Visten uniformes blancos, calzan botas y usan guantes y barbijos. A veces son ocho, aunque a veces son más. Son mujeres y varones forenses e integran un equipo especial que, desde hace varias semanas, no ha dejado trabajar de manera sistemática. Están allí en el predio de enterramiento sanitario de Piedras Blancas, en la zona sur de Córdoba Capital.
Tiene una cruda, compleja y cruel misión de trabajo: buscar entre esa basura los restos de una mujer que, sospecha la Justicia, habría sido asesinada en diciembre del año pasado.
La víctima es Anahí Ester Bulnes, 36 años, tres hijas, docente.
Por este caso, un hombre permanece preso en la Cárcel de Bouwer. Santiago Matos está acusado de femicidio. El hombre no habla ni admite nada, ni da pistas; pese a que los indicios en su contra son contundentes.
La sospecha de la fiscalía y de la propia familia es que, después de un encuentro, Anahí fue asesinada en un departamento del Centro de Córdoba y sus restos arrojados a distintos contenedores de residuos.
Esa basura va a parar a Piedras Blancas por camiones de residuos y se hace compostaje.
En ese predio está trabajando, sin freno y de manera metódica, ese cuerpo especial del Instituto Médico Forense de Córdoba.
Hay noticias pero se pide cautela: los forenses han encontrado en los últimos días restos óseos y otros materiales los cuales fueron enviados a los laboratorios con que cuenta la Policía Judicial de Córdoba.
La finalidad primera es determinar si esos restos óseos son humanos.
Luego, si esto se determina, vendrá el trabajo de cotejar a quién pertenecían eventualmente.
Esta información fue confirmada por La Voz por tres fuentes con acceso a la causa. Todos los voceros fueron coincidentes en el pedido de la cautela: hay que esperar la repuesta del laboratorio.
Desaparición
Anahí desapareció en la madrugada del 6 de diciembre de 2022.
Desde un primer momento, su familia comenzó a exigir respuestas.
Ante la falta de noticias, se comenzaron a realizar marchas callejeras en Córdoba y el caso cobró notoriedad.
Distintas organizaciones sociales, como Ammar y el Ni Una Menos, se acercaron a la familia de Anahí y comenzaron a colaborar con la pesquisa. La abogada Daniela Morales Leanza se convirtió en parte querellante y fue el nexo entre la familia y la fiscalía a cargo de la pesquisa, Eugenia Pérez Moreno.
El trabajo investigativo se centró en los movimientos de Anahí y, gracias a datos aportados por allegados, se logró determinar que la mujer fue al Centro aquella madrugada y se encontró con un hombre.
El análisis de las cámaras de seguridad policiales de esa zona de la ciudad permitió avanzar con la causa.
Los pesquisas analizaron numerosas filmaciones y así lograron determinar cómo Anahí se marchaba junto a un hombre a un departamento en avenida Olmos, cerca del puente 24 de Septiembre, en Capital.
Era fines de diciembre cuando, con una orden judicial, investigadores policiales allanaron el departamento de Santiago Campos Matos y lo detuvieron. El lugar presentaba numerosas manchas de sangre.
El trabajo policial se circunscribió luego a la búsqueda de contenedores de basura en las inmediaciones
¿Por qué? Es que las filmaciones de cámaras de seguridad de los domos mostraban a la pareja entrando al departamento, pero sólo se veía salir luego al sujeto sacando bolsas y en varias oportunidades.
La peor presunción no tardó en aparecer en la pesquisa.
Preso y en silencio
Nunca se supo más nada de Anahí.
El estudio de ADN a la sangre hallada en el departamento del acusado confirmó que se correspondía con el perfil genético de Anahí.
Ese estudio, la sangre, las filmaciones, el hallazgo de armas blancas, el faltante de un colchón y ciertas heridas que habría tenido el acusado en sus brazos, al momento que pasó todo, terminaron cercándolo.
Campos Matos, quien se ganaba la vida como cocinero, quedó imputado por femicidio y fue alojado en la Cárcel de Bouwer.
Ya fue indagado, pero se abstuvo de declarar. Por consejo defensivo, no habla por ahora.
A cuatro meses de ocurrido todo, los forenses siguen trabajando en Piedras Blancas mientras las miradas están puestas en el laboratorio.
La familia de Anahí aguarda respuestas y pide justicia.
