Ese pequeño objeto que parece no servir más puede convertirse en una herramienta clave para mantener tu casa impecable, sin gastar de más ni generar residuos innecesarios.
Con sus cerdas firmes y su tamaño compacto, el cepillo de dientes usado permite acceder a rincones donde los trapos y esponjas no llegan. Además, al reutilizarlo, contribuís a reducir el impacto ambiental y a sumarte al consumo responsable desde un gesto tan simple como útil.
Opción 1: cómo limpiar teclados y dispositivos con un cepillo viejo
El teclado de la computadora, los controles remotos y las rejillas de ventilación de las notebooks suelen acumular polvo, pelos y suciedad difícil de sacar. En estos casos, el cepillo de dientes viejo es perfecto para limpiar entre las teclas y rendijas sin dañar nada.
Paso a paso:
- Apagá o desconectá el dispositivo.
- Sacudilo boca abajo para remover el polvo suelto.
- Usá el cepillo seco para barrer entre teclas o rejillas.
- Para manchas más difíciles, prepará una mezcla de agua con alcohol o vinagre.
- Humedecé apenas el cepillo (sin que gotee) y frotá con cuidado.
- Secá con un paño limpio antes de volver a usar.

Opción 2: ideal para juntas, grifos y lugares difíciles del baño y la cocina
Las uniones de los azulejos, los bordes de las canillas, las esquinas de la pileta o las juntas del piso son lugares donde se acumula sarro, moho o grasa. El cepillo de dientes viejo es ideal para remover toda esa suciedad sin dañar las superficies.
Paso a paso:
- Mezclá agua tibia con detergente o limpiador multiuso.
- Sumergí el cepillo y frotá con movimientos circulares o lineales.
- Para manchas difíciles, espolvoreá bicarbonato sobre la superficie antes de cepillar.
- En canillas con sarro, aplicá vinagre blanco y dejá actuar unos minutos.
- Retirá los restos con un paño húmedo y secá bien.
