Una banda narco de carácter familiar y liderada presuntamente por un hombre que cumple condena en la cárcel de Villa María, fue desbaratada por la Justicia federal local. Fue en una rápida reacción tras advertir que un integrante de la brigada de la Policía Federal podría estar vinculado con ese grupo y le habría “filtrado” información de cómo avanzaba precisamente la pesquisa.
La causa se inició hace pocos días, teniendo como sospechoso principal a un hombre que cuenta con varios antecedentes por narcotráfico y sería quien, desde la cárcel, dirigiría las operaciones que se realizaban en extramuros.
La pareja del condenado, su yerno y su consuegro, todos en libertad hasta este martes, serían los brazos ejecutores del tráfico de drogas, de acuerdo a la sospecha judicial.
Con este planteo, la brigada de la Policía Federal que trabaja en conjunto con la Fiscalía Federal que conduce María Schianni dio los primeros pasos investigativos.
A poco de andar, los pesquisas notaron que algo no estaba bien.
Por indicios que venían desde hacía un tiempo, llegaron a establecer que uno de sus compañeros, un agente que lleva al menos cuatro años en la fuerza, tenía una relación de amistad con uno de los sospechosos y le estaría adelantando información sensible de la investigación.
“Esto precipitó toda la investigación. De inmediato dispuse el cambio de fuerza de seguridad y convoqué a Gendarmería”, explicó la fiscal Schianni ante la consulta de La Voz.
Allanamientos y detenciones
Los policías federales pasaron a ser testigos y con los gendarmes en escena se ordenaron allanamientos en domicilios de las ciudades de Villa Nueva (barrio El Golf y calle Libertad) y Villa María (barrios Centro Sur y Los Olmos). También se hizo un allanamiento en la cárcel local.
Como resultado, se detuvo a una mujer, dos hombres y el policía federal, además del presunto jefe de la organización, quien ya estaba alojado en la cárcel.
La mujer quedó con prisión domiciliaria por tener a su cargo un niño de 2 años.
El policía fue alojado en un sector especial para fuerzas de seguridad y los otros dos hombres, uno de 18 años y el otro de más de 30, fueron a celdas comunes.
En los procedimientos se secuestraron armas de fuego, estupefacientes en un cantidad no informada y teléfonos celulares.
Estos dispositivos son considerados clave para poder profundizar la investigación y se especula con que puedan contener información valiosa, incluso que puedan abrir otras vías de investigación.
El juez federal de Villa María, Roque Rebak, ya dio la orden para que los dispositivos sean peritados.
Por lo reciente de la investigación y la velocidad con la que se actuó para lograr resultados, se espera que todavía surjan muchos más elementos y no se descartan nuevas detenciones.
