“Hoy puedo decir-sentir que el tiempo casi no importa, que 10 años resultan una montaña y a la vez un instante… Hoy puedo decir que ellos han desaparecido de la faz de la Tierra, sin embargo están presentes eternamente en este mundo… Los recuerdos sobran; sin embargo, quedaron momentos sin vivir… faltó tiempo…”.
Es difícil leer la carta de Paola hasta el final sin hacer una pausa, sin sentir el impacto del calvario de una madre que pierde a sus hijos de esa manera.
El 5 de noviembre de 2013, el entonces sargento de la Policía de Córdoba (miembro del grupo Éter) Ariel Pedraza, asesinó con su arma reglamentaria a sus hijos Tobías, de 12 años, y a Morena, de 10. Luego se quitó la vida.
Llevaba varios años separado de la madre de los niños, Paola Fernández.
Dos semanas antes del crimen, Pedraza había obtenido un apto psicológico para ascender de cargo.
La demanda
En noviembre de 2015, Paola y su familia iniciaron una demanda contra la Provincia por la responsabilidad objetiva del Estado. Sostienen que “el ilícito cometido por un agente de policía con el arma provista por la repartición –que tiene el deber de portar permanentemente– constituye un acto efectuado con motivo de su función porque ese deber es el antecedente necesario del perjuicio que causó y en consecuencia la Provincia resulta responsable por el daño ocasionado. ( ..) es un caso de responsabilidad encuadrable en el primer párrafo del art. 1. 1. 13 del Código Civil”.
Agrega que el Estado provincial “al proveer y obligar a sus agentes policiales a portar armas de fuego, debe garantizar y asegurar con máximo celo y prudencia, por su carácter riesgoso, el uso que se haga de estas. Una manera en que esto se puede hacer es con un examen exhaustivo del estado psíquico de los agentes, ya que fue esto lo que obviamente falló en autos”.
En su momento, la abogada de Paola, Natalia Oviedo, explicaba que la denuncia se centra en la “responsabilidad objetiva” de la Provincia, un concepto que alude “no a si hubo dolo o culpa, sino a que es una responsabilidad que se tiene por el solo hecho de ser titular de una cosa que es riesgosa en sí misma (en este caso, el arma reglamentaria)”.
La demanda civil ya lleva 8 años en el Juzgado de 1ª instancia Civil y Comercial de 8ª Nominación de Córdoba.
Oviedo señala que, tras la muerte de los padres de Paola -que también eran querellantes- todo se demoró: “Se pidió que se vuelvan a sortear los peritos para que se avance con las pericias pendientes, que es lo único que falta para que se pueda dictar una sentencia”.
Sin controles externos
El asesinato de Morena y de Tobías despertó una campaña para que la Policía de Córdoba realice los controles psicológicos de sus agentes en instituciones externas a la fuerza.
En diciembre de 2014, el entonces jefe de Policía de la Provincia de Córdoba, Julio Suárez, prometió que la Administración Provincial del Seguro de Salud (Apross) comenzaría a realizar las pericias psicológicas y psiquiátricas de los uniformados. Pero nunca sucedió.
La entonces legisladora Liliana Montero ingresó un proyecto a la Legislatura para implementar una evaluación “de aptitud psiquiátrica, psicológica, familiar social en la cual conste como mínimo una descripción de la personalidad, aptitud para portar armas o condiciones y antecedentes psiquiátrico-psicológicos”, entre otros informes.
Planteaba que esa atención se debía dar en el ingreso del agente, durante su permanencia en el sistema e incluso tras el retiro. Y dejaba la evaluación que hace la propia Policía en manos de un equipo externo.
El proyecto duerme en los cajones.
Cada 5 de cada mes, Paola y un grupo de madres afectadas por casos similares marchan frente a la Jefatura de Policía, sobre avenida Colón, para impulsar esos controles y pedir que se desarme a los policías fuera de su trabajo.
Tampoco son escuchadas.
El último caso ocurrió el 4 de diciembre de 2022 en barrio Observatorio de la ciudad de Córdoba, cuando una agente mató a su hijo de 10 años y de otro tiro hirió gravemente a la hija de 7.
“Los reclamos de justicia a todo nivel y en cualquier ámbito aún no son respetuosamente escuchados y respondidos”, dice Paola en su carta, 10 años después.
La carta de Paola:
Noviembre de 2023.
Hoy 5 de noviembre de 2023, hace 10 años, encontré a mis pequeños hijos Tobías y Morena asesinados en el departamento de su padre, un sargento del grupo especial del Eter, de las Fuerzas Policiales de la Provincia de Córdoba, quien también se había matado ese día, así como a nuestros hijos.
Sin embargo, hoy, a 10 años de la muerte de mis hijos, no diré más que lo antes dicho sobre el CÓMO, DÓNDE, POR QUÉ, CUÁNDO…
Hoy quiero hablar sobre el SENTIR…
Diré sobre el sentir de sus huellas y el vivir despúes de sus muertes…
Hoy puedo DECIR-SENTIR que el tiempo casi no importa, que 10 años resultan una montaña y a la vez un instante… según mi sentir.
Hoy puedo decir que ellos han desaparecido de la faz de la tierra; sin embargo están presentes eternamente en este mundo… según mi sentir
Decir que los recuerdos sobran; sin embargo, quedaron momentos sin vivir… faltó tiempo… según mi sentir.
Decir que están en cada mensaje que me llega contándome sobre algún compañerit@ de ellos, de su escuela… hoy jóvenes de 20 y 22 años.
Puedo decir que son parte de nuestras historias familiares y que siguen revoloteando en nuestros discursos diariamente.
Tobías y Morena tienen dos hermanos en la faz de la tierra, familia directa y familia del corazón que siempre están allí… siguiendo nuestras vidas, nuestro estar en la vida.
Se suman amigos, conocidos, amigos de amigos, conocidos de conocidos… que siempre, siempre están junto a nosotros.
Nuestra lucha visible se ha aplacado, estamos menos visibles… pero cada 5 de mes muchas voces nos conectamos en oración porque entendemos que es un modo de agradecer y de pedir; rogamos por la paz y la unión de todas las personas, y un cambio que favorezca la calidad de nuestras instituciones.
La de tod@s…
La de víctimas y la de inocentes.
La de victimari@s y culpables.
La de civiles y oficiales.
Porque es ese nuestro SENTIR…
Porque desde hace 10 años que ocurrió esta tragedia en nuestras vidas… y lamentablemente no dejaron de suceder.
Hoy deseo conmemorar la vida en todas sus manifestaciones… agradecer, pedir y seguir adelante.
Sólo me queda agregar… según mi sentir… que los reclamos de justicia a todo nivel y en cualquier ámbito aún no son respetuosamente escuchados y respondidos.
Hoy deseo conmemorar a mis hijos, a mis 4 hijos, y en ellos a tod@s sus hijos. Pedir para ellos un mejor universo.
Siempre agradecida.
Paola Fernández.
