La semana pasada comenzó a correr nuevamente el tiempo para la investigación que se tramita por una de las causas que conmocionó a Córdoba. Por el crimen de Gabriela Pérez, perpetrado el 9 de septiembre de 2023, hay un detenido, su hermano, quien pidió ampliar las indagatorias y podría continuar preso tras dictarse su prisión preventiva.
Gabriela terminó asesinada durante un almuerzo organizado por la conducción del gremio de la limpieza (Soelsac).
Un sicario apuntó hacia el salón del club Yapeyú, en el barrio homónimo de la zona sudeste de la ciudad de Córdoba, y realizó varios disparos.
En esas instalaciones estaba el titular del sindicato, Sergio Fittipaldi.
Una de las hipótesis indican que las balas habrían ido apuntadas hacia él, en el marco de una feroz interna de larga data.
Sin embargo, el balazo atravesó una ventana y terminó dando en la humanidad de Gabriela, quien almorzaba en una mesa.
La joven madre murió prácticamente a los pocos instantes.
Sucedió hace cinco meses.
La fiscal a cargo, Silvana Fernández, se encuentra sumando pruebas y elementos a su investigación.
La causa avanza a paso firme.
Todo indica que en los próximos días, la fiscal dictará la prisión preventiva en contra del acusado por este crimen: Gustavo Herrera, el hermano de Gabriela.
Fuentes judiciales indicaron que la fiscal espera tener todos los elementos probatorios para tomar una definición.
Sin embargo, fuentes allegadas a la investigación dan por descontado que las evidencias acumuladas durante las tareas investigativas “son contundentes” y comprometen a Herrera.
La firmeza en esa sospecha, explicaron, reside en que los pesquisas contarían hasta con imágenes del presunto asesino en la escena del crimen.
Herrera, imputado como presunto autor de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, ha prestado declaración en un primer momento y volvió a hacerlo, en una primera ampliación de su testimonio en calidad de acusado.
Declaración del acusado
Esto ocurrió la última semana de diciembre en una instancia que fuentes relacionados a la causa describieron como “larga, extensa”.
Por el plazo de casi cinco horas, el acusado volvió a hablar sobre los hechos. El joven niega todo.
No obstante sus declaraciones, fuentes judiciales señalaron que hay caudal probatorio fuerte y de calidad en su contra.
En la vereda del acusado, la familia de la víctima y del presunto victimario hablan de un “error procesal” y aseguran que el hombre no estuvo implicado en la acción criminal.
La mamá de joven trabajadora, Liliana, le pidió a la Justicia que libere a su hijo, que busque a “los verdaderos culpables” y que den una respuesta sobre lo que ocurrió aquel domingo al mediodía en el club Yapeyú.
En el seno de la familia creen que Gabriela fue víctima de una balacera que se originó tras múltiples amenazas hacia Fittipaldi. Suponen que alguien lo quería asustar. O algo mucho más dramático.
El propio Fittipaldi así lo dijo.
A la par de la postura de la familia, el abogado querellante, Carlos Nayi, definió a los próximos días como “un momento muy importante desde el punto de vista judicial”.
“El acusado ejerció su derecho de defensa. Ha declarado, ha pedido declarar nuevamente, se han evacuado todas las citas y está corriendo el término para que la fiscal adopte una decisión. Hay un prófugo, aparte de la persona que está detenida”, dijo.
Señaló que en los próximos días se sabrá si la fiscal decide dictar prisión preventiva o bien liberarlo.
En cuanto a la presunta responsabilidad del hermano de la víctima, Nayi prefirió no adelantar posición y pidió aguardar los tiempos de la Justicia. “La familia quiere encontrarse con la verdad y ese es el trabajo que se está llevando a cabo en los Tribunales”, consideró.
La causa continúa
En cuanto al prófugo que mencionó el abogado, se trataría de la persona que le dio “soporte” al sicario que disparó hacia el salón.
En filmaciones que obran en la causa se puede observar un automóvil en movimiento que acompaña las acciones del asesino.
Tras disparar un arma de grueso calibre, vaciar el cargador, el hombre sigue caminando hacia el auto.
Testigos de la causa aseguraron que el hombre subió al coche y se dio a la fuga, con dirección al centro de barrio Yapeyú.
En ese sentido, la querella pidió celeridad en la búsqueda del evadido y volvió a poner el énfasis en la hipótesis de un “sicariato”. “Se trató de un crimen bajo la modalidad sicariato y por eso hay que buscar al, o a los autores intelectuales detrás de este crimen”, pidió Nayi.
Todo sucedió el pasado 9 de septiembre, al mediodía, en el club Yapeyú, en el corazón de aquella barriada. En el interior del predio, unas 200 personas participaban de un acto del Soelsac, en vistas a las próximas elecciones internas.
De pronto, un hombre con gorra llegó hasta el lugar y, desde la vereda del frente, abrió fuego con una pistola en dirección al club.
Como se indicó, uno de los impactos dio en Gabriela, quien se encontraba detrás de una ventana.
“Es la ironía de la vida. Todo indica que fue a abrir fuego y terminó matando a su hermana”, comentó una fuente del caso.
Según se investiga, la mujer había asistido al almuerzo sindical bajo la presión de sus representantes del Soelsac. Si no iba, podía perder su fuente de trabajo.
Su marido, por otra parte, es discapacitado y no puede trabajar, aunque realiza tareas informales para juntar dinero y aportar a la economía familiar. La niña de 5 años asiste al jardín.
En ese marco, la mujer habría tomado la decisión de decir presente en el almuerzo para conservar el ingreso regular con el que contaba el matrimonio.
A cinco meses, la causa sigue avanzando a paso firme.
