Un brasileño prófugo de la Justicia de su país durante dos años, acusado de tráfico de drogas a gran escala, fue detenido en Buenos Aires tras comprobarse que se había operado los púmulos para evitar ser identificado, informó el Ministerio de Seguridad nacional.
Un brasileño con un prontuario pesado
El sospechoso integraba una banda narco dedicada a la distribución y venta de estupefacientes, y actuaba como nexo clave para la compra mayorista de drogas, que luego eran entregadas al Primeiro Comando da Capital (PCC) y al Terceiro Comando Puro (TCP), dos de las bandas más peligrosas de Brasil.
El sujeto se encontraba prófugo de la Prisión Industrial Esmeraldino Bandeira desde 2023 y adeudaba una condena de 14 años por asociación ilícita y tráfico de drogas, vinculado especialmente a TCP.
En este sentido, se inició un intercambio de información entre Interpol Brasil y la Unidad de Apoyo a las Investigaciones sobre Prófugos (FIS) de Interpol, identificando vínculos familiares y amistades que frecuentaba el buscado. A partir de ello, se obtuvo una lista de posibles domicilios donde podría ocultarse en Argentina.
La caída del “Kiko” brasileño
Resulta relevante señalar que personal de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones de la Policía Federal, agregado en Brasil a través del Centro de Cooperación Internacional, aportó información clave: el prófugo se había sometido a una cirugía plástica en los pómulos para dificultar su identificación.
De este modo, como resultado de discretas tareas de inteligencia de los efectivos federales se determinó que el involucrado entrenaba artes marciales mixtas en un gimnasio del barrio porteño de Villa Crespo.
Asimismo, los seguimientos permitieron establecer que residía con una mujer también brasileña en el barrio de Palermo, ostentando ambos un alto nivel económico.
Finalmente, con todas las pruebas reunidas, se implementó un operativo en Villa Crespo, donde fue localizado y detenido en Beláustegui al 400.