Familiares, amigos y conocidos de Jonatan Oscar Romo, el hombre que murió la semana pasada a manos de la Policía de Córdoba, marcharon este domingo en la ciudad de La Falda para pedir justicia. Por el crimen policial, se encuentran detenidos seis uniformados: cuatro están acusados por homicidio calificado y otros dos por encubrimiento agravado.
A todo esto, la causa continúa y no se descartan más imputaciones.
Los familiares insisten y reclaman que se investiguen a más policías (entre ellos, el desplazado titular de la Departamental Punilla Norte, Diego Bracamonte) por una golpiza y detención que ya había sufrido Jonatan en diciembre del año pasado.
Para la Justicia, Jonatan fue víctima de un homicidio y de un posterior intento de desviar el curso de las cosas con una mentira.
La causa está en manos, por ahora, del fiscal Raúl Ramírez. Se supone que, al terminar la feria de julio, el caso recaería en la fiscal de Cosquín, Paula Andrea Kelm.
Por presunto homicidio calificado se encuentran presos: el sargento Miguel Ángel Aguilera, el cabo Juan Pablo Zunino, el cabo Hernán Suárez y el sargento Walter Geri.
En tanto, por presunto encubrimiento agravado quedaron presos: el subcomisario Pablo Antonio Zárate y el agente Lucas Giménez.
Los seis ya estaban en situación pasiva desde el pasado lunes.
Quedaron alojados en el Establecimiento Penitenciario 9. Luego, serán trasladados a la Cárcel de Bouwer.
Asfixia mecánica
El pasado domingo 10 del corriente, según la investigación, Jonatan había sufrido un brote psicótico.
El joven era adicto a drogas, según enfatizaron sus familiares.
Alguien llamó a la Policía y acudieron uniformados que lo detuvieron, maltrataron, esposaron y llevaron a la comisaría local. Allí, murió a los pocos instantes.
La autopsia determinó que murió por asfixia mecánica causada por terceros: en este caso policías.
Encubrimiento
En el libro de guardia, en tanto, no quedaron asentadas las cosas tal como sucedieron.
Según voceros del caso, se redactó que Jonatan había sufrido una descompostura.
El protocolo policial determina dos cosas: ante un caso de una persona que sufre una crisis de salud mental, el uso de la fuerza es el último recurso y, además, no se pueden hacer traslados a comisarías. El traslado debe ser a un hospital.
De allí que el crimen de Jonatan causó un “terremoto” en la actual gestión de la jefa de Policía, Liliana Zárate. De hecho, Zárate y el ministro de Seguridad, Alfonso Mosquera, dispusieron una “purga” días atrás que terminó con que tres altos jefes fueran desplazados.
Además de Bracamonte, fueron enviados a retiro el jefe y subjefe de Recursos Humanos de la Policía: los encargados de formar a la tropa.
Bronca, dolor y reclamo
Unas 400 personas se movilizaron este domingo a la tarde desde la intersección de la avenida Edén con la diagonal San Martín hasta la calle San Lorenzo, donde está la comisaría de La Falda. Frente a la sede policial, los participantes encendieron velas.
La movilización fue pacífica. Algunos manifestantes lanzaron insultos contra la Policía, pero los familiares de Jonatan pidieron silencio.
Uno de los hermanos de la víctima habló con la prensa y dijo que la investigación se está llevando a cabo en buenos términos. Además, destacó el trabajo del fiscal Ramírez.
El viernes, referentes del Movimiento Socialista de Trabajadores y de la Unión de Trabajadores de la Salud se movilizaron hasta la Jefatura de la Policía, en barrio Alberdi de Córdoba Capital, para reclamar justicia por el crimen de Jonatan y denunciaron el cierre de dispositivos hospitalarios para el tratamiento de las adicciones.
En tanto, referentes de la oposición vienen reclamando que haya cambios en la política de seguridad.en buenos términos. Además, destacó el trabajo del fiscal Ramírez, a cargo de la causa. “Esto no va a quedar acá”, señaló.
