Mantener los acolchados limpios, secos y sin olor puede convertirse en un verdadero desafío, especialmente durante los meses más fríos del año. En esta época, lavar y secar estas piezas voluminosas se vuelve complicado, lo que muchas veces provoca la acumulación de humedad y malos olores en la ropa de cama.
Pero un truco casero alemán se ha vuelto viral por su eficacia y sencillez: una técnica natural que utiliza bicarbonato de sodio y sal gruesa para refrescar los acolchados sin necesidad de usar el lavarropas.
Este método se destaca por ser económico, ecológico y seguro, ya que combina dos ingredientes de uso común que trabajan en conjunto para neutralizar olores, absorber humedad y eliminar bacterias.

La ciencia detrás del truco
El éxito de este método radica en las propiedades naturales de sus componentes.
- Bicarbonato de sodio: es un poderoso neutralizador de olores. Absorbe la humedad ambiental y elimina los compuestos que generan el típico “olor a encierro”.
- Sal gruesa: cumple un papel antibacterial y deshumidificante. Ayuda a mantener el ambiente seco y previene la proliferación de microorganismos.
La combinación de ambos crea un efecto desodorante y purificador que deja los acolchados con una sensación de frescura renovada, ideal para quienes buscan una alternativa natural al lavado frecuente.

Paso a paso: cómo aplicar el método alemán
Poner en práctica este truco no requiere experiencia ni materiales especiales. Solo necesitás cinco pasos simples:
- Prepará las bolsitas: usá una tela fina (como gasa o una sábana vieja) para envolver la mezcla.
- Medí los ingredientes: colocá dos cucharadas soperas de bicarbonato y dos de sal gruesa en el centro del paño.
- Cerrá bien: asegurá las bolsitas con hilo o una bandita elástica para evitar que se derrame el contenido.
- Distribuí en el acolchado: ubicá las bolsitas sobre la funda, especialmente en las esquinas y el centro.
- Dejá actuar: esperá entre 24 y 48 horas. Al retirarlas, el acolchado habrá recuperado su frescura, suavidad y olor neutro.
Este procedimiento puede repetirse una vez por mes o cada vez que notes olor a humedad en la ropa de cama.
Aunque este método es seguro, es importante evitar el contacto directo con la piel, especialmente en personas con alergias o piel sensible. Las bolsitas deben estar bien selladas para prevenir manchas o irritaciones.
También conviene recordar que esta técnica no reemplaza una limpieza profunda, sino que sirve para mantener los acolchados frescos entre lavados.

En tiempos donde el lavado intensivo puede ser difícil o costoso, este truco alemán ofrece una solución práctica, sustentable y económica. Con apenas dos ingredientes y un poco de paciencia, podés mantener tus acolchados limpios, secos y agradables al tacto, listos para el próximo descanso.

























