“Para La Paz nos falta Delia”. La frase que encabeza cada movilización se convirtió en una suerte de mantra repetido. Familiares y vecinos todavía buscan a la cordobesa Delia Gerónimo Polijo, la chica de 14 años que regresaba del colegio a su casa, en el paraje La Guarida, cerca de la localidad de La Paz, en el Valle de Traslasierra, cuando desapareció en septiembre de 2018.
Este viernes se cumplen 41 meses de su desaparición. Pero febrero no es un mes más. Hoy Delia cumple 18 años y Modesta y Mario, sus padres, tienen un hueco en el corazón, según contaron allegados a La Voz.
En el pueblo, de tres mil habitantes, todavía hay incertidumbre. Algunos vecinos todavía tienen la esperanza de que aparezca con vida. Para otros, esa posibilidad es difícil y a medida que transcurre el tiempo cada vez vaticinan un escenario catastrófico.
Todo lo publicado sobre el caso de Delia
Después de cambiar de varios abogados, la familia Gerónimo Polijo llegó al estudio de Germán Romero Marcón, su nuevo letrado. En poco tiempo, el abogado consiguió mover la causa.
En septiembre de 2021, cuando se cumplieron 3 años de la desaparición de Delia, Romero Marcón presentó una demanda civil al Instituto Provincial de Educación Media (Ipem) Nº 137, de La Paz. A ese colegio asistía Delia. El día que fue vista por última vez, el colegio dejó salir a todo el curso antes de tiempo. La chica no tenía la autorización de sus padres.
La búsqueda de Delia tuvo siempre una intensidad sin precedentes en la zona. Habría contado con todos los recursos técnicos y humanos posibles, y los gobiernos (provincial y nacional) ofrecieron recompensas por medio millón de pesos a cambio de información cierta.
Pero el miedo o la complicidad parecen ganar la batalla hasta ahora, a casi cuatro años de la desaparición de la adolescente.
Enigmas y sospechas en torno al caso de Delia Gerónimo
Delia desapareció el 18 de septiembre de 2018 alrededor de las 16.30 de aquella tarde poco antes de llegar a su casa, situada en el paraje La Guarida, a seis kilómetros de la escuela.
Muy poco se supo después de ella: que había sido vista caminando a la salida del pueblo, que se encontraron algunas de sus pertenencias al costado de la ruta. No mucho más.
Dos jóvenes se destacaron entre los vecinos que ayudaron en la búsqueda inicial: Pascual Vieyra y Mauro Martínez. Los dos tuvieron un final similar: el primero apareció ahorcado algunas semanas después; el segundo a los tres meses. Luego se dijo que habrían aportado datos falsos para despistar.
Martínez tenía denuncias por violencia
Mauro Martínez (27) fue denunciado el 23 de diciembre de aquel año por su esposa, quien afirmó que estaba vinculado a la desaparición de Delia. Al otro día apareció colgado de un árbol cercano a su casa. Sus padres afirmaron que el cuerpo estaba golpeado. La fiscalía lo negó.
Dos años después, el prestigioso adiestrador de perros Marcos Herrero encontró guantes y preservativos junto a aquel árbol. Los peritajes no llevaron a resultados contundentes.
Tampoco antes los procedimientos descubrieron pruebas. No se encontraron rastros de Delia en las cenizas de un horno de ladrillo que se tamizó, ni en los numerosos pozos balde de la zona, ni en incontables rincones del mapa de la pesquisa.
Secuestro, abuso y asesinato: pero el cuerpo no aparece
Desde 2021, el abogado Romero Marcón asegura tener fundamentos para afirmar que Delia fue secuestrada y abusada por varios hombres en una casa abandonada en el paraje de Corralito Abajo. Afirmó que una red de silencio protege a los causantes y que hay procedimientos que deben repetirse o realizarse.
La investigación del caso está a cargo de la fiscal Lucrecia Zambrana. Según la Justicia, la vivienda mencionada por el abogado, que sí se usaba para fiestas privadas, fue examinada exhaustivamente, sin que se encontraran indicios de los supuestos hechos.
Hoy se cumplen 41 meses y Delia sigue siendo un enigma en Córdoba. Un signo de pregunta que duele.
