Luego de que se conociera la historia de una familia de la ciudad de Córdoba, imputada y enviada a juicio por presunta asociación ilícita, usurpación y estafas, habló el principal sospecho de la causa instruida por el fiscal del Primer Turno de Delitos Complejos, Enrique Gavier.
El funcionario judicial envió a juicio casi a principios de 2020 al empresario Diego Maximiliano Báez (38), su hermano mellizo Ramiro Gastón Báez (38), la esposa de éste, Grisel Carrera (37), el primo de los Báez, Alberto Herrera (42) y los padres de los hermanos, Daniel Báez (75) y la Susana Graciela Peralta (fallecida).
Para el fiscal, Diego habría usurpado con fines económicos la casa de un exsuboficial de la Fuerza Aérea en calle Saturnino Navarro al 4233, en el Cerro de las Rosas. Estuvo detenido tres años con prisión preventiva, pero dejó la cárcel en 2020.
La familia también quedó envuelta en otra supuesta maniobra con dos propiedades de un difunto. Diego, su padre y su primo habrían usurpado la casa de Guido Barbieri, periodista jubilado (y fallecido) de La Voz, en Alta Córdoba.
En la causa –por presuntas asociación ilícita, usurpación y estafa reiterada–, los damnificados habrían perdido casi 2,2 millones de pesos y 334 mil dólares. “Nunca en mi vida formé una asociación ilícita”, afirmó Báez a este medio, y contó su versión.
Apuntó contra el fiscal Gavier. “Es el fiscal más poderoso de la Argentina. Tampoco implica que lo que esa persona diga sea la palabra de Dios, que sea la correcta. Una persona que te tuvo privada de la libertad tres años y que no te pudo sentenciar en tres años (porque) no tenía los elementos fundamentales para acusar. Una persona no te pone ‘formaba una supuesta asociación ilícita, en un lugar no determinado, con gente no determinada, haciendo estafas no determinadas’… ¿Son todos supuestos? Si existiera la pena de muerte, ¿mataste a 10 personas sin saber si son inocentes o si son culpables?”, dijo.
No obstante, en la causa el fiscal precisó a quienes consideró autores de los supuestos delitos que les adjudicó, en qué fechas habrían ocurrido y sumó un cúmulo de testimonios de supuestos damnificados.
“Como empresario, me acusan de una asociación ilícita… pobre mi madre, que descanse en paz. Un fiscal acusa a tu papá y a tu mamá, de 73 y 75 años. Nunca en su vida le pintaron los dedos, dos jubilados, con una pensión de 12 mil pesos, con una casa que tuvieron a lo largo de toda su vida. Entonces, ¿cómo podés acusar a una persona que nunca tuvo una pintada de dedos, ni en la dictadura?”. Se quebró y lloró al hablar de su padre.
“Y venís (por el fiscal) a acusar que formaba una banda ilícita… nooo”, y le achacó tener algún problema con él: “Está encarnizado por otras razones conmigo. Mi madre no se pudo defender y quedó libre de culpa y cargo. E imputó a mi primo para seguir manteniendo una asociación ilícita. ¡Eso es increíble!”, se quejó. Sin embargo, según consta en la causa, la imputación y elevación a juicio (en 2019) de su primo es anterior al fallecimiento de su madre (en 2020).
El edificio Altos del Cerro. “Podés acusarme a mí siempre y cuando vos usurpaste…. Me preguntás, ¿cómo obtuviste este terreno? Tengo todas las medidas preparatorias para el juicio de usucapión. Entonces, ¿dónde está el error? Si la propiedad, que no es nadie, es del Estado como heredero... Y cuando presenté las medidas preparatorias, se tendría que haber opuesto… En el caso que ellos (Estado) tuvieran que reivindicar las medidas útiles que yo realicé en el edificio, me tendrían que dar la posibilidad de comprar la tierra. Porque nadie tiene mejores derechos que yo. ¿Quién tiene mejores derechos de Diego Maximiliano Báez en el edificio del Cerro? Nadie”.
“¿Dónde están las personas estafadas? Una persona se escapa, hace asociación ilícita como hicieron Euromayor y (Javier) Marieschi. Para eso está la Justicia. Cuando la gente puso la plata y sus sueños fueron destruidos… Pero un edificio con 12 departamentos (el de Altos del Cerro) son mis ganancias”. La acusación plantea que la estafa se habría concretado al no informar a los compradores de los departamentos que el edificio se habría construido sobre un terreno presuntamente usurpado.
“Las personas fueron a través de inmobiliarias. La ley de inmobiliarias dice que la inmobiliaria es la encargada de ver cómo está el edificio, los papeles, si todo está en orden. Todas las personas que fueron ahí no son ignorantes. Son profesionales, con capacidad económica y mental. No fueron estafadas. Sabía lo que estaban comprando”.
Sobre el dueño de la casa del Cerro. “Estaba sin vida hacía un montón de años. Explico lo que es así para que veas lo que es la Justicia de Córdoba: si (el dueño) estuviera con vida en este momento, yo no hubiera estado preso tres años. Porque resarzo el terreno y no tengo ningún tipo de problema con él”. Para Gavier, el propietario registral real estaba con vida aún al momento de la supuesta usurpación.
