Los bolsillos de millones de argentinos se preparan para sentir el impacto de las actualizaciones fiscales que se avecinan, impulsadas directamente por la inflación acumulada.
Con la inminente confirmación del índice de precios al consumidor de junio por parte del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), se dispararán nuevos límites de facturación para el monotributo y un mínimo no imponible más elevado para el Impuesto a las Ganancias de los asalariados.
Estas modificaciones, determinadas por las leyes del paquete fiscal aprobado el año pasado, buscan ajustar las escalas de facturación y las cuotas a pagar conforme al ritmo inflacionario del país.
Monotributo: nuevo techo de facturación
El régimen simplificado verá un cambio sustancial en su tope de ingresos. Una vez que el Indec confirme el índice de precios de junio, estimado cerca del 2%, el límite de facturación anual para permanecer en el Monotributo se elevaría a 95 millones de pesos.
Esta cifra representa un ajuste significativo frente a la inflación acumulada en el primer semestre del año, que ya alcanzó un 15,5%.
La entidad encargada, Arca, tiene previsto actualizar los montos de las categorías del monotributo a partir de agosto.
Es crucial para los contribuyentes de este régimen simplificado recordar que tienen tiempo hasta el 5 de agosto para realizar la recategorización semestral.
El sistema de Arca facilita este proceso informando el monto de facturación de los últimos doce meses y la categoría sugerida.
Los monotributistas pueden confirmar esta asignación o realizar modificaciones si no coincide con sus registros, ya que, de no hacerlo, ARCA procederá de oficio.
Impuesto a las Ganancias: cuál será el alivio a los asalariados
En lo que respecta al Impuesto a las Ganancias, los asalariados también verán un respiro en su carga tributaria.
Para un soltero sin hijos, el mínimo no imponible pasará de los actuales $ 2,3 millones a 2,6 millones de pesos brutos.
La buena noticia se extiende a los hogares, ya que para un casado con dos hijos, este umbral ascenderá de $ 3 millones a casi $ 3,5 millones.

Pero el beneficio no se detiene ahí. Los trabajadores de este segmento también se verán favorecidos por un incremento en las deducciones permitidas.
Esto incluye gastos recurrentes como el alquiler, la contratación de personal doméstico y las cuotas de escuelas y universidades, que ahora podrán descontarse en mayor medida de la base imponible.
Las escalas del impuesto se mantienen, iniciando en un 5% para la más baja y progresando a 9%, 12%, 15%, 19%, 23%, 27%, 31%, hasta llegar al 35% para los ingresos más altos.
Estas actualizaciones fiscales representan un intento del marco legal de mantener la relevancia de los umbrales impositivos frente a la dinámica inflacionaria, impactando directamente la capacidad económica de millones de contribuyentes en el país.