Desde hace tiempo, numerosos usuarios expresaron en redes sociales su preocupación por la presencia inusual de polillas. Aunque son habituales en épocas cálidas, su multiplicación masiva y el tamaño de algunos ejemplares son inquietantes. Hay quienes aseguran haber visto “polillas del tamaño de pájaros”, lo que llevó a preguntarse si su presencia es señal de algo más preocupante.
Las razones por las que las polillas invaden tu hogar
Las polillas que entran en casa no lo hacen por la luz, lo que buscan realmente es alimento, refugio y lugares donde reproducirse. En función de la especie, pueden verse atraídas por fibras textiles o por restos de alimentos.
Las polillas de la ropa prefieren prendas naturales como lana o seda, sobre todo si estuvieron en contacto con restos de sudor, perfumes o grasa corporal.
Las polillas de la despensa buscan cereales, harinas, legumbres, frutos secos o incluso comida para mascotas.
Una bolsa mal cerrada o una prenda guardada sin lavar puede convertirse en el entorno perfecto para su ciclo vital.
Identifica las polillas más frecuentes y aprende a diferenciarlas
Saber qué tipo de polilla apareció es el primer paso para actuar:
- Polilla de la harina: grisácea, de unos 10 mm, aparece en paquetes de alimentos secos.
- Polilla de la ropa: de color marrón o gris claro, entre 6 y 8 mm, suele hallarse en armarios.
- Polilla del tabaco: se detecta en puros o productos almacenados.
Algunas de las polillas vistas podrían corresponder a especies migratorias como la Autographa gamma, que con temperaturas altas se reproducen con mayor rapidez y viajan desde el norte de África hacia el norte de Europa. Su aparición no significa infestación ni daño doméstico.
Qué hacer si encontrás polillas en casa
Si detectas la presencia de polillas, estos pasos pueden ayudarte:
- Revisa y limpia los armarios: guarda la ropa limpia y en bolsas cerradas si no la usas con frecuencia.

- Inspecciona despensas: desecha cualquier paquete con larvas o telillas, y guarda alimentos en recipientes herméticos.
- Utiliza trampas con feromonas: sirven para detectar y reducir la presencia de adultos en zonas problemáticas.
- Aromas naturales: bolsas de lavanda, clavo o menta seca ayudan a repelerlas sin químicos.
- Vinagre blanco: útil para limpiar superficies donde hayan estado.
- Tierra de diatomeas: deshidrata a las larvas y se considera una alternativa no tóxica para el hogar.
Cuándo recurrir a un profesional
Si detectas una infestación activa -con larvas visibles, numerosos adultos o deterioro en ropa o alimentos- es recomendable contactar con una empresa de control de plagas. Ellos podrán identificar la especie exacta y aplicar el tratamiento más adecuado sin dañar tu entorno.