La incertidumbre llegó a su fin. Los restos humanos encontrados en el placard del departamento del expolicía Horacio Grasso fueron oficialmente identificados como los de Milagros Micaela Basto, una joven de 22 años que estaba desaparecida desde agosto de 2024. La confirmación, que surge de un cotejo de ADN, marca un punto de inflexión en una investigación que ahora se centrará en desentrañar las circunstancias de su muerte.
Milagros Micaela Basto, conocida cariñosamente como “Pitu” por su entorno cercano, era oriunda de barrio Renacimiento. Fue vista por última vez el 6 de agosto en Bajo Pueyrredón, un sector de Córdoba conocido por ser afectado por la delincuencia y el narcotráfico.

Fuentes judiciales indicaron que Milagros enfrentaba problemas de consumo de drogas y se encontraba en situación de calle, lo que la había llevado a distanciarse de su familia. A pesar de su situación, mantenía contacto con sus parientes para visitar a su hijo, hasta que un día simplemente dejó de aparecer, lo que generó alarma.
La búsqueda de Milagros se inició de manera intensa por parte de su círculo íntimo. En noviembre de 2024, su entorno comenzó a publicar sobre su desaparición en redes sociales, una acción que repitieron constantemente. El 5 de diciembre del mismo año, encabezaron una marcha pidiendo por su aparición con vida y en ese momento, cuestionaron la falta de apoyo de la prensa. Sin embargo, al día siguiente, los medios se hicieron eco de la convocatoria tras una publicación de pedido de paradero del Ministerio Público Fiscal.

La Fiscalía de Instrucción Distrito 3 Turno 3 había difundido detalles sobre Milagros en su publicación oficial, que ahora lamentablemente sirven para la identificación de sus restos. La joven tenía el pelo corto, a la altura de los hombros, de color rojizo bien oscuro, ojos verdes y un piercing en el lado izquierdo de la nariz.
Entre sus señas particulares destacaban un tatuaje de una víbora de unos cinco centímetros en su antebrazo izquierdo, otros tatuajes con apariencia de peces en su estómago, debajo del ombligo del lado derecho, y frases escritas en su antebrazo.
El hallazgo del cadáver en el departamento de Horacio Grasso, un expolicía que ya había sido condenado por el crimen de Facundo Novillo en 2007 en Colonia Lola, en el contexto de un tiroteo narco, añade una capa de complejidad al caso. Grasso, junto a su hermano Javier, están actualmente imputados en relación con este nuevo y macabro descubrimiento.
Con la identificación confirmada, la investigación, a cargo de la fiscalía de distrito uno turno seis bajo la dirección de José Bringas, se adentra en una nueva etapa. Los próximos pasos cruciales se centrarán en establecer cómo y cuándo ocurrió el crimen, y cuál fue la relación de Milagros Basto con el expolicía Horacio Grasso.