Cristian Graf, señalado como el principal implicado en el caso del joven cuyos restos fueron encontrados junto a la casa donde vivió Gustavo Cerati, fue interceptado por la prensa este lunes por la mañana, tras visitar la fiscalía. Brindó una breve, pero intrigante, respuesta.
La periodista Mercedes Ninci consultó directamente si él había asesinado a Fernández Lima, y la única respuesta que se le escuchó decir fue: “A mi papá”.
Esta breve declaración es la primera vez que Graf se pronuncia públicamente desde que se convirtió en el centro de la investigación.
La investigación por el joven enterrado cerca de la casa de Cerati
Cristian Graf es cuestionado no solo por haber sido compañero de colegio de la víctima, Diego Fernández, Lima y vivir en la casa donde se produjo el estremecedor hallazgo, sino también por haber dado tres hipótesis contradictorias sobre el origen de los huesos. Daniel Scarfo, el encargado de la obra donde se encontraron los restos, reveló que tuvo contacto con Graf tras el descubrimiento.
Según Scarfo, Graf se acercó al lugar del hallazgo y ofreció distintas versiones de lo que pudo haber ocurrido. Una de las hipótesis sugería que en el lugar “hace muchos años hubo una iglesia y que quizás era un cura que habían enterrado ahí”.
En la misma conversación, Graf comentó que hubo un “establo en el terreno, pero hace muchísimo, tipo 1.800”. La tercera versión, la que más llamó la atención de los constructores, fue que Graf “recordó que cuando hicieron la pileta, pidieron un camión de tierra para nivelar y sugirió que tal vez allí vinieron los restos”.
Sin embargo, Scarfo consideró que era “poco probable que vengan huesos humanos completos en él” si se tratara de tierra importada.
El macabro hallazgo que destapó el misterio
El martes 20 de mayo, la rutina de una obra en el barrio de Coghlan se transformó en una escena de terror cuando se encontraron huesos humanos en una casa que había sido alquilada por Gustavo Cerati. El encargado de la obra, Daniel Scarfo, relató que uno de los trabajadores, mientras paleaba, “vio que se abría un hueco y empezaron a caer restos hacia la obra”.
El descubrimiento ocurrió entre las dos y las tres de la tarde, y de inmediato se llamó a la Policía. Entre los restos, Scarfo se sorprendió al ver un reloj Casio, un detalle que ayudó a datar la época del hecho, indicando “del ‘84 más o menos”. Un dato clave es que los huesos fueron encontrados a una profundidad mínima, de “40 o 50 centímetros, no más. Era muy poco”.