La mandarina es un cítrico lleno de beneficios para tu salud. Es sin duda un aliado en épocas invernales, con un costo muy bajo, dado sus múltiples beneficios.
Esa pequeña fruta de color naranja intenso es mucho más que un delicioso postre, es un tesoro nutricional que aporta numerosos aportes para nuestra salud.
La mandarina pertenece al grupo de frutos llamados hesperidios y su interior está formado por un considerable número de gajos llenos de zumo o jugo, el cual contiene mucha vitamina C, flavonoides y aceites esenciales.
La mandarina proviene de las zonas tropicales de Asia. Se cree que su nombre se debe al color de los trajes que utilizaban los mandarines, gobernantes de la antigua China. No obstante, es muy consumida en Argentina ya que hay muchas plantaciones de este cítrico en varios puntos del centro y litoral del país. Durante el invierno, su época de cosecha, en fruterías, verdulerías y supermercados es muy fácil conseguirlas y suelen ser de las frutas más baratas.
Hay muchas variedades de mandarinas y en Argentina algunos consiguen las denominadas “criollas” con su piel más difícil de despegar y con un sabor más intenso y ácido.
Argentina es un país que produce mandarinas en la región del centro y noreste, principalmente en Entre Ríos, Corrientes y Misiones, y parte de la provincia de Buenos Aires. La temporada de cosecha de mandarinas en Argentina se extiende de abril a septiembre, con mayor producción en junio y julio. En Córdoba se celebra la Fiesta de la Mandarina en Quilino.
En 2014, Argentina produjo alrededor de 4.917.922 toneladas de fruta, de las cuales 2.593.582 eran frutas cítricas, como naranjas, mandarinas, pomelos y limones. En 2020, Argentina fue el séptimo productor mundial de cítricos frescos, alcanzando el 3,76% de la producción global.
¿Por qué incluir mandarinas en tu dieta?
Fuente de vitamina C: Es un potente antioxidante que fortalece el sistema inmunológico, ayudando a prevenir resfriados y gripes.
Protege el corazón: Gracias a su contenido en potasio, ayuda a regular la presión arterial y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Facilita la digestión: Su alto contenido en fibra favorece el tránsito intestinal y previene el estreñimiento.
Cuida la piel: Los antioxidantes presentes en la mandarina ayudan a combatir los radicales libres, retrasando el envejecimiento de la piel y protegiéndola de los daños causados por el sol.
Fortalece los huesos: El calcio y el fósforo que contiene son esenciales para mantener huesos y dientes fuertes.
Ayuda a bajar de peso: Su bajo contenido calórico y su alto poder saciante la convierten en una aliada perfecta para las dietas de adelgazamiento.
¿Cómo incluir las mandarinas en tu dieta?
Al natural: La forma más sencilla y saludable de consumirlas.
En jugos: Combina la mandarina con otras frutas para preparar jugos deliciosos y nutritivos.
En ensaladas: Añade gajos de mandarina a tus ensaladas para aportar un toque cítrico y fresco.
En postres: Utiliza la pulpa de mandarina para preparar postres saludables como yogur con frutas o sorbetes.
La mandarina, ideal contra el estreñimiento
Consumir mandarinas regularmente puede ayudar a mantener el sistema digestivo funcionando de manera óptima, reduciendo el riesgo de estreñimiento.
La mandarina es efectiva contra el estreñimiento principalmente por su alto contenido de fibra dietética. Aquí te explicamos por qué:
1. Fibra soluble e insoluble:
- Fibra Soluble: La mandarina contiene fibra soluble, como la pectina, que se disuelve en agua y forma una especie de gel en el tracto digestivo. Esto ayuda a suavizar las heces, facilitando su paso a través del intestino.
- Fibra Insoluble: También tiene fibra insoluble, que añade volumen a las heces y acelera su movimiento a través del colon. Esto ayuda a prevenir el estreñimiento al mantener las deposiciones regulares.
2. Hidratación natural:
- La mandarina tiene un alto contenido de agua, lo que contribuye a la hidratación general del cuerpo y de las heces, haciendo que sean menos duras y más fáciles de expulsar.
3. Estimulación del tránsito intestinal:
- La fibra en la mandarina estimula el peristaltismo, que son las contracciones musculares que mueven los alimentos a través del intestino. Un tránsito intestinal más activo reduce el tiempo que las heces permanecen en el colon, lo que disminuye la posibilidad de que se endurezcan.
4. Efecto prebiótico:
- Algunas fibras presentes en las frutas, como las mandarinas, actúan como prebióticos, alimentando a las bacterias buenas del intestino. Un microbioma intestinal saludable favorece una digestión eficiente y la regularidad intestinal.
