La Justicia y la Policía investigan la muerte de un hombre que, momentos antes, había sido detenido por un grupo de vecinos en el interior de un domicilio ubicado en el barrio San Ignacio, en la ciudad de Córdoba. El individuo fue atado con mangueras y habría sido golpeado, aunque este punto central tendrá que ser determinado por la autopsia forense.
Fuentes policiales señalaron que la hipótesis es que se habría tratado de un intento de robo.
El sujeto, según voceros de la fuerza, habría entrado a un domicilio con aparentes intenciones de cometer un ilícito y fue entonces que terminó reducido por personas no identificadas. Al rato, llegó un móvil policial que trasladó a este hombre (se encontraba muy “exaltado”, según voceros) a un hospital, donde finalmente murió.
Desde la Justicia son cautos.
El caso está en manos del fiscal de instrucción Horacio Vázquez, quien ha ordenado una serie de medidas en torno a esta causa. El funcionario no es concluyente respecto a lo que ha pasado. Dispuso distintas medidas investigativas para esclarecer lo sucedido y, por ahora, no hay imputaciones. Tampoco, detenciones.
Detención y muerte
El caso conocido en las últimas horas sucedió en realidad el pasado sábado al mediodía.
Por un llamado de alerta efectuado al 911, una dotación policial fue hasta un domicilio ubicado en calle José Ramón Figueroa al 800, a pocos metros de la avenida Costanera, en barrio San Ignacio.
El llamado daba cuenta sobre un supuesto robo domiciliario y un ladrón que había sido detenido por vecinos en el marco de una aprehensión civil.
Cuando los uniformados llegaron –según fuentes oficiales–, se toparon con un joven tirado en el piso en el ingreso a una casa.
El muchacho estaba inconsciente y había sido atado de manos con una manguera domiciliaria por algunas personas.
De acuerdo a los voceros, los policías lo desataron, comprobaron que aún respiraba y llamaron a una ambulancia del servicio municipal 107. Supuestamente, hay un puesto de emergencias en el CPC Colón.
Una versión extraoficial señala que el hombre estaba golpeado.
Como la ambulancia no llegaba, el joven fue subido a la parte trasera del patrullero y se lo trasladó hasta el Hospital Provincial Eva Perón.
De acuerdo a los voceros, en el camino, el hombre reaccionó y comenzó a “insultar” a los policías.
Pasadas las 15, el móvil llegó al centro de salud y el cuerpo médico de emergencias comenzó a atender al joven. Se le colocó un aparato para proveerle respiración artificial.
Finalmente, el joven tuvo dos paro cardiorrespiratorios y finalmente murió. En la planilla médica, una profesional escribió que el paciente había tenido “taquiarritmia”.
Investigación abierta
La persona fallecida fue identificada como Richard Daniel Mareco Cristaldo, quien tenía 25 años y era oriundo de Paraguay.
Fuentes policiales señalaron que el joven tenía antecedentes por delitos.
Los primeros datos obtenidos por policías dan cuenta de que el joven aparentemente habría intentado robar en una casa y luego escapó mediante escalamiento por los techos.
Luego, habría sido reducido por vecinos que lo redujeron de manera violenta para aprehenderlo. En ese marco, fue atado de manos con una manguera.
No está claro si había otro sospechoso que alcanzó a escapar.
Luego, llegó el móvil policial y, rato después, sobrevino la muerte de Mareco Cristaldo.
El caso fue caratulado como muerte por etiología dudosa.
La fiscalía aguarda resultados forenses y estudios complementarios, a fin de determinar si la persona había consumido o no alguna sustancia. Además, se intenta precisar qué cardiopatías, si es que la había, tenía esta persona.
En paralelo, investigadores policiales están recopilando testimonios a fin de determinar cómo fue que sucedieron los hechos.
Aprehensión civil
El artículo 279 del Código Procesal de Córdoba habilita la “aprehensión privada”.
La norma señala que “los particulares están autorizados a practicar la aprehensión, debiendo entregar inmediatamente al aprehendido a la autoridad policial”.
Esta “aprehensión” realizada por civiles únicamente está permitida cuando el delito se comete en flagrancia: es decir, cuando el ladrón ha sido sorprendido en plena ejecución o intenta escapar.
La norma expresa que se debe llamar a la Policía, que pondrá al sospechoso a disposición de la Justicia.
Los ciudadanos jamás deben trasladar al detenido a una comisaría. Simplemente, pueden retenerlo hasta que arribe el patrullero.
Uso de la fuerza
Una cosa es detener, otra distinta vengarse.
La normativa habilita un uso justificado de la fuerza para aprehender y retener a una persona. La violencia no puede ser más excesiva que la necesaria para detener al sospechoso.
Se debe evitar que la aprehensión se convierta en un intento de linchamiento, ya que eso constituye un delito por parte de quien lo ejecuta.
Todo puede derivar en lesiones y hasta en una causa por homicidio.
