En las primeras dos semanas del juicio al viudo Marcelo Macarrón, acusado como instigador del crimen de Nora Dalmasso (51), las partes dejaron varios frentes abiertos.
Comenzaron a cruzar espadas sobre la supuesta crisis matrimonial, la investigación, los vínculos, los bienes y la escena del crimen. Sólo el tiempo dirá cuánto peso tienen los indicios, las elucubraciones de los testigos y hasta el dolor expresado en lágrimas, frente a los jurados populares.
“La mataron a traición, cuando se encontraba dormida, desnuda”, proclamó en la presentación del caso el representante del ministerio público, Julio Rivero.
El viudo está acusado como instigador del homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y precio o promesa remuneratoria.
Para la acusación, la “prolija” escena del crimen remite a la “profesionalidad del sicario” que sabía cómo manejarse en la casa y que la víctima se hallaba sola. Se interpreta que fue atacada cuando estaba dispuesta al descanso. Y que las lesiones en las zonas erógenas fueron producidas para simular un contexto sexual previo al crimen, funcional al rumor de infidelidad corrido días previos.
Se cree que Macarrón encargó el asesinato porque vivía una crisis matrimonial y él no quería dividir sus bienes en un probable divorcio. La acusación dice que ambos cónyuges tenían amantes y que seleccionaban a sus amigos y escondían la realidad de su pareja “por interés económico”.
Para la defensa de Macarrón, Nora Dalmasso no estaba dormida cuando la abordaron.
“Fue víctima del ataque sexual de una o más personas que, dándole un golpe rotundo en la cabeza, con aptitud para hacer perder capacidad de defensa (previo a estrangularla con el cinto de la bata)”, sostiene Marcelo Brito.
Más teorías y dudas
A todos los testigos que fueron pasando por el juicio, se les preguntó si podían aportar alguna prueba sobre la verdad de las circunstancias de la muerte.
La amiga de Nora, Margarita Riega y los hijos de la víctima, Facundo y Valentina, apuntaron contra el empresario apodado “el Francés”: Miguel Rohrer.
Para Riega, Nora estuvo esa madrugada con Rohrer y, cuando ella se fue a bañar, él habría visto el mensaje de Guillermo Albarracín en el teléfono y “se puso loco”.
Razona que, debido a que es violento, “la habría asesinado, con o sin intención, pero asesinado al fin”.
La hipótesis del hermano, Juan Dalmasso, es que “a Nora la atacaron de sorpresa, ella no esperaba a nadie, si hubiera esperado a un amante no se hubiera quitado el maquillaje”.
“Creo que fue sorprendida y opuso resistencia. Hay golpes que lo comprueban, ella era una persona impulsiva, no era fácil de dominar, pudo haber sido más de una persona”, declaró.
“No sé si cuando le ataron el cinto estaba muerta o no. Hablan (los forenses) de sexo consentido pero fuerte, violento. Nadie me lo supo explicar. Me pregunto por qué aparecieron muestras de semen en la vulva, en la parte exterior. Me cuesta imaginar cómo un sicario puede generar una escena del crimen de esa manera”, expresó.
Este martes declararán más amigas de la víctima y el yerno de Riega, Guillermo Lenti.
Se espera que Lenti aclare si vio a su vecino, Rohrer, tomando champagne, reunido con el imputado y Daniel Lacase, a días del homicidio.
El dato fue mencionado por la amiga de la víctima y se prestó a especulaciones de todo tipo.
¿Quiso renunciar la madre?
Desde el primer día del juicio a Marcelo Macarrón, el fiscal Rivero hizo saber que le hubiera gustado que a su lado estuviera, como querellante, María Delia “Nené” Grassi, la madre de la víctima y suegra del imputado.
La calificó como “una leona”. La mujer, que hace dos años sufrió un ACV que la dejó sin habla, fue la primera en hablar de un posible “crimen por encargo” perpetrado por “una mafia”. También dejó sentado en su última declaración que para ella el autor del homicidio es el mismo empresario al que apuntan los hijos del viudo.
La Fiscalía llamó a declarar al hermano que certificó la renuncia de la madre a la querella.
El letrado admitió que Juan Dalmasso le dio el texto borrador para el acta.
El hermano reconoció que, por la salud de la madre, que no podía comunicarse con sus patrocinantes, la renuncia fue decidida por él, su hermana, sus hijos y los hijos de la víctima y del imputado, Facundo y Valentina.
El fiscal tomó nota de los nombres de las empleadas que cuidan a “Nené” Grassi y no se descarta que la citen para esclarecer su condición y voluntad.
A lo largo del proceso, fueron escasas las medidas que Grassi solicitó como querellante. En 2016, cuando supo que quien se había ofrecido gratuitamente para ser su abogado, Diego Estévez, se habría reunido con Rohrer, lo despidió.
Y prácticamente nunca más movió el expediente. En diciembre se formalizó su renuncia.
Medios y violencia
En la segunda audiencia, fueron los hijos los que más dejaron claro el sufrimiento infringido por la violencia social de género contra su madre, la persecución judicial de Facundo y Marcelo y el acoso mediático.
Una tía de Valentina contó cómo tenía que esconder a la joven, de 16 años, en el baúl de su auto, para eludir a los seis móviles de TV apostados frente a su casa.
Juan Dalmasso relató que, a su padre, Enrique, que era muy mayor (ya falleció), hasta le cortaba el cable de televisión arriba del techo para que no viera “las barbaridades que se decían” sobre su hija.
A 15 años de su asesinato, el juicio volverá a ventilar cuestiones sobre la intimidad de Nora. El desafío es buscar la verdad, sin revictimizar a la víctima.
