El 4 de marzo de 1925, el buque SS Cap Polonio, de bandera alemana propulsado a vapor, partía desde el puerto de Hamburgo con destino a Buenos Aires. En ese barco, que amarró en el 25 de ese mismo mes en Argentina, viajaba el científico Albert Einstein.
El físico estuvo en el país durante casi un mes, en un período que tuvo partes de descanso y otras de charlas y conferencias ofrecidas por quien ya había ganado, algunos años antes, el Premio Nobel de Física.
El científico llegó junto a su esposa Elba Einstein, quienes a su vez eran primos segundos. La pareja permaneció en el país hasta el jueves 23 de abril.
Fueron exactamente 30 días los que repartieron entre la Capital Federal, el Conurbano bonaerense y la provincia de Córdoba.
La visita de Einstein a Córdoba
El 11 de abril, el físico llegó a Córdoba junto a una delegación de profesores de la Universidad de Buenos Aires.
“En el tren especial que el Ministerio de Instrucción Pública de la Nación puso a disposición del huésped, llegó ayer por la mañana a esta ciudad el sabio el profesor Albert Einstein y quien acompañaba a una destacada delegación de universitarios porteños”, fue el texto que publicó el diario La Voz del Interior cuando el científico alemán fue al mítico Hotel Eden, de La Falda.
Allí en La Falda, tuvo algo de tiempo para hacer turismo. Visitó con toda la comitiva las sierras y realizó una caminata por los alrededores del Dique San Roque.
“Cerca de las 15.30, la comitiva se dirigió desde La Falda con destino al Dique San Roque, cuyas obras admiraron los viajeros durante un buen rato. A las 17, la delegación regresó a nuestra ciudad”, continuó el relato.
El científico almorzó y posó para una foto en las escalinatas del hotel. El autor de la Teoría de la Relatividad pudo visitar El Edén porque sus dueños, los hermanos Eichhorn –de reconocida posición antisemita–, se hallaban de viaje en Europa, por lo que Einstein habría sido recibido por el administrador del citado hotel, lo cual habría allanado el camino para su visita.
Einstein se alojó en el Plaza Hotel, a metros de la plaza San Martín. Visitó la Manzana Jesuítica, donde en el Rectorado de la Universidad Nacional de Córdoba le brindó una bienvenida académica.
En su diario de viaje, el científico afirmó que en Córdoba se topó con “residuos de cultura verdadera, con amor por la tierra y un sentido de lo sublime”.
