A 15 días del hallazgo de los primeros restos de Brenda Torres, la joven descuartizada en una casa de barrio Chateau Carreras, en la ciudad de Córdoba, miembros del programa Cordobeses en Alerta detectaron la presencia de dos bolsas que contenían aparentes “restos humanos”.
El hallazgo se dio ayer domingo en un basural ubicado en las calles Deán Funes y Calandria, en el mismo barrio. El lugar donde se encontraron estos restos está a solo 750 metros del domicilio de Horneros 574, donde habrían asesinado a la mujer.

Frente al nuevo hallazgo, personal del Departamento de Homicidios y de la Policía Judicial se hicieron presentes en el lugar para comenzar con las investigaciones. La Fiscalía de Instrucción del Distrito 4, Turno 2, a cargo de Horacio Vázquez, interviene en el caso para intentar esclarecer lo sucedido.
La zona permanece bajo investigación mientras se recaban pruebas y se intenta identificar los restos y determinar las circunstancias del hallazgo.
Caso Brenda Torres
El caso de Brenda Torres (24) tuvo un giro crucial con la detención de dos hombres mayores de edad y el secuestro de nuevas partes del cuerpo de la joven asesinada. Este operativo tuvo lugar en una vivienda de la calle Hornero 574, en barrio Chateau Carreras, conocida como “Casa Quemada”. La vivienda se encuentra cerca de los puntos donde se encontraron los primeros restos y había sido señalada días atrás por allegados de la víctima.
En esta vivienda, la Policía de Córdoba halló una bolsa que contendría el torso y la cabeza de Brenda Torres, los cuales serán sometidos a peritajes y cotejos genéticos para confirmar su correspondencia.

Los investigadores creen que los dos detenidos habrían tenido contacto con Brenda la noche anterior al hallazgo inicial, reuniéndose los tres en esta misma vivienda. Se presume que Brenda habría sido asesinada dentro de esta vivienda, y el desmembramiento habría sido posterior, posiblemente con conocimientos anatómicos y una cuchilla afilada.

Los restos de Brenda habían sido encontrados en tres momentos distintos:
- Primero, un sereno halló el 25 de julio brazos humanos en una bolsa en avenida Ramón Cárcano.
- Tres días más tarde operarios localizaron miembros inferiores a pocos metros del primer hallazgo.
- Finalmente, los nuevos restos encontrados en la “Casa Quemada” podrían completar la totalidad del cuerpo de Brenda.
La vivienda en cuestión ya es denominada por los investigadores como una “casa del horror y el espanto”. Allegados a Brenda aseguran haber solicitado que se allanara esta casa días atrás, sin éxito en ese momento.
Nueva carátula
El fiscal Horacio Vázquez, a cargo de la investigación, agravó la imputación de los detenidos y recaratuló el homicidio como homicidio calificado por mediar violencia de género, es decir, femicidio.
La primera carátula había sido por homicidio. Pero, según informó oficialmente el Ministerio Público Fiscal (MPF), una nueva valoración del material probatorio permitió establecer la existencia de un contexto de violencia de género en el crimen.
Aunque las identidades de los detenidos no se confirmaron oficialmente, trascendió que serían conocidos en la zona y parte del círculo de amistades de Brenda.
“Una minuciosa merituación del material probatorio obrante en autos, las circunstancias de especial vulnerabilidad en la cual se encontraba la víctima en los momentos anteriores y concomitantes al hecho, con la consiguiente situación de desproporcionada desigualdad en que esto la situaba respecto de los autores del hecho, determinan la existencia de un contexto de violencia de género en el homicidio”, dijo el MPF.
Para los próximos días se esperan resultados de pericias de ADN de la víctima y de otras pruebas en el domicilio de los detenidos. Aún resta analizar el contenido de los celulares de los dos sospechosos, ambos empleados de una empresa de seguridad.
Vulnerabilidad extrema
Oportunamente la abogada de la familia, Daniela Morales Leanza, había señalado que Brenda era una mujer en situación de extrema vulnerabilidad, con consumos problemáticos, y no estaba en igualdad de condiciones frente a sus agresores.
El caso de Brenda Torres también pone de manifiesto una problemática estructural: el devastador impacto del consumo del “pipazo”. Brenda vivía en situación de calle en barrios como Villa El Tropezón, atrapada en esta adicción. Se presume que sostenía vínculos informales, muchos de ellos para obtener sustancias. Su madre indicó que Brenda fue detenida varias veces por robos menores para conseguir dinero para consumir.
