En lo que constituye una excelente noticia, la nena de 7 años que, hace ocho días fue herida de un balazo a quemarropa por su madre policía, tiene el alta médica. La pequeña se encontraba internada en el Hospital de Niños de Córdoba y ha tenido una muy buena evolución.
El dramático episodio sucedió el domingo 4 del corriente en un departamento de barrio Observatorio, en la ciudad de Córdoba, cuando la agente de policía Maira Tamara Barretto se encerró en su casa y tomó la pistola reglamentaria. Acto seguido, mató a su hijo de 11 años y le disparó a la nena de 7. Acto seguido, la policía se disparó a sí misma y, desde entonces, permanece internada en grave estado.
La causa se instruye en el fuero de violencia familiar y está a cargo de la fiscal María Celeste Orta Córdoba.
Con el asesoramiento del abogado Carlos Nayi, el padre biológico de los niños tiene toda la intención de ser parte querellante de la causa.
Desde ámbitos cercanos al padre se confirmó que la nena tuvo una evolución increíble, a pesar del disparo que recibió en el tórax, y será dada de alta de un momento a otro.
La mujer policía continúa internada en el Hospital de Urgencias.
La fiscal imputó a la suboficial por homicidio calificado por el vinculo y por homicidio calificado en grado de tentativa.
Salud mental en la Policía
El episodio registrado en barrio Observatorio fue el último de una seguidilla de graves dramas de violencia familiar ocurridos en los últimos tiempos y protagonizados por uniformados, principalmente varones, en la provincia de Córdoba.
En los últimos años, ya se han registrado varios femicidios seguidos de suicidios por parte de policías, tanto en Capital como en interior. En 2021, por caso, hubo dos.
En paralelo, y no menos grave, no dejan de registrarse casos de uniformados que se quitan la vida con el arma reglamentaria.
Desde la fuerza de seguridad se indicó que la policía Maira Barreto estaba habilitada para trabajar y que no había impedimentos, físicos ni psiquiátricos, para trabajar como policía y portar arma.
“Ella estaba en condiciones de portar armamento, sin ningún tipo de inconvenientes y sin ningún tipo de antecedentes psiquiátricos”, sostuvo días atrás el jefe de Sanidad Ambiental de la Policía, Gabriel Bosque.
El comisario médico indicó que, cuando ingresó, la policía había hecho una declaración jurada sobre su salud mental. Y reiteró que había tenido carpeta médica por una neumonía por lo que se le había retirado el arma. Bosques sostuvo que en octubre volvió a trabajar y que se le hizo “una una entrevista psicológica donde no se registró nada anormal”.
Barreto era agente de la Policía provincial desde 2018.
Años atrás había sido soldada voluntaria en el Ejército, fuera de la que pidió su propia baja.
Su expareja indicó que la mujer había tenido internaciones años atrás por crisis de salud mental, aunque indicó que en los últimos estaba mucho mejor.
En las últimas horas, trascendió que existieron contactos por parte de las autoridades policiales con la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) para que profesionales de la Facultad de Psicología realicen el control de parte del personal policial. El reclamo para que profesionales de afuera de la Policía controlen al propio cuerpo de la fuerza lleva varios años.
