Otra vez, y en otro grave episodio de inseguridad en Córdoba, un ladrón fue reducido por un grupo de personas y recibió una golpiza que se detuvo cuando llegó un móvil de la Policía de Córdoba. El joven fue trasladado a un hospital con distintas heridas y permanece internado y con custodia policial.
Voceros policiales indicaron que el detenido tiene 15 años y se investiga si contaba o no con cómplices.
A todo esto, hay una investigación judicial abierta a fin de desentrañar todas las circunstancias de este preocupante episodio ocurrido en la mañana del domingo en el barrio Villa San Alberto, de la Capital.
El primer escollo, como es de suponer, con el que se encontraron policías es que pocos vecinos quisieron aportar datos sobre lo sucedido.
Días atrás en Córdoba, un intruso que había entrado a robar a una casa fue reducido por vecinos y sometido a una golpiza. Momentos después, el individuo se descompuso y murió en un centro de salud. Esa causa también está en plena pesquisa.
Robo, aprehensión y golpes
Respecto al último caso, todo se descubrió alrededor de las 7.30 de este domingo cuando ingresó un llamado a la línea de emergencias 911 de la Policía cordobesa en el que se daba cuenta sobre la detención de un ladrón en una vivienda.
Un móvil acudió hasta el domicilio ubicado en calle Quintuco al 6300 del barrio Villa San Alberto.
Frente al lugar los policías se dieron con un adolescente tirado en el piso y muy golpeado.
Una mujer le relató a los policías que ese adolescente había entrado a robar, momentos antes, a la casa de un jubilado y que otras personas lo habían sorprendido y reducido.
Voceros oficiales señalaron que el joven menor de edad, a simple vista, presentaba una lesión en el ojo derecho y sangrado en la cabeza.
Fue detenido y trasladado al Hospital Eva Perón, donde fue atendido por el equipo médico que diagnosticó fracturas y traumatismo de cráneo occipital, heridas cortantes, lesiones en un ojo y hematomas varios con fracturas maxilar superior.
La causa quedó radicada en la unidad judicial de la zona a instancias de una fiscalía, desde donde se dispuso profundizar la pesquisa.
En ese marco, se intenta determinar cómo sucedieron los hechos efectivamente, en qué circunstancias, quiénes pegaron y, entre otras cosas, si el menor contaba o no con apoyo de cómplices mayores.
Cabe señalar que, días atrás, esta barriada se vio sacudida por el crimen de una nena de 3 años, quien recibió un disparo en la cabeza por parte de una patota de ladrones que abrió fuego contra una casa.
Una muerte, semanas atrás
Por otro lado, en otra fiscalía avanza una investigación judicial tendiente a esclarecer cómo fue la golpiza que un intruso había recibido en barrio San Ignacio, en la Capital.
El hombre murió rato después.
El caso sucedió el pasado sábado 10 del corriente mes.
También por un llamado de alerta efectuado al 911, una dotación policial llegó hasta un domicilio ubicado en calle José Ramón Figueroa al 800, a pocos metros de la avenida Costanera, en barrio San Ignacio.
El llamado daba cuenta sobre un supuesto robo domiciliario y un ladrón que había sido detenido por vecinos en el marco de una aprehensión civil.
El muchacho, de 25 años, estaba inconsciente y había sido atado de manos con una manguera domiciliaria por algunas personas. Presentaba varios golpes.
Los policías lo desataron, comprobaron que aún respiraba y llamaron a una ambulancia del servicio municipal 107. Como la ambulancia no llegaba, el joven fue subido al patrullero y llevado al Hospital Eva Perón, donde se le proveyó respiración artificial.
El joven tuvo dos paro cardiorrespiratorios y finalmente murió.
La causa está en manos del fiscal de instrucción Horacio Vázquez, quien ordenó una serie de medidas investigativas para desentrañar cómo fue que sucedió todo.
La investigación sigue abierta.
Aprehensión civil
El artículo 279 del Código Procesal de Córdoba habilita la “aprehensión privada”.
La norma señala que “los particulares están autorizados a practicar la aprehensión, debiendo entregar inmediatamente al aprehendido a la autoridad policial”.
Esta “aprehensión” realizada por civiles únicamente está permitida cuando el delito se comete en flagrancia: es decir, cuando el ladrón ha sido sorprendido en plena ejecución o intenta escapar.
La norma expresa que se debe llamar a la Policía, que pondrá al sospechoso a disposición de la Justicia.
Los ciudadanos jamás deben trasladar al detenido a una comisaría. Simplemente, pueden retenerlo hasta que arribe el patrullero.
La normativa habilita un uso justificado de la fuerza para aprehender y retener a una persona. La violencia no puede ser más excesiva que la necesaria para detener al sospechoso. Se debe evitar que la aprehensión se convierta en linchamiento, ya que eso constituye un delito por parte de quien lo ejecuta.
Todo puede derivar en lesiones y hasta en una causa por homicidio.