Las imputaciones contra Báez y su familia por presunta usurpación de dos casas del periodista Barbieri. “(Una) era la oficina de la empresa (la casa en calle Nicolás Avellaneda, donde vivía el reportero, en Alta Córdoba). Se estaba peleando una herencia vacante entre 19 abogados. Fue una ‘cama’ que me hicieron. Los denuncié. Si denuncio la herencia vacante, tengo un porcentaje sobre lo que estoy denunciando, siempre y cuando no haya herederos. En este caso no había herederos”. No obstante, una sobrina del periodista –única heredera y universal– sí denunció penalmente las usurpaciones.
“Me junté con la sobrina. Le dije a su abogada: ‘Los abogados te están haciendo esto y esto y esto. Yo te estoy buscando a vos para que no te estafen’. Y la abogada me dijo: ‘Diego, te firmo la escritura por las dos propiedades que vos tenés, que sería la de Avellaneda y la casa a la que le había salido a mi hermano, que no tenía dónde vivir’”.
“Hicimos un acuerdo. Un abogado hizo el acuerdo para que firmáramos en el que ella cedía todo lo que tenía yo y aparece muerta con un testamento en el que decía que dejaba todo a un grupo de abogados. Hice una denuncia penal por falsedad ideológica, porque habían falsificado la firma de ella, yo teniendo la firma original de ella”.
La otra causa por supuesta usurpación de lotes en Camino a 60 Cuadras. “Los dueños cayeron y le dijeron: ‘Señor fiscal: esta persona que ve acá (Báez) compró con boleto, tiene títulos perfectos’. ¿Gavier qué hizo? Liberó la zona y usurparon todo el loteo. ¿Cómo un fiscal que tiene una investigación va a permitir que entren ahí y hagan lo que quieran? Tengo un problema que es que tengo un loteo para transferir a nombre mío. Estoy viendo esto: escrituro para sacarme a Gavier de encima por el tema del loteo, pero lo tengo todo usurpado”.
Ofrecimiento de reparación. “Si hay estafas”: “Si hay estafas propongo comprar todo el edificio de nuevo, completo, y devolver a cada uno (inquilinos) lo que pagó. El loteo se lo regalo a las familias que están, escriturado y todo. Gavier se opone”. Señaló que propuso adquirir el edificio con fondos avalados por una empresa constructora.
Su hermano mellizo, Ramiro y su pareja, Carrera, ambos imputados. “Nunca tuvieron una pintada de dedos. Trabajan en doble turno. Ella 20 años en un colegio y mi hermano como colectivero. ¿Mientras dormían hacían una asociación ilícita?”, señaló.
La causa sobre dólares falsos. “Pagando una compra, me encontraron con 200 dólares falsos de 1.300 que me los había ‘comido’”, dijo, aunque el fiscal federal N°1, Enrique Senestrari, lo acusó por varias compras por un total de 500 dólares falsos, no 200. “Un abogado, un ‘erudito’, me dijo: ‘Firmá estas horas comunitarias y te liberás del ‘quilombo’. Yo no sabía nada de Justicia, de abogacía. Pero fue lo peor que hice en mi vida. Asumí cargos que no tendría que poder asumirlos”. Dijo que le restaba resarcir a una damnificada y entregar una documentación en la Justicia para cumplir con la probation, pero que no pudo hacerlo porque fue detenido antes. No obstante, para el Tribunal Oral N° 1 Báez incumplió el total de los trabajos comunitarios y no realizó los pagos a los damnificados.
Su hermano Lucas y primo, que lo acusaron de estafador. “¿Sabés quiénes son Caín y Abel? Caín y Abel son un poroto. Está peleado con la familia desde que nació. No tiene corazón”. Acerca de su primo: “Es un montón de envidia junta”.
Denuncia usurpación. Báez señaló que usurparon la propiedad en la que vivía y que vivió como ilegal en Nueva York: “Sí, estuvimos ilegales en Nueva York seis años. El fiscal me negó viajar a Estados Unidos. Apenas termine estas cosas, voy a ir a todos los años porque amo Nueva York”.
Sobre él. “¿Qué pasa con Diego Báez? ¿Por qué no me dejan vivir? ¿Les molesta una persona que sea exitosa? ¿Por qué no cuentan cuando era chico y no tenía para comer y vendía en la plaza San Martín de los siete a los 10 años?”, indicó.
Su vida en la cárcel de Bouwer y la actualidad. “La persona que más cursos hizo en Bouwer en la historia, aparte de Eduardo Rodrigo (condenado en el caso CBI), fue Diego Maximiliano Báez. Tengo para ‘aguantar’ una condena de hasta siete años y ocho meses (la Justicia puede ordenar reducción de penas por estímulo educativo). Nadie me va a devolver los tres años que estuve preso ni mi buena vida. Sí la voy a volver a tener. Soy un vendedor nato. Trabajo, no salgo a robar. No tengo necesidad de hacerlo porque tengo una capacidad maravillosa y asombrosa de hacer negocios y plata”.
