Marcelo Rubén Lobo (67) recibió una condena de 16 años de prisión por reiterados abusos sexuales y promoción a la corrupción de menores, entre un rosario de delitos contra la integridad sexual en perjuicio de dos hermanitas que, durante años, estuvieron a su cuidado por ser las sobrinas de su pareja.
Lo llamativo es que, a pesar de la durísima calificación que contó con el aval del juez de Control Esteban José Díaz Reyna, Lobo llegó libre al debate luego de la instrucción de la fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual Ingrid Vago.
Por eso, al dictar sentencia condenatoria, la jueza unipersonal Mónica Traballini ordenó la inmediata detención de Lobo, dictándole la prisión preventiva.
Las víctimas fueron dos niñas que, durante años sufrieron diversos abusos contra su integridad sexual a manos de quien estaba a cargo de su cuidado, ya que aprovechaba cuando la tía de las niñas -su pareja- salía a trabajar, en la ciudad de Córdoba.
El solo repaso de los delitos enumerados en la instrucción y en la sentencia condenatoria en la Cámara 2ª del Crimen de la ciudad de Córdoba, estremece: abuso sexual continuado calificado por el resultado y por la calidad de guardador, abuso sexual gravemente ultrajante continuado calificado por el resultado y por la calidad de guardador y suministro de material pornográfico a menores de edad, en concurso real, todo en concurso ideal con promoción a la corrupción de menores calificada por la edad de la víctima y la calidad de guardador.
Por otro lado, por la otra víctima, también se lo halló autor responsable de abuso sexual continuado calificado por el resultado en concurso ideal con promoción a la corrupción de menores calificada por la edad de la víctima y por calidad de guardador, todo en concurso real.
Horror en soledad
ABG -entre sus 7 y 14 años- y AJG -entre los 10 y 13- soportaron el calvario de los abusos de Lobo, quien se aprovechaba de estar solo y a cargo de las niñas para manosearlas en sus partes íntimas, pedirles que le hagan actos sexuales y hasta exhibirles videos pornográficos para sugerirles qué es lo que debían hacer. Además de amenazarlas si hablaban y contaban lo que sucedía, les ofrecía dinero o comprarles celulares u otro objeto para convencer a las niñas que, en todo momento, se resistían a acceder a sus pedidos.
La acusación sostiene para ambos hechos -con sendas víctimas- que esas conductas “llevadas a cabo por el imputado Marcelo Lobo, sexualmente abusivas, de contenido prematuro por la corta edad de la(s) menor(es), y excesivo por las circunstancias de duración en el tiempo, resultan potencialmente aptas para torcer el normal desarrollo de la sexualidad de la(s) niña(s), promoviendo la corrupción” de ellas.
También para ambas víctimas, la instrucción señala que el accionar de Lobo les provocó “daño psíquico grave” por su edad, pertenencia al ámbito intrafamiliar y amenazas para evitar su develación”.
La acusación en el debate estuvo a cargo de la fiscal Laura Battistelli quien pidió 17 años de encierro, además de la detención. “La respuesta (de la Justicia) no puede ser que la víctima tenga que seguir esperando a que la causa quede firme”, señaló la fiscal con relación al arresto, tras el veredicto emitido el pasado miércoles.
También actuó como querellante por las víctimas (y su madre) el abogado Nicolás Cerrito quien destacó que hayan dictado la detención inmediata. El letrado resaltó la labor de la acusadora, la vocal Traballini y la instructora.
Peritajes
Según el expediente, tras sufrir los abusos durante varios años, fue una de las hermanas la que primero se animó a contarle a la otra todo lo que venía padeciendo. Fue entonces que las dos se dieron cuenta de que eran víctimas de la misma persona, pero por temor a las amenazas de él, no se animaron a contarle a alguien más lo que estaba sucediendo.
Tiempo después, un de las víctimas le confió al hermano de su padrastro el calvario que padecían. Sin dudarlo, este joven le avisó a la madre de las niñas, quien de inmediato hizo la denuncia penal correspondiente.
Fue entonces que comenzó otro proceso lastimoso para la familia: una parte, no les creyó a las hermanas, las trató de mentirosas y protegió a Lobo.
En la causa, los informes de los peritos fue contundente. Sobre una de las hermanas, quedó asentado:”No se visualizan procesos fabulatorios y/o confabulatorios en torno a los hechos que se investigan, como así tampoco sugestionabilidad. Por las características vividas, de índole crónicas e intrafamiliar, asociadas a un miembro de significación para la joven, que dificultó la posibilidad de develación, se infiere daño psíquico grave, toda vez que se imposibilitó el normal desarrollo del crecimiento y desenvolvimiento cotidiano, afectando todo ello su capacidad de disfrute, lo que se advierte en su dificultad escolar, en el lazo con su familia y en su conducta de infringirse cortes, sugiriendo la psicóloga tratamiento terapéutico”.
Ahora, ya con el veredicto, las denunciantes suspiraron con mayor alivio.
