El fiscal de Río Segundo, Manuel Ayán, a cargo de la investigación por el caso de los tres operarios que murieron mientras trabajaban en una planta depuradora de cloacas en la ciudad de Oncativo, imputó este jueves al gerente de la empresa de Villa María Hidrocentro Servicios SRL.
Además se le impuso una caución real por 150 millones de pesos, la entrega de su pasaporte y la prohibición de salir de Córdoba sin autorización de la Justicia. Todo para garantizar la investigación y continuar en libertad mientras dure el proceso.
Según el expediente judicial que se tramita en los tribunales de Río Segundo, la empresa no habría garantizado las condiciones mínimas de seguridad de sus empleados como capacitación, provisión de equipo de medición de gases y equipos de respiración, entre otros.
El fiscal entiende que se puso en riesgo a los trabajadores.
La autopsia reveló que los operarios Horacio Vargas (43), Luciano Mingolo (20) y Elvio Richetta (44) fallecieron a causa de la asfixia por la intoxicación con gases tóxicos (amoníaco). Además otro operario resultó con algunas lesiones.
Los operarios trabajaban para Hidrocentro SRL de la ciudad de Villa María, contratada por la Municipalidad de Oncativo. Realizaban reparaciones de tuberías en una cámara de bombeo y tratamiento cloacal, donde se pretende ampliar la red. Todo ocurrió el martes 29 de agosto.
Los voceros indicaron que el plan era reactivar esa planta para sumarla a otras dos que funcionan en la misma población.
Un mes antes, una cuadrilla ya había realizado algunas tareas en ese predio. Y tiempo atrás la misma empresa había trabajado en las otras dos plantas de bombeo.
Reconstrucción
Las víctimas trabajaban en una cámara de unos 50 metros cúbicos y de seis metros de profundidad. Tras abrir una válvula, el lugar se convirtió en una trampa mortal.
Los trabajadores fueron descendiendo de a uno a la cámara. No volvieron a salir. No llevaban las medidas de seguridad mínimas, que podrían haber evitado este desenlace, de acuerdo a la Justicia.
Según reconstruyó La Voz, en base a diversos testimonios que estuvieron en el lugar en el momento de la tragedia, primero habría ingresado a la cámara uno de los operarios.
Como demoraba en salir, habría descendido otro trabajador. Lo mismo habría ocurrido con un tercer compañero, quedando todos desvanecidos debido a los gases tóxicos que había en el lugar.
Un cuarto trabajador también intentó ingresar a la cámara, pero como no soportó el olor se apartó inmediatamente.
Fue este hombre el que pidió ayuda desesperadamente para rescatar a sus compañeros. Cuando la Policía y los bomberos llegaron al lugar, la cámara ya estaba cubierta de líquido.
Tras drenarla lograron sacar los cuerpos sin vida de los tres trabajadores.
