Si los estafadores sufren constantes metamorfosis para pulir y perfeccionar la efectividad de sus engaños, los que actúan en el campo de la virtualidad –redes sociales o páginas web– tienen mayores “habilidades” que mejoran y mejoran cada vez con mayor frecuencia.
La Fiscalía de Cibercrimen de la ciudad de Córdoba realiza permanentes investigaciones y procedimientos para mantener a raya a los autores del “cuento del tío de la era moderna”. La pesquisa es incesante y las víctimas no cesan.
El último procedimiento que ordenó el titular de esta fiscalía, Franco Pilnik Erramouspe, se ocupó de estafadores que vienen recurriendo a una modalidad no tan novedosa, pero que aprovecha el momento de ajuste que se vive en muchos hogares. La banda ofrecía a adultos mayores “descuentos a jubilados” para contratar el servicio de streaming de Netflix. Obviamente, esa “promo” no existe, pero desde que en los últimos meses los gastos comenzaron a reducirse, la oferta resulta tentadora.
El fiscal señala que muchos cayeron porque en los últimos meses este servicio de streaming aumentó considerablemente a la par de que las jubilaciones casi no se movieron.
A través de páginas de Facebook, los incautos contactaban a los estafadores, que continuaban el trato a través de WhatsApp. Allí les ofrecían el descuento y los desapoderaban de sumas de dinero que no volverían a ver nunca más. Por cierto, no había contraprestación: era una burda estafa.
Lo peor de todo es que ese trato por WhatsApp llevaba a que los inescrupulosos les hacían descargar a estas personas de edad un programa que logra controlar el celular de manera remota (a distancia). A partir de esto, se abría un abanico de variantes para defraudar al titular del teléfono.
En coordinación con el Departamento de Delitos Económicos de la Policía y la respectiva unidad judicial, se realizaron este viernes seis allanamientos en la ciudad de Córdoba y se detuvo a cinco personas que fueron imputadas por “estafas reiteradas” y quedaron a disposición del fiscal Pilnik.
El sábado se hizo otra andanada de procedimientos en objetivos similares –casas de familia de la ciudad de Córdoba– para hacerse de celulares y otros dispositivos.
Precisamente, la particularidad de esta banda de dos hombres y tres mujeres (algunos emparentados), era que trabajaban desde su casa y no desde alguna cárcel.
Cuidado con bajar un programa
El fiscal Pilnik se mostró preocupado porque esta “y otras bandas” atacan a personas vulnerables, como los jubilados, y por esto indicó que es preciso insistir con mensajes de prevención.
Además de tomar el control de las cuentas de WhatsApp, los estafadores se abusaban de los adultos mayores porque conseguían que bajen en su celular el programa quick support que permite el control remoto de un teléfono. Una vez logrado esto, iban a las cuentas bancarias y las vaciaban. En algunos casos, conseguían que los jubilados les proporcionaban claves; en otros, con el control del teléfono no les hacían falta.
Por eso, Pilnik dice dos cosas: “Nunca hay que bajar un programa por algo que nos piden por teléfono” y “si le hacen bajar un programa, es estafa”.
El investigador de ciberdelitos insiste que no es la única banda que opera y que muchos delincuentes insisten en bajar un programa para acceder a los descuentos, recibir cualquier beneficio o evitar algún mal.
Los delincuentes les hacían creer a los jubilados que les hablaban de una cuenta de WhatsApp con el logo de Netflix, lo cual no existe. “Netflix no tiene cuenta de WhatsApp para contactar a sus clientes y jamás llaman por WhatsApp”, completa el fiscal especialista en ciberdelitos.
La gente se movía en confianza y dialogaba con los estafadores, como si estuviera en contacto con un agente de la firma norteamericana.
“Es necesario prevenir este tipo de fraudes porque hay muchas otras bandas que llaman para ofrecer estos ‘servicios’ y pueden engañar a mucha gente”, aconseja Pilnik.
Recomendaciones
Como viene publicando La Voz, además de este recurso de vender Netflix u otro servicio a muy bajo precio, existe un sinnúmero de formas de defraudar de modo virtual. El ardid estafatorio siempre se basa en inculcar en la víctima un miedo o una amenaza, o prometer un beneficio muy tentador.
Entre otros “anzuelos” utilizados, los delincuentes se hacen pasar por funcionarios de Mercado Pago o Mercado Libre para “salvar” al cliente de un gasto que les figura y creen que él no hizo. También pueden llamar para ofrecer la reserva de un turno para aplicarse la vacuna de Covid o de dengue, realizar un trámite bancario (como el desconocimiento de un gasto que no hicimos) o alguna consulta de la administración pública, entre otros.
Para evitar estos engaños y otros que llevan a la sustracción de la cuenta de WhatsApp, es preciso realizar algunas operaciones que brindan desde la misma WhatsApp.
La principal, como se hace con otros servicios, con redes sociales o con cuentas en general, es administrar la “verificación en dos pasos”, lo que les hace casi imposible a los ladrones tomar el control del servicio.
Desde la Fiscalía de Cibercrimen recomendaron utilizar el link https://faq.whatsapp.com/1920866721452534, que proporciona la misma empresa WhatsApp, dentro del cual se explica detalladamente cómo administrar la “verificación en dos pasos”. Para un extraño, obtener dos códigos resulta mucho más difícil.
También la oficina judicial liderada por Pilnik suministró otro enlace que pertenece a la misma firma estadounidense, https://faq.whatsapp.com/1131652977717250, en el que se brindan recomendaciones para recuperar la cuenta una vez que ha sido robada.
