La detención del empresario argentino Diego Dirisio fue noticia en los principales medios de comunicación de Brasil y Paraguay. “El mayor contrabandista de armas de América Latina está preso en Argentina”, tituló el influyente Globo de Brasil. El paraguayo ABC Color también dio un importante despliegue a la detención en su portada.
Es que Dirisio estaba prófugo desde los primeros días de diciembre del año pasado, cuando la Policía Federal de Brasil junto a la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) llevaron a cabo la “Operación Dakovo”. Se trató de un megaoperativo transnacional que incluyó 52 allanamientos y 25 órdenes de prisión en Brasil, Estados Unidos y Paraguay.
La operación buscaba desbaratar una organización criminal dedicada al tráfico de armas, y Dirisio está señalado como el cabecilla.
El empresario tiene domicilio en Paraguay y está acusado de triangular con su empresa paraguaya International Auto Supply (IAS) pistolas, fusiles, ametralladoras y municiones que adquiría de fabricantes de países como Croacia, Turquía, República Checa y Eslovenia.
El nombre Dakovo se tomó justamente por la ciudad croata, ya que desde esa nación europea provenía parte del armamento.
Según la investigación, la empresa movió durante tres años mercancía por un valor de unos 245.9 millones de dólares, proveyendo de 43 mil armas a las temibles organizaciones narcos brasileñas Comando Vermelho y Primer Comando de la Capital (PCC).
El propio presidente de Brasil, Lula Da Silva, se hizo eco de la operación, y en su cuenta de X aseguró que se trató del mayor operativo de la historia de ese país contra el crimen organizado.
Uno de los 52 allanamientos estaba destinado a la vivienda de Dirisio, ubicada en Asunción, la capital paraguaya. Pero el argentino huyó antes de ser detenido, y desde entonces permanecía prófugo junto a su pareja, la exmodelo Julieta Nardi.
La operación terminó con 14 detenidos, entre ellos cinco militares paraguayos de alto rango.
Córdoba en el mapa
El destino de Dirisio y su pareja era un misterio. La Interpol emitió alertas rojas en su contra, pero no se tenían datos sobre su paradero. Hasta el miércoles pasado.
Fuentes con acceso a la investigación comentaron a La Voz que una denuncia anónima llegó a la Policía Federal. Precisaba que Dirisio y Nardi estaban en Argentina, más precisamente en la zona noroeste de la ciudad de Córdoba.
La información era precisa: había dirección exacta de la casa donde se hospedaban los prófugos de la Justicia. Se trataba de una vivienda ubicada en José Roque Funes al 1600, en barrio Colinas del Cerro, al frente del Cerro de las Rosas.
Ambos tenían pedido de captura internacional con notificación Índice Rojo a solicitud del Segundo Juzgado Federal Criminal de la Sección Judicial del Estado de Bahía, República de Brasil, por el delito de “Tráfico Internacional de Armas, Lavado de Dinero y Organización Criminal”.
Rápidamente se delineó un operativo que se mantuvo en extremo secreto. Tanto que no se pidió soporte a las fuerzas de seguridad cordobesas. El objetivo era evitar una nueva evasión de los prófugos.
Este viernes a la mañana, personal de civil de la División Investigaciones Federal de Fugitivos y Extradiciones establecieron tareas de vigilancia en ese sector residencial de la zona noroeste de la ciudad de Córdoba. Los vecinos se mostraron sorprendidos, aunque su presencia no alertó a los buscados.
Apenas pasado el mediodía, Julieta Nardi fue detenida en la calle Nicanor Carranza al 4200, entre José Roque Funes y la plaza Capitán de los Andes. La mujer estaba a metros de la vivienda que es señalada como la residencia de la pareja de prófugos, y que pertenece a una reconocida familia del sector con vínculos diplomáticos.
Minutos después, cayó Dirisio. También fue apresado en la vía pública, en la calle Hugo Wast al 4.500. Ninguno tenía sus respectivos documentos.
A disposición de la Justicia
Dirisio y Nardi fueron llevados primero a la sede de la Policía Federal en la avenida Hipólito Yrigoyen. Y luego fueron alojados en el Establecimiento Penitenciario Nº 9 Unidad de Contención de Aprehendido (UCA) de barrio Cáceres, en la zona sudoeste de la ciudad.
Quedaron a disposición del Juzgado Federal N° 3, a cargo del juez Miguel Hugo Vaca Narvaja, quien dispuso que sigan detenidos hasta que se complete el trámite de la extradición a Brasil. Se calcula que el procedimiento burocrático puede durar un mes.
Por pedido del juez, y dada la peligrosidad que revisten los detenidos por sus vínculos con las organizaciones delictivas brasileñas, los ministerios de Seguridad y de Justicia de la Provincia dispusieron reforzar la seguridad de la UCA y de los alrededores en la madrugada de ese sábado.
Finalmente, los detenidos fueron trasladados al Penal de Bouwer en medio de un fuerte dispositivo de seguridad, donde permanecerán hasta que sean extraditados a Brasil.
Por qué Córdoba
Según pudo averiguar La Voz, no hay registros del ingreso al país de Dirisio y Nardi al país. La información que circula entre fuentes con acceso a la causa es que el empresario es cordobés, y por eso habría decidido radicarse en esta ciudad.
A diferencia de lo ocurrido días atrás con el allanamiento a los familiares del narco ecuatoriano Fito Macías, los prófugos no estaban en una vivienda alquilada ni en un barrio cerrado. La familia de Macías alquilaba una vivienda en el barrio privado Valle del Golf, en el camino a Falda del Carmen.
Dirisio y su pareja, en cambio, estaban hospedados en una casa de barrio Colinas del Cerro. La dirección que figura en el acta judicial marca una vivienda propiedad de una reconocida familia del lugar. No está claro cuál es el vínculo que los unía y si los dueños de casa estaban al tanto de la situación procesal de sus huéspedes.
