Todo se originó por una situación hartamente reiterada en las calles y avenidas de Córdoba: una mala maniobra de tránsito. Uno de los conductores sobrepasó al otro con el auto a muy escasa distancia. Fue lo que se llama un “finito”. Luego, sobrevino una “encerrada” en la avenida. Posteriormente, y en una espiral de violencia, sobrevinieron insultos, un escupitajo, las amenazas, una persecución y lo impensado: un asesinato en hora pico en plena calle.
Con un cuchillo, uno de los automovilistas mató a otro de un puntazo en el corazón. Luego, escapó a toda velocidad, para retornar a la escena del crimen un rato después.
La víctima de aquella tremenda historia de violencia urbana fue Martín Catalano, quien tenía 44 años, trabajaba para el gremio de los recolectores, estaba en pareja y era padre de dos chicas.
El episodio sucedió el 31 de agosto de 2022 en barrio Las Palmas, de Córdoba capital. Hay noticias que llegan desde Tribunales II de Córdoba.
Después de la feria judicial de julio, el conductor homicida se sentará en el banquillo de los acusados. Ricardo Alberto Jattuf, un comerciante de 38 años, será juzgado por la Cámara 5ª del Crimen de Córdoba.
El hombre deberá responder por el delito de homicidio simple. Si es hallado culpable con esa figura penal, se enfrenta a una eventual condena que oscila entre los ocho y los 25 años de cárcel.
Según trascendió, el fiscal de cámara, Marcelo Fenoll, mantendría la acusación tal como está.
Por su parte, todo indica que la defensa pugnará por torcer la dura acusación y buscar una figura más benévola, como el homicidio por emoción violenta. Los jueces tendrán la última palabra.
No es la primera vez que un conductor que mata a otro en Córdoba es condenado a prisión. En todos los casos, las penas fueron por homicidio simple.
Pelea en la avenida
Todo sucedió en la tarde del pasado 31 de agosto de 2022 en avenida Don Bosco, barrio Las Palmas. Eran las 17 y el tránsito era importante. En ese marco, los conductores de una VW Surán blanca y de un Peugeot 207 verde comenzaron a intercambiar bocinazos e insultos.
En el primer rodado iba Ricardo Jattuf, acompañado por su esposa; en el otro, Martín Catalano. Todo se habría iniciado porque uno de los vehículos habría “encerrado” a otro en plena avenida en una maniobra de sobrepaso.
Entre insultos y gestos, un semáforo en rojo los hizo detenerse.
Escupitajo
Detenidos ambos, el conductor del Peugeot salivó hacia el otro automovilista. El escupitajo terminó dando en la esposa de aquel.
En medio de una secuencia demencial, según testigos, los dos coches arrancaron. Fuera de sí por lo que había sucedido con su esposa, Jattuf comenzó a perseguir al otro automovilista durante algunas cuadras.
Ya en la esquina de avenida Don Bosco y calle García Martínez, Jattuf se bajó del coche con un cuchillo para comer asado en la mano.
Catalano, el otro automovilista, recibió un puntazo, a la vista de muchos, a la altura del corazón. Dio unos pasos, pidió ayuda en la casa de un familiar y se desplomó. A todo esto, el agresor corrió hasta su auto y, junto a su esposa, se fugó.
Alertada la Policía, un móvil llegó a los pocos minutos a la escena del ataque. Los uniformados cargaron a la víctima y la trasladaron hasta el hospital Eva Perón, donde murió.
Fuga y regreso a la escena
Jattuf se marchó de la escena del crimen. Según la causa, fuera de sí, la mujer decidió a su vez bajarse del rodado, mientras le exigía que retornara adonde había sucedido todo.
Rato después, el conductor volvió a barrio Las Palmas y se entregó a los policías. A todo esto, la fuerza policial había desplegado un operativo para dar con el automovilista prófugo.
“Fui yo. No sé qué me pasó”, habría dicho el conductor a los policías que, de inmediato, lo demoraron.
Esa misma tarde, el fiscal de instrucción Horacio Vázquez ordenó detenerlo e imputarlo por homicidio simple. Desde entonces, el acusado permanece preso.
A lo largo de estos meses, la fiscalía acumuló pruebas, testimonios, filmaciones y distintos peritajes para terminar de armar el cuadro probatorio. Fue central un estudio psiquiátrico que permitió determinar que Jattuf no tenía ninguna patología mental previa, al tiempo que pudo establecer que fue consciente de todo cuando sucedieron los hechos.
La fiscalía descartó avanzar en contra de la esposa del acusado.
Las miradas están puestas en la batalla judicial que podría registrarse ya en la sala de audiencias, si es que la defensa intenta torcer la acusación hacia la figura de la emoción violenta.
