El Gobierno nacional oficializó una nueva modalidad de expendio de combustibles: las estaciones de servicio móviles.
Esta medida, publicada en el Boletín Oficial mediante la Resolución 504/2025 de la Secretaría de Energía, incorpora esta figura al marco regulatorio del sector.
La habilitación de las estaciones móviles es parte de un proceso más amplio de modernización y desregulación del sector energético, buscando fomentar la iniciativa privada y mejorar la eficiencia del servicio.
Expansión de la cobertura territorial
El principal objetivo de esta iniciativa es ampliar la cobertura territorial y facilitar el acceso al combustible en aquellas localidades donde actualmente no existen estaciones fijas.

Según el comunicado oficial, las comunidades del interior, especialmente las que tienen baja densidad poblacional o que se encuentran alejadas de los grandes centros urbanos, podrán abastecerse de nafta y gasoil sin tener que viajar largas distancias.
Esta nueva figura también se espera que reduzca los costos para las empresas y, potencialmente, para los consumidores, aumentando la competitividad del mercado local.
Los tipos de unidades habilitadas
La normativa establece la definición de dos clases específicas de estaciones móviles:
- Unidades modulares portátiles: estos son equipos autónomos y completamente equipados, diseñados para ser instalados y trasladados rápidamente en función de la demanda del mercado.
- Estaciones cisterna móviles: se trata de vehículos o unidades cisterna que han sido adaptadas para el transporte y despacho directo de combustibles, funcionando esencialmente como estaciones de servicio sobre ruedas.
Estrictas normas de seguridad y régimen de controles
Independientemente del tipo, ambas unidades deberán garantizar capacidad de expendio al público bajo condiciones técnicas y de seguridad que estén basadas en estándares internacionales, como NFPA385 y UL-2085.
Para operar, cada unidad móvil deberá someterse a auditorías externas, contar con planes de contingencia y seguros vigentes, además de respetar un estricto régimen de controles.
El régimen también ha establecido un severo esquema de sanciones para quienes operen sin la debida habilitación o incumplan las normas de seguridad.
Estas penalidades incluyen multas que pueden alcanzar los 160.000 litros de nafta súper y la inhabilitación inmediata de las instalaciones

























