El brutal crimen de Germán Medina a manos de un compañero de trabajo, tras una discusión en una peluquería ubicada en Recoleta, conmocionó a todos. Mientras la Policía buscaba a Abel Guzmán, el asesino que seguía prófugo; ese lunes se difundieron imágenes de las cámaras de seguridad del local de lo que ocurrió segundos después del homicidio. Nerviosismo, tensión y una huida por la ventana para poder salir del comercio que estaba cerrado.
El violento video del asesinato, tras la discusión entre compañeros, se viralizó la semana anterior. Pero, ¿qué sucedió después de que Guzmán extrajera un arma que llevaba escondida en su cintura debajo de su vestimenta y acabara de un tiro en la cabeza a su compañero de 33 años?
En primera instancia, se vio a Guzmán que, tras asesinar a su compañero de trabajo, corrió hacia otro sector de la peluquería con el arma todavía en la mano. El homicida salió de escena.
Casi al mismo tiempo, el encargado del local (de gorra) corrió hacia donde estaba la puerta de salida y levantó la persiana que ya estaba bajada.
En medio de la tensión, el encargado se cruzó con otro compañero que aún no salía del asombro por lo ocurrido (aparece en el plano de la cámara que enfoca el salón principal). El de gorra, algo le dijo y corrió para avisar al homicida que la puerta de escape ya estaba abierta.
Segundos después, el homicida apareció nuevamente en plano ya sin el arma en la mano, le acarició el hombro a quien se encontraba estupefacto a metros de la salida, y volvió hacia la parte trasera del local para tomar su mochila.
En el trayecto, se vio que gesticulaba como si estuviera dando indicaciones a sus dos interlocutores que estaban en la escena.
Ya con su mochila en mano, Guzmán entabló una conversación de varios segundos con el encargado de gorra. Ambos estaban dubitativos. Se notó que hubo un nervioso diálogo entre ambos, en medio del vaivén de Guzmán con su mochila, que salía y que no. La persiana de la puerta estaba abierta, pero la otra reja estaba cerrada y la llave no aparecía.
Se vio al encargado buscándola, pero no apareció. Lo mismo hizo Guzmán que buscó la llave dentro de su mochila.
Allí, en medio de la duda y de manera intempestiva, el encargado del lugar le abrió una ventana. Entonces Guzmán optó por escaparse por allí.
Otra cámara, del exterior del local, mostró cómo Guzmán saltó hacia la calle desde la ventana, y escapó corriendo con su mochila en mano. Se fue de plano y un transeúnte detrás de él, miró sorprendido hacia la ventana del local abierta.
Hasta ese momento, la Policía seguía en la búsqueda del asesino que continuaba prófugo.
