Spiro Antonio Dellisanti, el médico de 57 años que fue denunciado en agosto pasado por abuso sexual por parte de una joven en la localidad de Río Primero, fue detenido el miércoles por orden de la fiscal de Delitos Sexuales de la ciudad de Córdoba, Alicia Chirino.
Dellisanti fue acusado de abuso sexual con acceso carnal, imputación que prevé una pena de entre ocho y 20 años de prisión. Se trata de una nueva imputación para esta persona que ya cumplió múltiples condenas por diferentes delitos, la mayoría de ellos ligados a la práctica clandestina del aborto.
Esta última denuncia por la que ahora regresó a prisión a menos de un año de haber recuperado la libertad fue realizada por una joven que el pasado 11 de agosto fue a una guardia del centro de salud de esa localidad por un dolor estomacal, pero, una vez en el consultorio, Dellisanti trabó la puerta, le hizo quitarse la ropa y, con la excusa de que podría estar embarazada, le hizo tacto vaginal, según consta en la investigación judicial y reconoció el mismo imputado, aunque adujo que fue parte de una rutina de control.
A partir de la revelación de esta denuncia, a medida que se abrían dos causas judiciales, una en el fuero provincial (por el abuso) y otra en el federal (por el delito de quebrantamiento de pena), también nacía un escándalo de proporciones. ¿Cómo un municipio había contratado a un médico con múltiples condenas y que aún tenía la matrícula inhabilitada?
El municipio de Río Primero, que lidera la intendenta Cristina Cravero (Hacemos por Córdoba), sólo se limitó a emitir un comunicado por el que se puso a disposición de la Justicia y de la denunciante en el proceso, aunque poco respondió sobre cómo habían llegado a contratar a Spiro Dellisanti.
“La directora del centro de salud, doctora Yuraly Molina, y el secretario de Gobierno, Ramiro Sánchez, tomaron conocimiento de la causa mediante notificación judicial y se pusieron a disposición de la Justicia para colaborar en el esclarecimiento del caso. Asimismo, nos pusimos a entera disposición de la denunciante y de su familia, quienes cuentan con la contención y el asesoramiento de Punto Mujer y de nuestro equipo interdisciplinario municipal”, aseguraron en la gacetilla distribuida a los medios de prensa.
A todo esto, el otro ente que quedó en el centro de la polémica fue el Consejo de Médicos, que supuestamente le había regresado la matrícula a Dellisante en este 2021, pese a que la tenía inhabilitada por varios años más después de su última condena, en la que se le había fijado una prohibición para ejercer como médico durante 14 años y medio.
En un primer momento, el Consejo de Médicos adujo que no había recibido ninguna comunicación de la Justicia federal sobre la inhabilitación, por lo que le habían restituido la matrícula a Dellisanti cuando este la solicitó tras salir de prisión en diciembre pasado.
En la Justicia federal contestaron que Dellisanti sí estaba inhabilitado para ejercer como médico, más allá de lo que dijera el Consejo Médico, ya que el propio acusado había sido notificado de manera personal durante su última condena. Por eso, ahora se le abrió una nueva causa penal por el delito de quebrantamiento de pena, figura que tiene una escala de entre dos meses y dos años de prisión.
Tras este cruce con el fuero federal, a fines de agosto, el Consejo Médico ratificó que Dellisanti estaba inhabilitado. “El plazo de inhabilitación especial para ejercer la profesión de médico comienza a correr desde la fecha de la sentencia (10-03-2020, cuando quedó firme, pese a ya que estaba en libertad porque la había cumplido), por un plazo de 11 años y seis meses, que vencerá el 10 de septiembre del 2031″, se dejó por escrito en una resolución.
En el medio de esta controversia, la fiscal Chirino comenzó a avanzar en la denuncia por el abuso sexual en el centro de salud. Ordenó allanar ese dispensario, reunió otras pruebas y finalmente el miércoles último decidió la imputación y detención de Dellisanti.
“Justicia en tiempo real es la mejor manera de cincelar el proceso de recuperación de la confianza pública herida de muerte”, apuntó el abogado de la joven denunciante, Carlos Nayi.
Dellisanti, un hombre con antecedentes
Dellisanti se hizo conocido hace varios años como el “Doctor Aborto”, en referencia a la peor cara del aborto cuando era clandestino en el país: mujeres que se sometían a esta práctica en condiciones paupérrimas, fuera de todo control sanitario, poniendo en riesgo sus vidas y pagando un alto costo económico; además, siempre hubo sospechas sobre el tráfico de bebés recién nacidos, y al acusado se lo condenó también por falsificar la identidad de una beba.
Dellisanti ya purgó cuatro condenas por diferentes delitos: fue acusado de balear a un policía, de haber tenido una industria de abortos clandestinos, de dejar con una secuela gravísima a una joven en una práctica ilegal y de haberle cambiado la identidad a un bebé recién nacido.
Ahora, otra vez la Justicia sospecha de él, pero ya no por haber delinquido en una clínica clandestina, sino en un centro de salud oficial del municipio de Río Primero.
“En el municipio me dieron la espalda, no me saludaron más”
Entre el alivio y el desconcierto. Este jueves, la madre de la joven que denunció al médico Spiro Dellisanti por el abuso sexual en un centro de salud de Río Primero intentaba amalgamar las sensaciones que la corrían por dentro.
Por un lado, la satisfacción por la resolución de la fiscal Alicia Chirino, que ordenó la imputación y la inmediata detención de Dellisanti. “Estamos bastante más aliviados, el trabajo de la fiscalía ha sido muy bueno”, valoró la mujer.
Pero, al mismo tiempo, no deja de resaltar la amargura que dice sentir por lo que ocurrió puertas adentro del municipio de Río Primero. La mujer, que es enfermera, había sido contratada en mayo último para colaborar con el Centro de Operaciones de Emergencia (COE) en esa localidad. Junto a otros cinco colegas, todos los meses les fueron renovando el contrato. Pero el pasado 1° de este mes, cuando llegó a trabajar, le dijeron que ella era la única a la que no se lo habían renovado.
“Me reprocharon por salir a contar lo que pasó en los medios, porque me quejé de que habían contratado a un médico con esos antecedentes. Me decían que no apoyaba la gestión municipal. Desde que mi hija hizo la denuncia, no me saludaron más en el centro de salud. Yeste mes, fue la única a la que no le renovaron el contrato”, denunció.
