Si alguna vez viste pequeñas líneas blancas rodeando macetas, canteros o rincones del jardín y pensaste que era tierra, abono o simple suciedad, probablemente estabas frente a uno de los trucos más usados, y menos explicados, por los expertos en jardinería: el uso de sal como barrera protectora.
Aunque parece demasiado simple para ser eficaz, este recurso se volvió un aliado doble: mantiene alejadas a las plagas sin químicos y, según corrientes energéticas como el Feng Shui, contribuye a armonizar el entorno. El resultado es un jardín más sano, un hogar más equilibrado y un método que cualquiera puede aplicar.

Cómo actúa la sal contra plagas comunes
El poder real de la sal está en su capacidad de deshidratar. Ese efecto convierte al mineral en un obstáculo natural para algunos de los visitantes más persistentes del jardín:
- Babosas y caracoles: al entrar en contacto con la sal, la reacción osmótica les impide cruzar, actuando como un límite instantáneo.
- Hormigas: la sal altera el nivel de humedad de su cuerpo y desorganiza los caminos de feromonas que usan para orientarse. Esto rompe su circuito habitual y las mantiene lejos.
- Insectos del suelo: en zonas húmedas debajo de macetas o rincones sombríos, la sal dificulta la proliferación de bichos que se alimentan de raíces, brotes o restos orgánicos.
Controlar estos pequeños invasores no es un capricho: cuando se multiplican, pueden arruinar hojas, frenar el crecimiento, atraer plagas mayores o incluso ingresar al interior de la vivienda.
Por eso, muchos jardineros recomiendan formar pequeños anillos de sal alrededor de áreas vulnerables o directamente sobre zonas donde se observa actividad frecuente de plagas.

La sal como herramienta energética y purificadora
Aunque su función más evidente es la fitosanitaria, la sal también tiene un rol simbólico y ambiental que muchas personas consideran valioso. Históricamente se la utilizó como purificador natural, capaz de absorber energía densa o estancada del ambiente. Y en disciplinas como el Feng Shui ocupa un lugar protagónico:
- Ayuda a “mover” el chi en sectores donde la energía se estanca.
- Se usa en rincones oscuros, entradas poco ventiladas o zonas donde no circula bien el aire.
- Funciona como barrera protectora en lugares donde se busca un ambiente más liviano y armonioso.



























