Absuelto en 2009 en una causa por acopio de armas y de drogas, Mauricio Roberto Cangioli (53) volvió a quedar envuelto en una causa penal en Córdoba, esta vez por presunto uso de documento público falso, encubrimiento y tenencia ilegítima de DNI ajeno.
La Sala A de la Cámara Federal de Apelaciones confirmó en las últimas horas el fallo del entonces juez N° 1 Ricardo Bustos Fierro (jubilado) de no hacer lugar a la suspensión de juicio a prueba solicitada por Cangioli.
La nueva causa penal
El sospechoso se vio involucrado en una serie de maniobras presuntamente ilícitas el 9 septiembre de 2021. Un oficial subinspector de la Policía de Córdoba patrullaba por Corro y Brasil, en Güemes, cuando observó una Volkswagen Amarok con una patente falsa, ya que los sellos de agua eran celeste claro (en vez de oscuro) y no tenía uno de los logos del Mercosur. Después se constató que la otra chapa también era trucha.
Lo siguió unos metros y lo controló en Julio Roca al 600, donde le pidió a Cangioli los papeles. El efectivo notó que la cédula tenía irregularidades en el fondo del logo de la Dirección Nacional de Propiedad del Automotor (DNRPA). Posteriormente, se comprobó que estaba a nombre de un hombre domiciliado en Buenos Aires y que era falsa.
Al revisar el vehículo, el policía detectó que el número de chasis presentaba adulteraciones en su grabado, al no corresponderse con ese dominio. Se probó que el número original de la camioneta correspondía a la pick-up radicada en Capital Federal que pertenecía a la Universidad Tecnológica de Buenos Aires.
Más llamativo fue lo que Cangioli tenía en su poder sin lograr justificarlo: debajo del asiento del conductor tenía una gaveta abierta y una gran cantidad de DNI.
Cuando el uniformado le preguntó por qué tenía esos documentos, Cangioli dijo no saber qué hacían allí. En total, secuestraron 67 DNI (tanto de hombres como de mujeres), dos cédulas de identidad de la Policía Federal vencidas y una cédula de Chile. Todos eran auténticos, con excepción de la cédula chilena, que en apariencia también lo era, aunque no se pudo comprobar de forma categórica.
El juez lo procesó por los tres presuntos delitos, y no hizo lugar a la suspensión de juicio a prueba (probation) solicitada por la defensa. El fiscal N° 3, Maximiliano Hairabedian, se opuso al beneficio.
Al analizar la apelación de Cangioli, la camarista Graciela Montesi recordó que para el otorgamiento de la probation es necesario el consentimiento del fiscal (condición imprescindible e ineludible), ya que su oposición fiscal es vinculante para el juez.
La vocal concluyó que la multiplicidad de delitos atribuidos y sus antecedentes penales tornaban improcedente otorgar el beneficio, postura asumida por Hairabedian y convalidada por Bustos Fierro.
Absolución en 2009
Cangioli fue imputado, procesado y llevado a juicio en 2009 ante el Tribunal Oral Federal N° 2. Fue juzgado junto con Rodrigo Ariel “Noño” Vargas, acusados de llevar a un taller mecánico un Peugeot 406 en cuyo baúl había un poderoso armamento y 13 kilos de cocaína.
El vehículo fue secuestrado por la Policía el 12 de enero de 2007 en un taller ubicado frente a la entonces cárcel de barrio San Martín (ex-UP1).
En el baúl hallaron dos pistolas ametralladoras, un par de fusiles FAL, nueve pistolas 9 milímetros, tres escopetas recortadas, una pistola 11.25, cinco chalecos antibalas azules con la inscripción “Policía de Córdoba”, gran cantidad de municiones, varios celulares y la cocaína de máxima pureza, fraccionada.
De acuerdo con los investigadores, tanto el armamento como la droga estaban relacionados con un asalto ocurrido el 10 de enero de 2007, cuando una banda abrió fuego contra los custodios de un camión blindado de Brinks, frente a un banco en barrio General Paz.
En el resonante caso, los delincuentes mataron a uno de los portavalores (Antonio Murúa, de 31 años) y se alzaron con una saca con $ 200 mil en efectivo y armas de los custodios. Al parecer, los delincuentes inmediatamente invirtieron el dinero en droga.
El entrecruzamiento de llamadas telefónicas y los datos aportados por informantes permitieron a los de Lucha contra el Narcotráfico obtener la información de que Vargas estaba parando en Carlos Paz. El Eter lo capturó finalmente.
En la causa federal por acopio de armas y cocaína, el TO2 condenó a Vargas a siete años de cárcel y absolvió a Cangioli. Un año después, en 2010 y por el crimen del custodio de Brinks, Vargas fue condenado a 12 años por su participación el asalto.
En 2015, Vargas escapó de la prisión de semilibertad de la ciudad de Monte Cristo. Finalmente, luego de un operativo realizado en la ruta nacional 19, fue recapturado. Junto con Vargas escapó también Alberto Luis Llubel.
