En un marco de amplísima expectativa, el juicio por el asesinato de Valentino Blas Correas (17) llega a su momento decisivo. La Cámara 8ª del Crimen de Córdoba, con la participación de jurados populares, dará a conocer en las próximas horas la sentencia para los 13 efectivos de la Policía de la Provincia de Córdoba que llegaron al banquillo de los acusados.
Además, y más allá de ese fallo, hay expectativa por saber qué decide el tribunal de cara a futuro, sobre todo porque la fiscalía y las querellas solicitaron que se investigue a funcionarios políticos de aquel momento, como Alfonso Mosquera, quien era ministro de Seguridad provincial, como así también a otros efectivos policiales, incluso de alto rango como fue el comisario Gonzalo Cumplido.
El fallo por el gatillo fácil contra Blas Correas se conocerá en los Tribunales II de Córdoba luego de la última palabra que expresen los uniformados, si es que deciden emplearla. Se trata de una instancia judicial prevista por el Código Procesal Penal en la que se le ofrece al imputado la posibilidad de que brinde alguna manifestación sobre algo que no hayan dicho ya en el juicio.
La madre de Blas, Soledad Laciar, reclamó en varias oportunidades, y así lo hizo cuando le tocó la posibilidad de expresarse ante los jueces durante la penúltima palabra, que los policías admitan lo que hicieron y muestren algún grado de arrepentimiento.
Disparos policiales
Valentino Blas Correas fue ultimado de un balazo que le dio en la espalda mientras iba en un auto con amigos durante un retén policial frente al Complejo Pablo Pizzurno, en la avenida Vélez Sársfield de la Capital, en la madrugada del 6 de agosto de 2020.
Los cinco jóvenes regresaban de comer unos lomitos a bordo de un Fiat Argo blanco. Al ver el control policial, el conductor del auto se asustó, comenzó a frenar, pero al final aceleró.
Los policías habían montado ese retén porque, por frecuencia radial interna, se había alertado sobre la presencia de sospechosos en un auto blanco.
Desde atrás, sin ninguna justificación y contra toda normativa, los cabos Lucas Gómez y Cristian Alarcón abrieron fuego contra el vehículo. Ninguno de esos policías debió haber estado trabajando ya que tenían causas penales pendientes.
Uno de los plomos dio en la espalda de Blas, quien iba sentado en la parte trasera. Otros balazos por poco no alcanzan a los otros adolescentes.
Desesperados, los jóvenes llevaron a Blas hasta una clínica Aconcagua, en Nueva Córdoba, pero no se les brindó atención médica. Mientras se dirigían en el auto hacia el Hospital de Urgencias, otras patrullas los interceptaron en avenida Chacabuco.
Blas aún respiraba en el auto. Lejos de brindar ayuda de inmediato, esos otros policías se quedaron dialogando y avisando a sus superiores. Blas finalmente murió.
Arma plantada
Mientras tanto, en la zona de Plaza España se iniciaba y llevaba adelante la otra parte terrible de esta historia: un viejo revólver era “plantado”. La intención de varios policías fue la de hacer pasar a Blas y a sus amigos como delincuentes que se habían desprendido de un arma.
A su vez, había una serie de comunicaciones internas por celular entre jefes policiales, ya fuera de la frecuencia policial.
“Siento vergüenza de todos esos policías”, llegó a decir la actual jefa de Policía, Liliana Zárate, cuando declaró como testigo en el juicio. La comisaria general reconoció que hubo “violencia institucional”.
Pedidos de fuertes penas de prisión
Trece policías llegaron al banquillo de los acusados en la Cámara 8ª del Crimen. Dos responden por el asesinato en sí y por el ataque a los demás jóvenes; los otros 11 por las maniobras de encubrimiento.
Entre el segundo lote de acusados sobresale una policía: la agente Wanda Esquivel. Ella admitió que plantó el arma por orden de compañeros y superiores. Su testimonio como “quebrada” fue vital para la causa.
Por su seguridad, tuvo que presenciar el juicio en otra sala, lejos del lote de acusados.
El juicio arrancó el 7 de septiembre de 2022.
Los fiscales Fernando López Villagra y Marcelo Hidalgo, luego de desgranar la prueba y analizarla, reclamaron las siguientes condenas:
- Para los cabos Lucas Damián Gómez y Javier Catriel Alarcón se solicitó prisión perpetua como coautores de homicidio doblemente calificado y de tentativa de homicidio calificado (por los disparos que pusieron en riesgo a los amigos de Blas). Si bien Gómez fue el autor material del crimen, a Alarcón se le reprocha haber incidido en la acción homicida final con su accionar.
- El otro lote de acusados está integrado por: la oficial ayudante Yamila Florencia Martínez, la agente Wanda Micaela Esquivel (quien plantó el arma y confesó todo), el subcomisario Sergio Alejandro González, el subcomisario Enzo Gustavo Quiroga, el comisario inspector Walter Eduardo Soria y el comisario inspector Jorge Ariel Galleguillo. Todos ellos responden por presunto encubrimiento agravado y omisión en los deberes de funcionario público. Se les requirió penas de entre 5 y 6 años de cárcel efectiva.
- El tercer lote de acusados está integrado por: el cabo Leonardo Alejandro Martínez, el agente Rodrigo Emanuel Toloza, el oficial ayudante Ezequiel Agustín Vélez y el cabo Leandro Alexis Quevedo. Llegaron acusados por falso testimonio y encubrimiento agravado. Se les requirió penas de entre 5 años y 5 años con 4 meses de cárcel.
- Finalmente, el acusado N° 13 es el comisario Juan Antonio Gatica, quien responde por supuesto encubrimiento agravado. Se le solicitó una pena de 6 años de cárcel.
VIDEO: LA RECONSTRUCCIÓN DEL CRIMEN DE BLAS CORREAS
Los pedidos de los defensores
La defensa del policía Lucas Gómez negó que se esté en presencia de un homicidio calificado y tentativa de homicidio y requirió que el caso sea encuadrado como un homicidio con exceso o, subsidiariamente, en un homicidio simple por dolo eventual.
Por su parte, la defensa del policía Alarcón requirieron que sea declarado inocente de los cargos y sea absuelto.
Idénticos pedidos de absolución solicitaron ante los jueces y el jurado popular los defensores de casi todos los demás policías, tras negar las acusaciones en su contra.
La policía “arrepentida”
Sobresale la defensa de Wanda Esquivel, quien requirió que la agente sea condenada a sólo 1 año de prisión. Entienden los abogados que su rol y testimonio fue clave para la causa.
