La Peregrinación a Pie a Luján es uno de los eventos religiosos más convocantes del país. Cada año, miles de fieles caminan hacia la Basílica de Nuestra Señora de Luján, patrona de la Argentina, en un trayecto que combina fe, devoción y solidaridad.

El recorrido tiene una extensión aproximada de 60 kilómetros, que separan la Ciudad de Buenos Aires de Luján. La salida oficial será desde el Santuario de San Cayetano, ubicado en Cuzco 150 (Liniers), y se realiza mayormente por la Ruta Nacional 7, también conocida como Acceso Oeste.
Cuando es la peregrinación a Luján
La 51ª edición se llevará a cabo el sábado 4 y domingo 5 de octubre de 2025. La salida de la columna principal, que lleva la imagen de la Virgen, está prevista para el sábado a las 10 de la mañana.El esfuerzo culminará con la Misa central el domingo a las 7 de la mañana en la Plaza Belgrano, frente a la Basílica de Luján, presidida por el arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva.

Consejos clave para los peregrinos
Participar de la caminata requiere preparación física y logística. Algunas recomendaciones esenciales son:
- Calzado: usar zapatillas cómodas ya amoldadas al pie; nunca estrenar calzado nuevo. Combinar con medias de algodón, llevando repuestos para evitar ampollas.
- Ropa: elegir prendas livianas y holgadas, pero sumar abrigo para la noche, cuando las temperaturas suelen descender.
- Hidratación y alimentación: beber agua en forma frecuente, incluso sin sed. Llevar frutas, barritas de cereal o snacks energéticos. Evitar bebidas alcohólicas o azucaradas.
- Mochila práctica: portar lo indispensable: botella de agua, gorro, protector solar, linterna, papel higiénico y toallitas húmedas.
- Seguridad: caminar acompañado o en grupo. Esto favorece la contención y la asistencia en caso de necesidad.
Durante el recorrido, los peregrinos encontrarán puestos de asistencia atendidos por voluntarios, que ofrecen agua, mate cocido, alimentos y primeros auxilios. Estos espacios se convierten en puntos de descanso y encuentro comunitario.
La peregrinación no es solo un esfuerzo físico, sino una experiencia espiritual y colectiva. Cada paso hacia la Basílica de Luján representa un acto de fe y devoción, compartido entre generaciones de argentinos que renuevan año a año esta tradición.