Primero, a través de su abogado, el joven conductor se ofreció a realizar unas tareas comunitarias en un centro solidario de Córdoba, a cambio de que se suspendiera el juicio. El Tribunal Superior de Justicia rechazó ese pedido de probation.
Luego, su defensor fue a golpear la puerta de la fiscalía de Cámara para ofrecer un juicio abreviado.
El ofrecimiento consistía en que el conductor aceptara los cargos, se mostrara arrepentido y pidiera disculpas; a cambio de recibir una pena mínima de tres años de prisión, pero bien fuera de la cárcel.
En la fiscalía, la respuesta fue: no y deberá someterse a juicio oral.
De no mediar ninguna sorpresa de último momento, este martes a la mañana, Alan Alejandro Amoedo (29) se sentará finalmente en el banquillo de los acusados de la Cámara 9ª del Crimen de Córdoba.
Su situación será lamentablemente otro déjà vu en los Tribunales.
Es que será otro joven conductor que llega a juicio (él tiene el beneficio de estar libre) por haber matado a dos personas y herido a otra en una desastrosa colisión automovilística.
Se la conoce como la “tragedia de la Circunvalación”, porque precisamente sucedió en ese anillo de tres carriles de alta velocidad que rodea a Córdoba capital. Fue hace un año: el lunes 17 de mayo de 2021.
Aquella tarde, al volante de su VW Vento, Amoedo chocó dos autos que estaban detenidos en la banquina por el desperfecto mecánico de uno de estos. Eran las 16 y el sol brillaba cuando Amoedo causó ese desastre.
Como resultado, murieron Sol Viñolo (29) y su amigo Agustín Burgos (31), quien había ido a ayudarla. La pareja de Sol, Fernanda Guardia (34), sobrevivió con graves heridas.
Según la causa que instruyó el fiscal Tomás Casas, Amoedo iba con 2.07 de alcohol en sangre, con cocaína en el cuerpo y muy fuerte.
De acuerdo con testigos, Amoedo circulaba de manera zigzagueante y de forma temeraria. Pasaba autos y camiones por la derecha y hasta por la banquina. En el coche se halló una botella de cerveza, con un cuarto de líquido y otra de vino cerrada.
Cómo sucedió el accidente
Negligencia
Amoedo llega al banquillo con el rótulo que siempre usa la Justicia de Córdoba: homicidio culposo.
Para que se entienda: está acusado por imprudencia, por negligencia.
Se trata de un delito que, en caso de condena, arranca con una pena de tres años y puede llegar a los seis años. No siempre van presos.
En la historia judicial cordobesa, todas las tragedias viales y demás dramas de tránsito siempre fueron sentenciados con esa figura: el homicidio culposo (o lesiones culposas).
Las familias de las víctimas de la tragedia de la Circunvalación vienen reclamando desde que pasó todo que el caso sea reencuadrado.
Insisten y remarcan que no fue negligencia ni imprudencia.
Fue más allá: señalan que se trató de un homicidio por dolo eventual.
Este delito, en caso de condena, prevé una fuerte pena de cárcel: la escala arranca desde los ocho años y puede llegar a los 25.
Se trata de un homicidio simple. Es equiparable al caso de una persona que mata con intención a otra.
Ahora bien, ¿se puede matar de manera intencional? Claro que no. O no en una persona en sus cabales.
La figura del dolo “eventual” gira en torno a este razonamiento: una persona maneja fuerte y de manera temeraria, y se representa mentalmente que, manejando así, puede causar una muerte.
Sigue adelante y la provoca.
¿Quiso matar intencionalmente? No, desde luego. Pero debería haberse representado ese punto. De allí, esa “eventualidad”.
En Córdoba, por una causa u otra, los jueces no se atreven a fallar con esa figura penal.
El argumento es siempre el mismo: ¿cómo se puede demostrar que una persona “se representa mentalmente” causar un daño?
Como no se puede demostrar, siempre dicen jueces y fiscales, “bajan un escalón” y se centran en la figura de la negligencia o imprudencia. Es decir, lo culposo.
En ese debate, la discusión de fondo son los años de condena.
Secuencia de la tragedia
Cinco años, lo máximo
En la historia judicial cordobesa reciente, todas las tragedias viales (por más que los conductores manejaron borrachos, fuerte y mal) fueron sentenciadas con la figura culposa.
