueron a ayudarla. Sin embargo, al ver al sujeto que ya esgrimía de manera amenazante el arma blanca, decidieron no entrar al comercio y comenzaron a llamar al 911.
Mientras tanto, los demás clientes del bar comenzaron a salir del local, tratando de no alterar más al sujeto.
El agresor sacó una naranja de la bolsa y comenzó a comerla tras cortarla por la mitad con el cuchillo.
Luego, intentó romper un exhibidor para sustraer mercadería. Nunca intentó escapar.
Sin perder la calma, el individuo se sentó en una silla y siguió comiendo la fruta, sin dejar de mostrar el arma y hasta con actitud desafiante hacia quienes estaban en el sector de atención a automovilistas del playón.
Acción policial con el arma reglamentaria
Varios minutos después, llega la primera patrulla policial.
Según pruebas que obran en poder de la Justicia, un oficial ingresa al bar con la intención de controlar al sujeto quien permanecía sentado.
Fue en ese momento que Mugnaini se puso de pie y, cuchillo en mano, comenzó a avanzar contra el oficial, quien comenzó a retroceder mientras sacaba su pistola Bersa.
Todo sucedió en segundos.
El agresor se le fue encima con el cuchillo y el policía respondió, desde corta distancia, con varios disparos.
Dos de los impactos dieron en las piernas de Mugnaini, mientras que un tercero en el abdomen. El plomo le causaría serias heridas internas.
Malherido, el sujeto cayó al piso de la estación. Momentos más tarde, llegaron más policías y, según trascendió, les costó reducirlo. En ambulancia fue llevado al Urgencias, donde sigue en grave estado.
