Sucedió en los primeros minutos del miércoles. Las dos sombras apuraron sus pasos y, ya arma en mano, encararon al vecino. El hombre alcanzó a arrancar el auto a tiempo y logró acelerar.
A los pocos minutos, alertada por un llamado al 911, una patrulla logró alcanzar a las dos sombras que corrían. Eran jóvenes. No llegaron lejos. Uno tenía 25 años. El otro mostró su documento: había nacido en 2007. A sus 16 años, el adolescente volvió a caer preso por un hecho delictivo. A los dos les encontraron un revólver calibre 32 cargado.
Era las 0.20 cuando el patrullero arrancó con los detenidos en calle Bedoya al 37 de barrio Independencia de la ciudad de Córdoba.
El procedimiento policial se agrega a una realidad que impacta, preocupa y nos interpela como sociedad: chicos y adolescentes que siguen a la deriva en Córdoba.
En lo que va de 2023, al menos 95 chicos y jóvenes menores de edad fueron sorprendidos por la Policía con armas encima, ya sea tras haber cometido un robo bien merodeando en barrios de la ciudad de Córdoba, según cifras oficiales de la Provincia a las que La Voz tuvo acceso.
Dicho de otra manera: cada dos días, cae un pibe armado en Capital.
La cifra paraliza.
Respecto a qué portaban, hay casi paridad entre armas de fuego reales (pistolas o revólveres) y armas falsas (réplicas de alta verosimilitud).
Las cifras son claras: 48 armas reales y 47 falsas. De todos modos, a los fines prácticos y legales da lo mismo.
Del total de adolescentes armados, la mayoría tenía entre 15 y 17 años.
El resto, desde 8 a 14 años.
Toda una dramática realidad de estos tiempos que se viven.
Según la ley argentina, hasta los 14 años un chico o una chica es absolutamente inimputable. Hasta los 16, en tanto, es inimputable pero de los simples, no así cuando es algo grave.
Dejando de lado discusiones por la baja en la edad de imputabilidad, fuentes policiales y judiciales remarcan que la cantidad de menores detenidos en Córdoba es ampliamente inferior en comparación con la cifra de mayores arrestados.
Un informe señala que en la primera mitad de 2023, la Policía detuvo a 6.011 personas por delitos. La cantidad de menores no llega ni al 2%.
Sin embargo, la situación de chicos involucrados en episodios delictivos no deja de preocupar e interpelar respecto a qué se está haciendo en las instituciones dedicadas a ayudarlos.
No hay respuestas oficiales por parte de la Senaf, el ente del que dependen los hogares y establecimientos que tratan a los menores.
Armados en las calles
El martes se conoció el caso de un adolescente de 15 años que, en muy pocas horas, había sido demorado en dos oportunidades por la Policía y en la misma zona norte de la Capital.
El lunes a la tarde, fue sorprendido con una pistola 11.25 en una calle de barrio Sargento Cabral.
Fue demorado, llevado a sede judicial y entregado a sus padres.
Entrada la madrugada del martes, el chico volvió a ser ubicado deambulando en Marqués Anexo. En esa oportunidad, se enfrentó a los policías y rompió un móvil, según la versión oficial.
El lunes pasado, en tanto, tres chicos de 13 y 14 años fueron demorados en Estación Juárez Celman, pocos kilómetros al norte de la Capital, luego de que se les descubrieran dos cuchillos y una réplica de arma.
Como la normativa exige, fueron enviados a sus domicilios familiares.
Lo mismo sucedió con dos chicos de 8 y 13 años que, el pasado viernes a la noche, fueron demorados en barrio Pueyrredón, tras robarle una mochila a una cuidacoches.
Quien sí permanece detenido es un joven de 17 años que, en las últimas horas, fue apresado junto a su padre de 40. Ambos están acusados de haber asaltado y asesinado a golpes a un vecino, jornadas atrás, en la localidad de Parque Siquiman.
“Siempre tuvimos chicos armados en las calles. Pero lo que se viene viendo en los últimos tiempos es que un mismo pibe cae varias veces. Sale ‘calzado’, lo atrapamos, es entregado a su familia, pero no tiene contención y vuelve otra vez a la calle. Y lo volvemos a atrapar. Es un ciclo repetido”, comenta una autoridad policial.
“Algunos salen armados a robar junto con mayores, lo cual es un agravante para ese mayor. Pero lo que se está viendo, muchas veces, son patotas de chicos que andan robando, ya sea como ‘pirañas’ o armados. Es triste. Para peor, varios ya aprendieron a drogarse. O los ves que trabajan para un narco del barrio. Es penoso”, añadió otra fuente policial.
No menos delicado en todo este panorama son los casos de chicos menores que llevan armas al colegio.
Sin freno los “robos piraña”
Otro fenómeno que encendió alertas y no deja de causar preocupación es la reiteración de robos tipo “piraña” en Córdoba capital.
La metodología más extendida son los ataques cometidos por pandillas de chicos y adolescentes menores (principalmente varones) que, en pocos segundos, sorprenden a transeúntes, los rodean y les roban pertenencias para escapar corriendo. Los casos se repiten los fines de semana en Nueva Córdoba y el Centro.
A raíz de estos episodios reiterados, la Policía viene implementando operativos especiales y que han terminado con decenas de chicos demorados. Todos, a las pocas horas, fueron entregados a sus familiares.
Si la situación es preocupante por la reiteración de chicos y adolescentes que vienen siendo detenidos por andar armados en las calles, no menos inquietante es lo que está sucediendo en el Complejo Esperanza desde hace largo tiempo.
El establecimiento, donde se aloja a jóvenes presos por delitos, viene siendo escenario repetido de graves revueltas que ya han dejado varios heridos, tanto adolescentes como miembros del equipo de trabajo. Incluso, ya hubo serios incidentes con quema de colchones y otros daños. Desde el gremio de ATE (trabajadores del Estado) se viene insistiendo que en Complejo Esperanza no hay personal ni inversión.
Desde la Senaf, voceros negaron esa situación de manera extraoficial.
No sólo hay incidentes en ese complejo.
Días atrás, se produjo una revuelta de adolescentes en una residencia de menores en barrio Alto Alberdi. Hubo serios daños.
