Una nueva pericia genética en el descampado de Florencio Varela, en la zona sur del Gran Buenos Aires, donde fueron encontrados los cuerpos de Paloma Gallardo y Josué Salvatierra, reveló que no se hallaron rastros de un tercer ADN.
Las muestras analizadas, incluido un preservativo secuestrado en el lugar, sólo arrojaron material genético de los adolescentes.
El abogado Aníbal Osorio, representante de la madre de Paloma, consideró que este resultado es “un dato muy relevante” para entender lo ocurrido y pidió que la fiscalía profundice todas las hipótesis.
Un ataque en situación de vulnerabilidad
Según Osorio, los informes de autopsia y la posición final de los cadáveres sugieren que las víctimas pudieron haber sido atacadas mientras mantenían un encuentro íntimo o inmediatamente después. Esa circunstancia habría reducido sus posibilidades de defensa frente a los agresores.
“Las lesiones craneanas muestran un ataque sorpresivo. Los menores se encontraban en una posición pasiva o distraída en ese momento”, sostuvo el letrado, quien destacó la violencia inicial del golpe como determinante en el doble crimen.
Siete meses sin detenidos

El caso, caratulado como homicidio criminis causa –matar para ocultar otro delito–, sigue sin detenidos a más de siete meses del hecho. La investigación está a cargo del fiscal Darío Provisionato, quien aún espera los resultados de la pericia al celular incautado en un galpón lindero al descampado.
Los jóvenes habían desaparecido el 30 de enero, cuando presuntamente se dirigían a un gimnasio. Sus cuerpos fueron hallados 48 horas después en un terreno baldío de la localidad de Bosques.
Las conclusiones forenses
El informe médico estableció que Paloma, de 16 años, murió por una lesión cerebral provocada por una fractura de cráneo y un traumatismo encéfalo craneal grave. Josué, de 14, falleció también por una fractura de cráneo y una hemorragia cerebral masiva.
Ambos presentaban lesiones compatibles con un ataque directo y contundente. Para los investigadores, el modo de agresión refuerza la hipótesis de una emboscada planificada.
La familia de Paloma reclama avances concretos en la causa y mayor celeridad en la obtención de pruebas clave. Mientras tanto, el expediente continúa bajo análisis con la expectativa puesta en los peritajes pendientes.