A las 17 del 19 de abril de 2018, la vida de la pequeña Azul se detuvo. Tenía 8 años. Nada se pudo hacer para salvarla. Su cuerpo quedó tendido al costado de la ruta. De fondo, los desgarradores gritos de su madre, María Nitti.
La hermanita, Lihuén, alcanzó a ser rescatada. Estaría internada durante 90 días y lograría esquivar a la muerte.
Las mellizas Pícolli se conducían en el asiento trasero del auto. Manejaba la mamá.
Aquella nefasta tarde, se vieron involucradas en una gravísima colisión automovilística ocurrida en la ruta provincial 5, en cercanías de Ciudad Parque Los Reartes, en el departamento Calamuchita.
En las últimas horas, el fiscal Alejandro Carballo terminó la investigación y envió a juicio al empresario Agustín Furgiuele (63), responsabilizándolo de haber causado supuestamente aquel desgraciado siniestro vial.
Furgiuele, quien se dedicaba a las perforaciones en Calamuchita, fue enjuiciado como supuesto autor del delito de homicidio culposo agravado y lesiones culposas agravadas.
De acuerdo a la investigación, Furgiuele manejaba un Audi A5 y habría hecho un sobrepaso indebido a un auto Volvo C30 que iba adelante.
En esas circunstancias, venía de frente un Renault 9 conducido por María Nitti. En el asiento trasero de ese auto iban las mellizas.
Ante la abrupta maniobra del Audi, la conductora habría terminado chocando contra el Volvo y luego terminara en la banquina contraria.
A raíz del violento impacto, murió la pequeña Azul Píccoli a causa de graves traumatismos.
Su hermanita y las ocupantes del Volvo resultaron heridas.
Acusación del fiscal
Tras analizar el expediente, el fiscal concluyó que sólo tuvo responsabilidad el empresario Furgiuele a quien le achacó que, tras el siniestro, se quedó como espectador en la escena, sin responsabilizarse de lo ocurrido.
Luego habría ido hasta el hospital donde estaban los heridos. Más tarde, desapareció.
El Audi terminaría siendo secuestrado por la Policía varios meses después en la provincia de Buenos Aires.
En la causa, numerosos testigos avalaron la participación del acusado en el siniestro vial. Hasta habría registros fílmicos e intervenciones telefónicas.
Los peritajes mecánicos fueron contundentes a la hora de marcar la dirección y las maniobras de los tres autos involucrados.
Temerario e imprudente
Para Carballo, el acusado fue protagonista de una maniobra temeraria, imprudente y antirreglamentaria.
El siniestro se registró en un sector demarcado por la doble línea amarilla continua, con subidas y curvas donde sólo se puede ir a baja velocidad. No hay lugar de sobrepaso.
La pesquisa tuvo en cuenta que el acusado manejaba, pese a tener supuestamente una enfermedad neurológica.
“El temerario acto de imprudencia, consistente en conducir un vehículo automotor, a alta velocidad sobre una ruta provincial, a sabiendas de que su patología neurológica le impedía mantener en todo momento el dominio de su vehículo, derivando en la súbita invasión del carril por el que transitaba la mujer y sus dos hijas”, sostuvo el funcionario en su resolución.
Aquella tarde, las mellizas regresaban a su hogar con su madre, en Villa Ciudad Parque, tras una clase de robótica.
La elevación a juicio aún no está firme.
Mientras tanto, hay un pueblo que reclama justicia por Azul.
