Otro joven trabajador callejero, Claudio Lauriano (23), fue atropellado en la esquina de las calles Donato Alvarez y Piedra Labrada y pasó a engrosar el abultado número de víctimas fatales por siniestros viales en Córdoba.
Había salido temprano de su casa y había caminado unas 20 cuadras hasta el mismo lugar de siempre, donde se encontraba limpiando los vidrios de los autos a cambio de algunas monedas. A eso se dedicaba cada uno de sus días en este punto de la zona noroeste de Córdoba.
Quienes conocían al limpiavidrios dijeron que era un “chico tranquilo que no molestaba a nadie y que sólo quería progresar”.
Sin embargo, alrededor de las 23 del pasado domingo, un Ford Falcon se interpuso de manera intempestiva en su camino. El choque le produjo una muerte casi inmediata.
El nuevo hecho se suma a otro lastimoso siniestro vial que se registró hace pocos días atrás en la ciudad de Córdoba.
Un adolescete de 14 años hacía malabares en una esquina del barrio Alto Alberdi y sufrió el impacto de un automóvil. Fue internado y luego de una semana falleció.
Aquel otro siniestro ocurrió durante la noche del pasado 10 de junio.
A un mes y 14 días, Claudio Lauriano había llegado a la esquina de Donato Alvarez al 8400 porque había notado un flujo más intenso de tránsito, provocado según quienes conocen el lugar por la afluencia de ciudadanos a las escuelas con motivo de las elecciones a intendente de la ciudad.
Personas cercanas a la víctima dijeron que hacía unos pocos meses que “paraba en esta esquina”. No está claro si tenía a otras personas a su cargo.
Lo cierto es que llegó al lugar pasadas las 10, según contaron a La Voz fuentes cercanas al limpiavidrios. Al rededor de las 23, y a pesar del frío de la noche, todavía se encontraba en el mismo sitio.
Dicen que buscaba engrosar la recaudación del día.
Cómo se produjo el siniestro que le causó la muerte al limpiavidrios
Según información de la Policía, antes de la madrugada del lunes un Ford Falcon intentó girar en la esquina de Piedra Labrada y Donato Álvarez, cuando se conducía por la primera arteria.
Por razones que restan de esclarecer, el conductor no logró frenar y llevó por delante al joven que estaba trabajando en ese lugar.
La escena produjo gran conmoción entre un grupo de personas que se encontraba en el lugar. No está claro si eran vecinos de la zona o si se trataba de otros limpiavidrios que trabajarían en estas esquinas.
La gente comenzó a llamar al servicio de emergencia médica y a la Policía, que llegó con inmediatez.
A la vez, algunos transeúntes se ubicaron al frente del automóvil que había protagonizado el siniestro para que su conductor no pudiera avanzar.
Cuando los uniformados llegaron al lugar se encontraron con el cuerpo del limpiavidrios tirado en el asfalto.
De inmediato se realizaron maniobras de reanimación. Estas continuaron hasta que llegó el servicio de emergencias 107, minutos más tarde del arribo de la Policía.
Los médicos constataron el deceso del joven casi de inmediato.
Por su parte, el Falcon era conducido por Ignacio Ortega (43), quien ahora es objeto de una investigación que ya obra en manos de la Justicia.
Según el parte oficial de la Policía, el conductor había presentado signos de consumo de alcohol al momento del incidente.
Vale recordar que en las calles y avenidas de la ciudad de Córdoba el límite de alcohol en sangre admitido es 0,4 gramos, lo cual equivale a una copa de vino o un vaso de cerveza.
Gracias a los primeros pasos investigativos se pudo acceder a testimonios de diversos transeúntes. Para los ocasionales testigos, el vehículo se conducía a gran velocidad, incluso cuando la maniobra que debía hacer era de giro. Por eso los investigadores creen que ante la inesperada presencia del trabajador informal fue dificultosa la maniobra de frenado.
El auto terminó embistiendo al joven de frente, quien como se sabe murió minutos más tarde.
El antecedente más reciente: un niño trabajador que fue atropellado
El pasado sábado 10 de junio, Fabrizio Acosta (14) fue impactado por un auto que le produjo la muerte luego de una internación de siete días en el Hospital Infantil de la ciudad capital.
El adolescente era malabarista en la avenida avenida Colón al 4080, lugar donde se produjo el siniestro.
El hecho que se produjo en el barrio Alto Alberdi todavía es investigado por la Justicia. La Policía intervino ese día y logró identificar al vehículo que protagonizó el hecho: un Citroën C4 gris.
Por las graves heridas que le produjo el impacto contra el automóvil, Fabrizio debió ser derivado de inmediato al mencionado centro médico. Sin embargo, nada fue suficiente para salvarlo.
El chico había sufrido un traumatismo de cráneo que lo llevó al Hospital de Urgencias. Su posterior derivación se debió a la pericia de los médicos que atienden en el centro médico de la calle Luis de Góngora al 550.
