La causa por la muerte de Jonatan Oscar Romo (35), ocurrida hace 17 días en la comisaría de La Falda, hecho por el cual hay seis policías detenidos e imputados, se reactivó y entró de lleno en una “batalla legal”.
Los uniformados comenzaron a ser indagados este martes y a dar sus versiones de los hechos en los Tribunales de Cosquín.
En las indagatorias, los uniformados niegan los cargos en su contra, dan sus versiones y, al mismo tiempo, remarcan que “no tenían conocimiento” de la existencia de un “protocolo” policial para el tratamiento de personas con brotes psicóticos.
Cuatro de los policías presos están acusados por homicidio calificado.
Jonatan murió por asfixia mecánica. En caso de condena con esa figura: corresponde prisión perpetua.
Los otros dos uniformados están acusados por encubrimiento agravado. ¿Por qué? Según el fiscal Raúl Ramírez, mintieron al escribir en el libro de guardia que Jonatan simplemente se había descompuesto.
Las defensas de los policías adelantan que darán “batalla”.
Los letrados niegan que se haya tratado de un homicidio calificado y remarcan que fue una “muerte accidental”. Añaden que, si cabe un reproche legal, todo debería ser encuadrado en un homicidio culposo; es decir, por imprudencia.
La pelea no es menor: lo que se discute es la pena de prisión.
Las defensas pedirán las excarcelaciones de los uniformados imputados.
Aquel domingo 10 de julio, Jonatan sufrió un brote psicótico. El joven, adicto a drogas, entró en crisis en una despensa de La Falda.
Alguien llamó a la Policía y acudieron uniformados que, de manera violenta lo detuvieron y llevaron a la comisaría, donde murió al rato.
Su muerte, considerado por ahora un crimen policial por la Justicia, derivó en una “purga” en altos niveles de la fuerza policial y un fuerte cruce entre el desplazado jefe de Recursos Humanos y autoridades policiales y del Ministerio de Seguridad.
“Somos inocentes”
Eran las 9 de la mañana del martes, cuando el colectivo del Servicio Penitenciario de Córdoba (SPC) llegó a los Tribunales de Cosquín, procedente desde la Cárcel de Bouwer.
Los penitenciarios trasladaban al sargento Miguel Ángel Aguilera y al cabo Hernán Suárez.
“¡Qué sacás fotos! No podés sacar fotos...”, le dijo uno de los penitenciarios al fotógrafo de La Voz.
El reportero le respondió que hacía su trabajo desde la calle y los efectivos se llamaron a silencio.
Ya en la sede judicial, el propio fiscal Ramírez y su prosecretaria la llevaron adelante las indagatorias.
Tanto Aguilera como Suárez (acusados por homicidio calificado) negaron los cargos, se dijeron inocentes y dieron su versión.
Indicaron que esa jornada fueron comisionados a detener a un joven (era Jonatan Romo) que estaba exaltado en la calle y con una botella rota.
Por separado, señalaron que hubo “resistencia” del muchacho y que se empleó la fuerza para reducirlo.
Dijeron que el muchacho ya se había efectuado heridas a sí mismo.
Uno de los policías dijo que usó un palo (que estaba en el patrullero) pero que nunca golpeó a Romo.
“Le decíamos ‘calmate Jony, calmate Jony”, declaró un policía.
Indicaron que lo trasladaron esposado a la comisaría y que allí el muchacho se “resistió” y empezó con “patadas”. Declararon que “lo calmaron” en la dependencia.
Añadieron que el joven terminó en el piso y que se “descompuso”, por lo que se llamó a la ambulancia.
“Le decíamos: ‘¿Estás bien Jony?’”, declaró uno de los policías. Añadieron que llegaron paramédicos y que, pese a los intentos, murió.
“Mis defendidos no mataron a nadie. No fue homicidio calificado, de hecho. Estaremos, a lo sumo, en presencia de un hecho culposo”, dijo el abogado Pedro Despouy Santoro.
“Los policías no sabían nada de ese protocolo del TSJ”, añadió el letrado.
Este miércoles declararán los otros dos policías acusados por homicidio: el cabo Juan Pablo Zunino y el sargento Walter Geri.
“El sargento Geri es inocente. No mató a nadie. Era de la Guardia de Infantería. Lo convocaron esa jornada. Pero no mató a nadie. ¡Romo se autoagredía! Mi cliente no cometió ningún delito. Y si lo acusan de algo, que sea una figura culposa”, remarcó, por su parte, el abogado Federico Pizzicari Bordoy, quien defiende a Geri.
Encubrimiento agravado
El jueves, en tanto, serán indagados los otros dos policías presos por supuesto encubrimiento agravado.
Se trata del subcomisario Pablo Antonio Zárate y el agente Lucas Giménez.
