La sospecha es una sola, paraliza y es atroz: la mujer habría sido asesinada y su cuerpo desaparecido.
Sin embargo, ese cuerpo, y pese a la búsqueda, no aparece por ningún lado y el caso se complejiza.
Hay un sospechoso detenido, pero el caso lejos está de quedar resuelto.
Sin cuerpo y ante la peor de las sospechas, lo primordial pasa a ser la búsqueda y recolección de pruebas, evidencias y toda clase de indicios que echen luz y acorralen al acusado.
Un sospechoso que está en silencio y que, de manera extraoficial, niega tener que ver con el caso.
En esa etapa se encuentran los pesquisas abocados a la compleja investigación para determinar qué pasó con Anahí Ester Bulnes, la mujer de 36 años y madre de tres chicas, que desapareció el pasado 5 de diciembre en Córdoba Capital.
Su familia, sus allegados, los investigadores, la fiscal, su equipo de trabajo, todos los que están insertos en esta cruel historia de horror lo saben: la mujer está muerta.
Pero el cuerpo no aparece.
Tres importantes noticias se agregaron a la causa en las últimas horas.
Sangre humana
Por un lado, ya se sabe que los restos de sangre encontrados en distintos puntos del departamento que ocupaba el acusado (Santiago Campos Matos) era humana.
Resta determinar, y lo deben hacer los gabinetes especializados, a quién le pertenece esa sangre.
Primero buscarán saber tipo y factor, y luego se haría un ADN. Este estudio llevará varios días.
Ropas secuestradas
La otra noticia trascendente fue el hallazgo, el miércoles a la mañana, de prendas de mujer tiradas en bolsas de basura cerca de la Costanera del río Suquía, a metros del puente ferroviario, y de donde vivía el acusado.
Distintas fuentes con acceso a la causa confirmaron que se hallaron un pantalón negro, ropa interior y un zapato oscuro, entre otras prendas y hasta una cadenita.
Desde ámbitos cercanos a la familia de Anahí señalaron a La Voz que, cuando desapareció, la mujer usaba vestimenta de esas características.
Todos esos elementos fueron recolectados por personal de Policía Judicial que tendrá como objetivo, ahora, analizarlos y buscar, de ser necesario, restos genéticos para un ADN.
Los peritos, en paralelo, tienen que analizar también y buscar pruebas en los elementos secuestrados en el departamento del acusado, como por ejemplo la cuchilla, una sierra y una amoladora, entre otros elementos.
En el departamento del acusado, como ya se informó, también se hallaron prendas de mujer.
Fue dicho: se están recolectando pruebas que sirvan como indicios.
Filmado sacando una bolsa
El tercer elemento que se agrega a la serie de indicios es otra filmación.
Fue dicho que, en el marco de esta compleja causa, las filmaciones de cámaras de seguridad de la Policía y de particulares son importantes.
En las últimas se consiguió una filmación de un domo que muestra al acusado retirándose de su edificio, después del 5 de diciembre, con una bolsa negra de consorcio.
Así lo señalaron fuentes con acceso a la causa, quienes indicaron que el imputado fue visto en esa época comprando “varias bolsas”.
Encuentro y ¿crimen?
Hasta que desapareció, Anahí Ester Bulnes vivía con sus hijas en barrio Altos Sud de San Vicente, en la zona este de la Capital.
En la madrugada del 5 de diciembre se le perdió el rastro.
Recién cuando su familia, amigos y allegados, junto con organizaciones sociales, comenzaron a “hacer ruido” y a exigir respuestas, la causa comenzó a moverse en serio.
Así fue que la fiscal Eugenia Pérez Moreno decidió convocar a los pesquisas del Departamento Homicidios. Ya habían pasado varios días.
El trabajo de los sabuesos, junto con el apoyo y datos de allegados a la mujer, orientaron todo al Centro de la ciudad de Córdoba.
Según la causa, se pudo determinar que esa madrugada, Anahí se encontró con un hombre.
Hoy se cree que ese individuo era Santiago Campos Matos, quien se ganaba la vida como cocinero.
No eran pareja, no eran amigos.
Se trató de una relación personal.
En ese marco, según la causa, habrían caminado varias cuadras hasta el departamento de este individuo en avenida Olmos y bulevar Guzmán. El cocinero vivía en la planta baja, solo, desde hacía pocos meses. El lugar era un espanto.
Una filmación muestra entrando a ese edificio a una pareja.
Creen que eran ellos. Anahí vestía de negro.
A la mujer no se la ve salir más.
El lunes, ese departamento fue allanado por la Policía.
Los pesquisas encontraron, además de restos de sangre (lavada) y armas blancas, un folleto con el rostro de Anahí dentro de una mochila.
El cocinero los miró y les dijo: “Eso me lo pusieron ustedes. Ustedes me quieren ‘cargar’ la desaparecida que andan buscando”, según voceros.
Ninguno de los policías le había dicho el motivo del allanamiento.
La fiscal ordenó detenerlo e imputarlo por presunto homicidio.
Lesiones y faltazo al trabajo
Fue dicho al comienzo de la nota: la causa se está nutriendo de indicios.
Otro de esas pruebas contra el cocinero (además de su conocimiento en cuchillos) es que el hombre faltó varios días al trabajo en la fecha en que pasó todo.
A una persona le habló de un robo. A otra le manifestó que había tenido una pelea con un “naranjita”.
Cuando lo detuvieron, los policías le encontraron a Campos Matos lesiones en sus brazos. Algunos refieren que eran similares a las que provoca quien se defiende.
El hombre sigue detenido en la alcaidía y con pronóstico de ser enviado a la cárcel de Bouwer en las próximas horas.
Sigue la búsqueda
Mientras tanto, bomberos, algunos con perros, policías uniformados, sobre todo de civil siguen trabajando en el marco de esta compleja causa que cierra un 2022 de espanto en la provincia de Córdoba.
Tienen dos objetivos: hallar un cuerpo, el de Anahí, y a la vez, buscar y seguir recolectando pruebas.
Los indicios para cercar a un acusado sospechado de algo atroz.
