En medio de una fuerte expectativa y de reclamos de justicia, seis efectivos de la Policía de Córdoba comenzaron a ser juzgados este lunes por el asesinato de Joaquín Paredes, el adolescente de 15 años que fue ultimado de un balazo por la espalda durante una represión en la plaza de la localidad de Paso Viejo, norte cordobés, en 2020.
El juicio se desarrolla en los Tribunales de Cruz del Eje y cuenta con jurados populares.
De los seis uniformados, uno responde por el crimen en sí.Se trata de Maykel López, quien está preso por homicidio calificado por el uso de arma de fuego.
El crimen ocurrió en la madrugada del 25 de octubre de 2020 en Paso Viejo, en el departamento Cruz del Eje. Aquella madrugada, un grupo de policías se acercó a la plaza para retirar a un grupo de jóvenes por incumplimiento de la cuarentena. Al cabo de unas horas, los policías regresaron con refuerzos y reprimieron con balas de plomo y de goma.
Caso Joaquín Paredes: primera audiencia del juicio
En la primera audiencia del juicio, luego de que se leyera la acusación y luego de un pedido de un defensor que fue descartado por el tribunal, la fiscal Fabiana Pochettino pidió agravar los cargos contra cinco de los policías imputados.
Incluso solicitó un hecho diverso y solicitó que se añada un agravante: el homicidio cometido por un funcionario policial en uso de funciones.
La fiscal entiende que los policías actuaron de forma “desmedida y violenta, desoyendo las formas previstas para el accionar policial para proteger a los ciudadanos”. “No hubo más muertos porque los policías no saben tirar. Fue doloroso, tuvieron la intención de matar y los chicos no se pudieron defender”, sostuvo.
En esa línea se ubicó también el abogado Claudio Orosz, quien representa a la familia de la víctima.
Pochettino dijo que va a demostrar que los chicos estaban celebrando un cumpleaños y que la Policía actuó en forma violenta en el desalojo. Añadió que los agentes armaron un operativo “desoyendo todas las formas que se planteaban en ese momento” para ese tipo de acciones.
“Vamos a demostrar que el accionar policial fue totalmente desmedido y que la muerte de Joaquín fue producto del accionar desmedido de personal policial”, dijo.
Acotó que en los mensajes que se recuperaron de esa noche, los policías se decían que “esa noche iban a salir a cazar ‘saros’, negros, un término estigmatizante para los chicos”.
Y continuó: “Esta fiscalía va a demostrar que el accionar fue doloso, intencional, que quisieron hacerles daño a los chicos y que los chicos no pudieron defenderse”.
Como dos de los adolescentes que estuvieron esa noche aún son menores (como es el caso de B.) en el juicio está presente el defensor público Juan Martín Illia, quien es el representante complementario de los menores vinculados al proceso.
Luego de un cuarto intermedio, los jueces Ángel Francisco Andreu, Javier Rojo y Ricardo Arístides rechazaron lo pedido por la fiscal.
De todos modos, no se descarta que la fiscal pueda volver a solicitar ese agravamiento durante el avance del juicio o en su alegato.
Todo fue seguido atentamente por la familia de Joaquín.
Su madre Soledad reclamó justicia y que todos los policías involucrados en el caso reciban su castigo.
La mujer estuvo acompañada por Soledad Laciar, madre de Blas.
Policías se defienden y dicen que hicieron “disparos intimidatorios”
A todo esto, en la jornada del lunes declararon dos policías imputados.
Se espera que este martes declare el resto y se dé paso a los testimonios de los sobrevivientes de la represión policial y otros testigos.
“Siempre traté de evitar que pasara lo que pasó”, expresó Enzo Ricardo Alvarado, uno de los policías que intervino en el fatal operativo y fue el primer acusado que ejerció su derecho a declarar en el juicio. Está acusado de abuso de arma e incumplimiento de los deberes.
“Nunca hubo algo planeado para encerrar a los chicos”, agregó.
Alvarado que relató que se enteró de lo que estaba pasando porque intercambió mensajes con uno de los jóvenes que estaba en la plaza.
El suboficial nació y vivió casi toda su vida en Paso Viejo y aseguró, ante el jurado popular y los jueces, que eso fue lo que lo llevó a “intentar interceder entre sus pares y los jóvenes de su pueblo”.
En su testimonio relató que disparó tres balas, las únicas de su carrera en la fuerza, y que lo hizo de manera intimidatoria y al aire.
Alvarado planteó que todo se desmadró en el baldío cercano al dispensario cuando, según su testimonio, los jóvenes comenzaron a tirar piedras a los móviles.
El otro policía que declaró fue Iván Luna y éste también aseguró que los disparos que efectuó fueron para intimidar e intentar hacer cesar el accionar de los jóvenes.
“Nos tiraron con todo. No resulté lesionado porque me quedé en la camioneta”, dijo en un momento de la declaración.
Se espera que en la jornada de este martes declaren los otros policías acusados en el marco de la causa; sobre todo el autor material del homicidio de Joaquín.
Relato de los sobrevivientes
Posteriormente, será el testimonio de algunos de los amigos de Joaquín Paredes, quienes estuvieron con él en la reunión que se armó en Paso Viejo para celebrar un cumpleaños.
B. tiene hoy 17 años y esa madrugada recibió una balazo en el brazo derecho que lo dejó imposibilitado de trabajar durante un largo tiempo.
Ahora, tendrá oportunidad de contar lo que pasó aquella jornada.
B. prefirió esperar el desarrollo de la primera audiencia en las escalinatas de los Tribunales de Cruz del Eje.
Por su cabeza no cesan de pasar las imágenes de lo que pasó y el calor intenso que percibió en el brazo cuando la bala lo atravesó.
“Es muy fuerte lo que pasamos y el recuerdo que vuelve también”, dice con la voz entrecortada y agrega: “Quiero que se haga Justicia”.
Otro de los amigos de Joaquín que estuvo en la explanada de los Tribunales de la ciudad de Cruz del Eje aseguró que aquella noche-madrugada los policías “aparecieron de la nada y empezaron a disparar”.
B. se enteró de que su amigo estaba muerto porque lo llevaron con él al Hospital de Villa de Soto, donde recibió su primera atención médica y se constató el deceso.
