La jefa de la Policía de Córdoba, Liliana Zárate Belletti, reconoció que los efectivos que actuaron en el caso de Jonatan Romo, el hombre asesinado por los policías en La Falda, violaron claramente el protocolo oficial al trasladarlo a una comisaría en vez de llevarlo a un centro médico.
“La víctima no debió haber sido nunca llevada a una dependencia policial porque así lo establece el protocolo. Debió haber sido llevado a un dispensario o un hospital”, dijo la funcionaria, quien atraviesa otro escándalo (entre varios en la fuerza) en su gestión como máxima autoridad de la Policía.
Zárate, de hecho, llegó a su función en reemplazo de Gustavo Vélez, quien ejerció la jefatura desde diciembre de 2015 y fue pasado a retiro forzoso tras el estrépito social por el crimen de Valentino Blas Correas a manos de policías. A pesar de los hechos de “gatillo fácil”, el ministro de Seguridad, Alfonso Mosquera, sigue en el cargo.
“Se trabaja en capacitación”
“Hablé con el hermano (del asesinado, Romo), me comuniqué personalmente con él. Los planes de estudio (policiales) tienen asignaturas humanitarias y con la acción policial. Es una mejor formación y capacitación”, señaló Zárate, aunque no precisó cuál sería la mejor formación.
En ese sentido, mencionó a Mitre que si bien los aspirantes del segundo año están recibiendo esa presunta capacitación superior, “se trabaja en la capacitación y el entrenamiento del personal que ya está en funciones”.
La funcionaria se negó, asimismo, a opinar sobre el video del ataque policial contra Romo: “Por respeto a la investigación, no voy a emitir opinión. Es materia de investigación, el fiscal avanza”.
