Quienes usan lentes saben lo frustrante que puede ser mantener los cristales limpios. Huellas de dedos, grasa, polvo y manchas parecen reaparecer incluso después de una limpieza reciente.
La mayoría recurre a paños de microfibra o líquidos especiales de óptica, pero no siempre ofrecen el resultado esperado.
En redes sociales, una especialista de la Óptica Ocelo compartió un consejo inesperado que rápidamente se volvió viral. Es un truco casero simple y económico que, según asegura, deja los anteojos impecables y protege mejor los cristales.
Lo que no funciona tan bien
Según la profesional, los paños de microfibra no deberían usarse para limpiar a diario. Con el tiempo acumulan suciedad y grasa, que terminan esparciendo sobre la lente en lugar de eliminarlas. Por eso recomienda reservarlos únicamente para envolver las gafas al guardarlas en su estuche.
Los líquidos especializados tampoco son la solución definitiva. Aunque útiles en casos puntuales, pueden dañar los cristales si se frotan con demasiada fuerza, debido a la fricción.
El truco casero que sí funciona
El método recomendado es sencillo y utiliza un producto cotidiano: detergente común.
- Colocar unas gotas en la yema de los dedos.
- Frotar suavemente en los lentes hasta generar espuma.
- Pasar los cristales bajo el grifo con agua corriente.
- Secar con un pañuelo de papel.
El resultado, asegura, son unos lentes libres de grasa, polvo y marcas, listos para usarse sin necesidad de invertir en limpiadores costosos.
Este truco con detergente se suma a los cuidados básicos que cualquier usuario debería tener.
- Evitar limpiar los anteojos con la ropa
- No usar servilletas ásperas
- Mantener siempre a mano un estuche protector
El problema oculto en los bordes
La profesional también advirtió sobre un inconveniente menos visible, la grasa que se acumula en los bordes de los cristales y en la montura. Esa película, aunque casi imperceptible, provoca que los anteojos sigan viéndose sucias incluso después de limpiarlos.
La solución en esos casos es acudir a una óptica para una limpieza profunda. Allí retiran los cristales, limpian las ranuras internas y eliminan la grasa antes de volver a colocarlos. Este servicio, que algunas ópticas ofrecen de forma gratuita dentro de la atención postventa, prolonga la vida útil de los lentes y mejora la visión diaria.