Durante el invierno, el uso de electrodomésticos para calefaccionar el hogar puede multiplicar el consumo de electricidad.
Hay uno que destaca como el más ineficiente: la estufa eléctrica o caloventor, que puede gastar hasta el doble que un aire acondicionado funcionando en modo calor.

Las estufas eléctricas, también conocidas como caloventores, funcionan con resistencias que transforman la electricidad en calor. Este sistema es uno de los más costosos en términos energéticos. Una unidad estándar puede consumir entre 1500 y 2000 watts por hora, el doble de lo que necesita un split inverter.
El uso prolongado de caloventores puede duplicar o incluso triplicar el costo mensual de electricidad en un hogar promedio. Una jornada de 6 horas con este tipo de equipo puede sumar entre $1500 y $2500 diarios.
El impacto se nota más en zonas con climas fríos y viviendas sin aislamiento térmico.
¿Es rentable usar el aire acondicionado para calefacción en invierno?
Un aire acondicionado con tecnología inverter consume entre 700 y 1200 watts por hora en modo calor, lo que representa una eficiencia mucho mayor. Además de calentar más rápido, regula el consumo, adaptándose a la temperatura ambiente. Convirtiéndolo en una alternativa más económica y sostenible para calefaccionar espacios amplios como el living.
Otras opciones para calefaccionar con menos gasto energético
Unas alternativas más eficientes son: los paneles calefactores, las estufas a gas natural o los sistemas de calefacción central. Incluso el uso de ropa térmica y buen aislamiento en puertas y ventanas reduce la necesidad de encender artefactos eléctricos por largas horas.

La clave está en combinar tecnología con hábitos de consumo responsables.
Asimismo, a pesar de su alto consumo, muchos hogares eligen los caloventores por su bajo costo inicial, su tamaño compacto y su facilidad de uso. No requieren instalación y pueden trasladarse de un ambiente a otro. Sin embargo, esta comodidad momentánea suele traducirse en un gasto excesivo de energía a largo plazo.