La Fuerza Policial Antinarcotráfico llevó a cabo este jueves un operativo simultáneo en 24 viviendas y logró desbaratar una banda narco que operaba en distintos puntos de la ciudad y tenía sus sedes en cuatro barrios de la Capital provincial.
El operativo, que se extendió hasta pasado el mediodía, se desplegó en los barrios 16 de Abril, Colonia Lola, Villa Bustos y Villa Boedo, todos de la zona sudeste de la ciudad de Córdoba.
El megaoperativo fue el resultado de 15 meses de intensas investigaciones a cargo del fiscal Carlos Cornejo. Los efectivos de la Fuerza Policial Antinarcotráfico arribaron al territorio desde temprano y comenzaron a desplegarse en la zona.
En simultáneo, lograron realizar 24 allanamientos para desbaratar una organización narco, compuesta por al menos 19 personas (varios con antecedentes penales) y que operaban en diversos barrios de Córdoba. Todos fueron detenidos.
En los perímetros externos de los domicilios, colaboraron Gendarmería Nacional, Policía federal y Policía de Córdoba.
En en interior de las precarias viviendas que hacían las veces de depósitos, los investigadores de la Fuerza y los canes detectores de narcóticos llevaron a cabo meticulosos registros.
Producto de estas tareas se incautaron 2.600 dosis de cocaína y 446 de marihuana, 49 plantas de cannabis sativa, 250 semillas, un armas de fuego, dinero en efectivo ($10.371.300 y 622 dólares), cinco automóviles y elementos presuntamente relacionados al fraccionamiento de sustancias ilícitas.
El total de todo lo secuestrado supera los 100 millones de pesos ($106.652.150).
Una “mandamás” y un policía
La causa que durante meses fue despuntando Cornejo comenzó con una suposición. La cabecilla de la banda narco, según se presume, era una persona que ya contaba con antecedentes por narcotráfico. Ahora se dedicaba a sembrar de droga los rincones más recónditos de los barrios cordobeses, principalmente en la zona sudeste de la Capital, aunque no necesariamente se limitaba a este perímetro.
Se trata de una mujer (se reserva su identidad) que ya cumplía con prisión domiciliaria por comercialización de drogas mientras ejercía su rol de “mandamás”, tal como era mencionada en el entorno.
Sus “lugartenientes” eran sus propios primos, quienes además se encargaban de distribuir los estupefacientes en los diversos puntos de venta, según se desprende de las pesquisas.
Otro de los detenidos es un cabo de la Policía de Córdoba que se encontraba en tareas no operativas. Según surge de la investigación, su rol dentro de la organización consistía en custodiar la zona. Aunque aún nadie se atreve a negar que no pudiera haber cumplido con otras tareas paralelas.
Uno de los puntos de venta cerrados era un domicilio que funcionaba como “bunker” y sus “comerciantes” trabajaban en turnos rotativos de ocho horas diarias. En la zona aseguran que “el Kiosquito” no cerraba nunca.
También fueron allanados varios domicilios donde los narcotraficantes guardaban estupefacientes.
La Fiscalía de Lucha contra el Narcotráfico del Tercer Turno, a cargo de Cornejo, ordenó la remisión de todo lo secuestrado y el traslado de los aprehendidas a sede judicial por Comercialización Agravada de Estupefacientes.
Y si bien los investigadores coincidieron al confirmar que la banda quedó desbaratada, el minucioso trabajo de investigación continúa activo y podrían producirse nuevas novedades en la causa.
