La Cámara 5ª del Crimen de Córdoba condenó este martes a un hombre que se ganaba la vida como “naranjita” en las calles de la ciudad y que amenazó a y le robó a una conductora tras una discusión por el estacionamiento.
Ezequiel Alejandro Pereyra fue sentenciado a la pena de 4 años y 6 meses de cárcel efectiva y volvió a la Cárcel de Bouwer. Fue condenado por extorsión en grado de tentativa, robo en grado de tentativa y robo.
Antes de ser retirado de la sala, Pereyra protagonizó un tenso momento que algunos consideraron como un “apriete” para con el fiscal de la causa, Marcelo Fenoll.
Sucede que el condenado le preguntó al acusador “cómo era su nombre” y, tras escuchar la respuesta, le dijo que cuando recuperar la libertad se volverían a ver.
Todo sucedió frente al juez.
El tenso momento no pasó a mayores.
El fiscal Fenoll consideró que esa actitud pone de relieve la impunidad del sentenciado.
En la causa ventilada en Tribunales II se puso de relieve el grave problema que sucede en numerosas oportunidades en numerosas calles de Córdoba -sobre todo de noche y de madrugada- con el cobro abusivo del estacionamiento por parte de algunos naranjitas. Varios episodios han terminado con serios incidentes.
La Policía ha detenido este año a numerosas personas que, a la par de aquellos naranjitas que realizan su trabajo bajo las normas en orden y con respeto, utilizan una metodología violenta a la hora de cobrar o reclamar un pago por un estacionamiento.
Violento incidente bajo debate
Respecto al juicio contra Pereyra, todo ocurrió el 17 de mayo de 2024 a las 20.30 en la calle Luis de Tejeda al 4500 del barrio Cerro de las Rosas.
De acuerdo a la investigación judicial, el “naranjita” Pereyra -quien no trabajaba para ninguna cooperativa- le exigió un pago de dinero a una mujer por haber estacionado su auto.
Como la mujer no quiso abonar, el hombre la amenazó y se produjo una discusión. Un hijo de la conductora llamó a la Policía y, en esas circunstancias, el cuidacoches intentó sacarle el celular al muchacho. Como no pudo, se lo robó a la mujer.
El hombre fue detenido.
De acuerdo a la causa, ya contaba con antecedentes penales. Tenía una condena anterior a los hechos por delitos contra la propiedad.
Juicio y condena
Semanas atrás arrancó el juicio en la Cámara 5ª del Crimen.
Tras analizar la prueba, el fiscal Marcelo Fenoll propuso la realización de un juicio abreviado, a lo que el “naranjita”, con la defensa del asesor Eduardo Caeiro, se negó.
De esta manera, se pasó a un juicio común. En el arranque del proceso, el acusado negó todo y dijo que el episodio no ocurrió tal como estaba expuesto.
Al analizar la causa, Fenoll entendió probada la existencia del hecho y consideró que Pereyra le exigió dinero a la conductora y, ante su negativa, la amenazó y le robó como represalia.
Violencia y vulnerabilidades
Durante su alegato, el fiscal instó a “visibilizar la problemática” que “deteriora la calidad de vida de los cordobeses mediante prácticas que pasaron de la mendicidad -ejercida por ancianos, mujeres en situación de vulnerabilidad social y discapacitados- a un copamiento de las calles mediante la ley del más fuerte”.
Por otro lado, el acusador pidió que se tome en consideración la “desventajosa posición de las conductoras mujeres en esta dinámica” al considerar que “la tutela judicial reforzada por razones de genero no aplicaría”.
Además, el acusador abogó por un abordaje integral de este fenómeno, con mayor prevención y disuasión, y con mayor compromiso ciudadano, para lo cual necesariamente deben agilizarse los procesos para que “no sea peor el remedio que la enfermedad”.
El fiscal solicitó 5 años y 8 meses de prisión para el acusado.
Por su parte, el defensor Caeiro (a quien, a todo eso, se lo investiga por haber filtrado supuestamente resultado de exámenes en la Justicia) solicitó una pena más baja al entender que no hubo extorsión sino meras amenazas por ver frustrado el cobro de la exigencia de dinero.
En su última palabra, el acusado dijo que no entiende por qué se dice que lo que hizo fue una extorsión y aquel “sólo fue un momento de bronca”.
Finalmente, el juez Cristian Griffi condenó al “naranjita” a la pena de 4 años y 6 meses de cárcel.
Antes de que concluyera la audiencia, sobrevino el momento de tensión cuando el ya condenado le dijo al fiscal que, tras cumplir la condena, “se iban a volver a ver”.
