Dos personas cofundadoras de la “ecoaldea” de montaña Umepay, ubicada en Villa Yacanto, en el Valle de Calamuchita, fueron imputadas por la Justicia, sospechadas de haber usurpado un campo colindante a ese desarrollo inmobiliario serrano.
En el caso que se investiga, hay un tercer imputado como partícipe necesario: el cuidador del campo en cuestión, que es un exempleado del denunciante.
Tras haber padecido la voracidad de los incendios de septiembre que afectaron varias viviendas de ese barrio cerrado de montaña, ubicado a pocos kilómetros del paraje El Durazno, otra noticia, de distinta índole, puso nuevamente en la escena al emprendimiento sustentable.
Primera denuncia
La fiscal de Instrucción de los tribunales de Río Tercero, Paula Bruera, confirmó a La Voz la imputación de dos personas que están siendo investigadas por una supuesta usurpación, enmarcada en el artículo 181 del Código Penal. Ambas permanecen en libertad.
Bruera señaló que fueron indagadas y que solicitó al Juzgado de Control de Río Tercero el “lanzamiento de los ocupantes”, es decir, que abandonaran el inmueble en litigio. Los próximos pasos en la causa los deberá dar ese juzgado.
La denuncia fue radicada en marzo pasado.
Además de los dos imputados en el rol de autores materiales, hay otra persona imputada como partícipe necesario.
Federico Pizzicari, abogado del denunciante, valoró la celeridad del accionar de Bruera y brindó algunos detalles de la causa. El letrado detalló que su cliente, oriundo de Villa María, es titular de los derechos posesorios de un campo de unas 20 hectáreas cercanas al río Grande, de alto valor inmobiliario, que –según la denuncia– fue usurpado.
Relató que, previamente y como consta en el expediente, había mantenido conversaciones (entre 2020 y 2022) con una de las personas imputadas, quien demostró interés en adquirir la propiedad que colinda con la ecoaldea Umepay, reconociendo de esa forma al denunciante la titularidad del inmueble.
El letrado relató que, en una maniobra que consideró “burda”, aprovecharon la ausencia del dueño para firmar un boleto de compraventa con el casero del campo y ocupar la propiedad, en noviembre de 2023. Cuando su cliente llegó, ya no estaba su empleado y en su lugar había dos personas y dos casillas móviles, y no le permitieron el paso, ya que había un candado en la tranquera. El abogado aseguró que los denunciados no pueden desconocer quién es el real dueño de las tierras, por el manifiesto interés en la compra del inmueble.
Según consta en el decreto rubricado por Bruera, en el que emplaza a los imputados a que abandonen el terreno, los sospechados “le habrían ofrecido al casero una vivienda en la localidad de Villa Yacanto y una camioneta a cambio de que el mismo desobedeciera sus labores de cuidado del referido inmueble, retirándose del predio y dejándolo deshabitado”.
Esta presunta acción de “connivencia” habría permitido que los denunciados “se introdujeran en el inmueble en forma clandestina, aprovechando la ausencia de sus poseedores”. Luego, habrían colocado dos casillas en el interior del predio y contratado a otras dos personas para que “oficiaran de serenos del lugar”.
Segunda denuncia
Al perder el control de su inmueble, el denunciante perdió también el acceso a otro campo, por este motivo –según detalló el abogado– radicó una nueva denuncia. En una medida paliativa, la Justicia ordenó la entrega de una copia de llaves del campo presuntamente usurpado, para que pudiera ingresar a ese otro inmueble.
“Mi cliente hace entre ocho y nueve meses que no puede disponer de su propiedad”, enfatizó Pizzicari.
Este diario se comunicó con personas que integran la dirección de la comunidad Umepay con la inquietud de sumar la opinión de los imputados sobre el tema, pero prefirieron no brindar declaraciones.
Qué es Umepay
Varias familias (hace unos años se estimaba que eran ya unas cien personas) viven de forma permanente en el loteo privado Umepay. El espacio, entre medio de cerros y forestaciones de pinares, se destaca por utilizar métodos sustentables, tanto en la construcción de sus viviendas, en la provisión de servicios o en la gestión de residuos. La mayor parte de sus habitantes y propietarios eran oriundos de Buenos Aires.
También cuenta con un centro holístico en el que se brindan retiros y talleres, y un emprendimiento turístico para recibir visitantes, Todo esto, distribuido en unas 400 hectáreas.
Este diario contó, años atrás, la historia de la comunidad que surgió por iniciativa de un grupo de amigos de Buenos Aires, que encontraron en medio de un bello entorno natural serrano la posibilidad de materializar un cambio rotundo de vida.
Durante los incendios de septiembre pasado en esa región de Calamuchita, un frente de fuego ingresó al predio y quemó varias viviendas y un sector de forestación.
Los investigados en esta causa judicial son un hombre y una mujer vinculados con la fundación y con el desarrollo de lo que llaman “ecoaldea”.