Nunca se condenó por dolo eventual.
Hubo casos de elevaciones a juicio con esa figura, pero no resistieron en el debate oral.
El Tribunal Superior de Justicia de Córdoba ya fijó jurisprudencia.
Por lo general, las condenas a conductores homicidas en Córdoba fueron de entre tres y hasta poco menos de cinco años.
Algunos conductores fueron presos. No todos.
Nadie recibió 25 años.
Dolo eventual en otras provincias
Las familias de las víctimas de la Circunvalación reclaman y exigen que haya un cambio de “chip”, y que este caso y los que siguen sean entendidos y caratulados como un crimen vial. Nada de negligencia o de imprudencia. Insisten en la figura del dolo eventual.
Y reclaman que Alan Amoedo vaya y continúe preso en una cárcel.
“La Justicia de Córdoba viene dando ese mensaje: ‘Andá, matá con el auto, que no te pasa nada’. Y encima, ‘volvés a tu casa’”, le dijo a La Voz el padre de Sol, Carlos Viñolo.
“¡Eso tiene que cambiar! Dejen de dejar libres a los asesinos al volante. Y condenen por dolo, nada de hablar de un hecho culposo”, añadió.
“Hay que cambiar el chip de la Justicia. Estos casos son crímenes viales y deben ser entendidos como tales”, postula Natalia, la mamá de Sol.
Con su abogado Claudio Orosz, la familia de las víctimas reclamarán una condena por dolo eventual.
“Claro que hubo dolo. ¿De qué figura culposa hablan? Manejaba borracho, con cocaína, iba pasando autos por cualquier lado, se subió a la banquina para seguir pasando. Se debió representar que podía causar un desastre.... ¡Y lo causó!”, bramó el abogado Orosz.
“Llevaremos y presentaremos jurisprudencia de otras provincias, donde ya se condenó por dolo. Es hora de que en Córdoba esto cambie y cambie de una vez”, remarcó.
¿Qué dice la fiscalía?
La acusación estará en manos del fiscal de Cámara, Gustavo Arocena.
“El caso es claro en el sentido de que no hay dudas de cómo fue el hecho. Los testimonios y peritajes son contundentes”, expresó.
“Tenemos un piso en este caso. Que es la figura culposa. Y hay un techo, que es la figura del dolo eventual... Para eso está el juicio. Para discutir el caso, analizar las pruebas y ver qué puede surgir en el proceso. Yo actuaré en consecuencia....”, le dijo el funcionario a La Voz.
“La discusión por el dolo pasa por determinar y establecer si el conductor que mata se representó mentalmente que podía hacerlo”, indicó.
El fiscal Arocena ya tuvo contactos con las familias de las víctimas.
Las recibió en su despacho.
“Siempre hablo con las familias. Las recibo y les digo qué prueba hay y qué puede pasar. Las escucho. Y les explico. Muchas veces, las familias, doloridas, quieren un castigo supremo... Yo les digo que, desde mi lugar, tengo que ubicarme en la ley en lo que se pide. Y los jueces también hacen eso”, indicó.
¿Qué pruebas hay?
El expediente contra Alan Amoedo se basa en testimonios (de terceros, generalmente automovilistas que vieron cómo circulaba esa tarde) y los peritajes técnicos de la Policía Judicial que explican cómo fue la mecánica del suceso.
También está una pericia interdisciplinaria que señala que, a pesar de la ebriedad, Alan Amoedo era consciente de todo lo que pasó.
Entre las pruebas consta que el joven, momentos antes, había subido una foto a sus redes posando con una botella de cerveza. No bebía.
El relato de la sobreviviente, Fernanda Guardia, será de extrema validez en el juicio oral.
¿Y qué dice el acusado?
Cuando declaró, asistido por su abogado Benjamín Sonzini Astudillo, Amoedo negó la acusación.
El joven (quien tenía un negocio dedicado a la venta de bebidas alcohólicas) dijo que aquella tarde otro vehículo “lo tocó de atrás”, él perdió el control y ya no recuerda “nada”.
La palabra final
Los jueces Gustavo Rodríguez Fernández, Martín Bertone y Carlos Cornejo tendrán la decisión final.
