El juicio contra Gerardo Luis Gette (59), único imputado por el asesinato del médico Daniel Casermeiro (61), se encuentra cada vez más cercano.
Es que en las últimas horas, la Cámara del Crimen de la ciudad de Bell Ville confirmó el requerimiento de citación a juicio decidido meses atrás por la fiscalía de Delitos Complejos de San Francisco.
Pese a que la defensa del acusado apeló esta decisión en su momento –previo paso por el Juzgado de Control-, en Bell Ville se terminó acreditando la investigación a cargo de Bernardo Alberione.
Gette, cabe recordar, había sido procesado en esta causa el año pasado. Se lo acusa de haber ejecutado al ginecólogo por la espalda, a sangre fría, en diciembre de 2019.
Ahora, el expediente deberá volver a San Francisco para que la fiscalía pueda elevar a juicio la causa, trámite que resolvería la próxima semana. La fecha correrá por cuenta de la Cámara del Crimen.
A casi tres años
En diciembre próximo se cumplirán tres años del hallazgo por parte de un peón rural del cuerpo sin vida de Casermeiro.
Se encontraba en medio de un maizal a la vera de una ruta vieja que comunica San Francisco con la pequeña localidad de Luxardo.
“Cuando llegamos, lo primero que vi fue las piernas. Fue un susto bastante grande. Lo que me llamó la atención fue el olor, era fuertísimo y diferente”, narró en esa oportunidad Nelson Rovasio, quien caminaba por el lugar junto a su perro.
El fiscal remarcó en su momento que el móvil del asesinato fue económico y apuntó a una deuda que Gette habría tenido con Casermeiro. Se sospecha que eran 500 mil pesos que fueron usados para la compra de una camioneta VW Amarok por parte del primero.
En el medio habrían existido otras diferencias económicas, como la compra de un departamento en Brasil.
Según la investigación, para la fiscalía el imputado primero mató al médico en ese campo donde fue hallado y después abandonó el auto BMW perteneciente de la víctima en un maizal sobre la Ruta 1. Luego regresó caminando a San Francisco.
Quién es Gette
Gerardo Luis Gette se definió como comerciante. Algunos conocidos suyos señalan que, a la par de vender semillas, se ganaba la vida como comisionista.
Para la fiscalía, la deuda económica que mantenía con el médico lo tenía muy intranquilo. Por eso habría optado por sacárselo de encima con un balazo en la nuca a quien había definido una semana antes como un “amigo” en un posteo en su cuenta de Facebook.
Fue detenido el 27 de diciembre de 2019, un día después del hallazgo del cuerpo de Casermeiro. Siempre negó los cargos en su contra y aseguró que era inocente.
El día de la desaparición
Casermeiro dejó su consultorio en la mañana del 19 de diciembre de 2019. Le dijo a su secretaria “ya vuelvo” y salió de la clínica pese a que varias pacientes tenían turno con él. Según la investigación hizo un trámite bancario, luego volvió al sector de la clínica para subirse a su auto e irse junto a Gette.
La escena fue tomada por cámaras de seguridad urbanas del sector, las cuales fueron trascendentales horas más tarde.
Los registros ubicaron a Gette junto al ginecólogo el día de su desaparición. Se los observaba hablar en la calle, incluso –de acuerdo a los ademanes– discutir y subirse juntos al automóvil.
La defensa del procesado coincidió en este punto que los dos protagonistas del caso estuvieron juntos ese día, sin embargo, agregan que horas antes de que se produzca la muerte ya se habían separado.
Previo a su detención, Gette fue entrevistado como testigo y su versión de los hechos no convenció a los policías. Habría habido contradicciones sobre su relación y trato con Casermeiro, incongruencias que potenciaron los primeros rastreos de celulares y cámaras de seguridad.
La vuelta, también tomada por las cámaras
Con el hecho consumado, nuevos aportes fílmicos volvieron a poner a Gette en el centro de la escena, caminando ese jueves de la desaparición, ya en horas de la tarde, hacia la zona urbana de San Francisco en un trayecto oeste-este.
El destino final fue un sector de la calle Iturraspe, en el centro, donde había dejado estacionado su vehículo.
Varias cámaras de seguridad ubicadas sobre esa arteria tomaron esta escena, es decir, hizo un largo trayecto que se presume inició en la zona periurbana, donde dejó escondido el BMW de la víctima. También se lo veía con una remera que hasta el momento no apareció.
A los registros fílmicos se le agregan análisis de comunicaciones, escuchas, seguimientos y testimonios de varios allegados que refuerza la teoría de Alberione.
Misterios
Pese a que para los pesquisas la causa “se encuentra resuelta”, todavía quedan algunos misterios que no pudieron resolverse.
¿Qué hacían casi nueve millones de pesos dentro del baúl del auto? ¿Por qué no apareció el arma homicida? ¿Qué pasó con el teléfono celular de Casermeiro?
Preguntas que aun hoy no tienen respuestas.
