“El Bigote”, “el Santiagueño” y “el Mono” eran tres conocidos de Axel Frías. Todos conformaban una banda de barrio Los Cortaderos, zona norte de la ciudad de Córdoba. Estuvieron juntos el pasado martes 23 de abril, hasta que el adolescente de 18 años, con serios problemas de adicciones, acabó en el Canal Maestro norte, a metros del Aeropuerto, donde fue encontrado 11 días más tarde, el 4 de mayo, sin vida y por sus propios hermanos.
Al comienzo de la investigación, “el Mono” señaló a los otros dos implicados como los “verdugos” de la historia.
Dijo, según fuentes de la investigación, que “el Santiagueño” y “el Bigote” se la tenían “jurada” a Axel. Siempre según el testimonio del “Mono”, los otros dos jóvenes lo habían molido a golpes con un palo de hockey para luego despojarse de su cuerpo en el cauce de agua sucia.
Sin embargo, algunos elementos de la investigación comenzaron a poner en duda la veracidad de las declaraciones del único sospechoso que había zafado de caer tras las rejas.
En un giro inesperado, este viernes terminó en la cárcel mientras los otros dos acusados recuperaron la libertad.
Puertas adentro de la fiscalía de Juan Pablo Klinger se fueron reorganizando las piezas investigativas. Fueron cruciales, dicen los pesquisas, las indagatorias de los detenidos.
Pero también fueron determinantes para la decisión de Klinger –que prefirió no dar detalles de su tarea y se mantuvo en total hermetismo– otros testimonios y algunas imágenes de video a las que pudo acceder en las últimas horas.
Las evidencias fueron corriendo del centro de la escena a Matías “Bigote” Luján y a Ezequiel “Santiagueño” Camos y complicaron la situación procesal de Giménez, alias el “Mono”, de quien aún no trascendieron mayores datos.
Ahora Giménez se encuentra detenido e imputado de “homicidio simple”, en tanto que los otros dos acusados recuperaron la libertad, aunque todavía se encuentran en el radar del fiscal.
Nadie en la fiscalía se atreve a negar posibles nuevos cambios en la causa.
La investigación se desarrolla en un contexto complejo, según dijeron los pesquisas, por un clima de gran hostilidad entre las familias implicadas.
Todos pertenecen a la zona de barrio Los Cortaderos, al norte de la ciudad de Córdoba. Durante los primeros días de la desaparición del adolescente de 18 años, nadie dio aviso a las fuerzas policiales. Lo que sí ocurrió fue que la familia de la víctima encerró a los amigos en una casilla del barrio.
Hubo golpes y hasta apareció una pistola. Ahí comenzaron a brotar las acusaciones entre unos y otros. Alguien advirtió que Giménez había ido a robar con Axel y que él mismo lo había matado. Todo quedó sumido en la confusión, hasta que horas más tarde fueron apresados Luján y Camos.
Qué cambió en la causa
Lo que aparecía como una historia narrada y confirmada por la primera documentación con la que trabajó el fiscal ahora perdió peso hasta convertirse en una mentira pergeñada por Giménez, como parte de una coartada.
Él mismo declaró ante la Policía que sus otros “compañeros” le habían pegado a Axel y lo habían amenazado para que guardara silencio.
Pero para los familiares de la víctima esas versiones no tenían demasiado sentido. Uno de ellos, “el Bigote” Luján, es hijo de un clan muy allegado al grupo familiar de Axel. Así que desde el vamos pidieron que se revise su detención.
En tanto, el fiscal siguió reuniendo elementos. Se le presentaban declaraciones confusas y contradictorias de parte de los acusados por Giménez. Klinger tomó la decisión de imputar por “homicidio simple” y apresar a Luján y a Camos.
Sólo que cuando continuó indagando fue encontrando las fisuras de las declaraciones de Giménez. Unas imágenes captadas por cámaras ubicadas en el lugar del hecho, donde se vería a Giménez junto a Axel y a nadie más, habrían sido las piezas finales con las que la fiscalía tomó las últimas determinaciones de ordenar la libertad para los detenidos y apresar a quien permanecía en libertad.
Según versiones de los demás acusados, coincidentes en varios aspectos, sí hubo un intento de robo, pero había sido pergeñado y protagonizado por Giménez. Por razones que restan de establecer, cuando salió con Axel a llevar a cabo un asalto a una fábrica de insumos para piscina de barrio Los Boulevares, próximo a Los Cortaderos, se produjo un ataque donde el chico de 18 resultó asesinado.
Además, hay una denuncia que recientemente fue incorporada a la causa. El supervisor de ese recinto industrial llamó al 911 el día de la desaparición de Axel, dando características coincidentes con Giménez y la víctima.
Los investigadores ahora creen que caminan sobre suelo firme y se muestran conformes con los avances en las pesquisas.
